Con motivo del Día de la Tierra, que se celebra cada 22 de abril, con el objetivo de concienciar sobre los problemas de superpoblación, contaminación y la importancia de la conservación de la biodiversidad, aprovechamos para poner sobre la mesa una realidad ineludible a la que tenemos que enfrentarnos en España y en todo el mundo: la contaminación de los suelos.
En España, la problemática de los suelos contaminados ha adquirido relevancia debido al legado de actividades industriales pasadas y presentes, así como por la gestión inadecuada de residuos y el uso intensivo de productos químicos en la agricultura.
Esta contaminación del suelo tiene graves consecuencias para el medioambiente y la salud, aumentando el riesgo de enfermedades. Por ello, en nuestro país contamos con un marco legal para la gestión y rehabilitación de suelos contaminados, que establece la obligación a los propietarios de realizar estudios que determinen la existencia de contaminantes y, en caso afirmativo, de llevar a cabo medidas para su eliminación o reducción, y garantizar la seguridad de las personas y el entorno.
La Ley 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y suelos contaminados para una economía circular y el Real Decreto 9/2005, de 14 de enero, son los que establecen la relación de actividades potencialmente del suelo y los criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados.
Asimismo, el Plan Nacional Integrado de Residuos 2008-2015 contempla una serie de objetivos en materia de suelos contaminados cuyo alcance es el de establecer las condiciones necesarias para hacer efectiva una política de protección del suelo frente a la contaminación.
Conocer la calidad de los suelos y las aguas subterráneas asociadas del subsuelo donde una industria desarrolla su actividad ayuda a cuantificar el potencial pasivo ambiental, que es aquel daño generado por una obra, proyecto o actividad, que no ha sido reparado o restaurado, o aquel que ha sido intervenido previamente, pero de forma inadecuada o incompleta y que continúa constituyendo un riesgo.
Para evitar multas o para anticiparse a requerimientos de la administración es recomendable una gestión adecuada y anticipada de los riesgos derivados de la afección del suelo. En el caso de detectarse la presencia de contaminantes, la realización de una caracterización detallada del subsuelo y de un Análisis Cuantitativo de Riesgos determinará si los suelos y/o las aguas subterráneas asociadas están: afectadas (se superan los niveles genéricos de referencia -NGR- para suelos y aguas subterráneas y los riesgos calculados son aceptables y se requiere un plan de control y seguimiento -PCS-) o contaminadas (los riesgos calculados son inaceptables y se requiere la realización de un proyecto de remediación).Este proceso tiene varias etapas:
Identificación de la contaminación
Puede surgir por diferentes vías, por ejemplo, por medio de estudios ambientales, por denuncias o por la existencia de actividades industriales. Una vez detectada la posible contaminación, se realiza un análisis para comprobar la existencia de contaminantes y evaluar su peligrosidad.
Evaluación
Es el proceso que permite conocer la naturaleza, la extensión y el grado de la contaminación. Se analizan las muestras tomadas en la fase anterior y se realizan estudios para conocer la dinámica del suelo y su posible impacto en los acuíferos. Se trata de estudios o caracterizaciones exploratorias, cuyo objetivo es determinar la existencia de suelos y/o aguas subterráneas con concentraciones de contaminantes superiores a los NGR.
Declaración de suelo contaminado
Si se confirma la existencia de contaminación y se considera que es necesario intervenir, se declara oficialmente el suelo como contaminado, lo cual conlleva la identificación de la propiedad o los propietarios responsables de la contaminación. Puede evitarse la declaración del suelo como contaminado, si el propietario del suelo se compromete a llevar a cabo un proyecto de remediación voluntario, que deberá ser aprobado por la autoridad ambiental correspondiente.
Plan de investigación
Una vez verificada la existencia de suelos y/o aguas subterráneas alteradas, se elabora un plan de investigación detallado para conocer en profundidad el tipo de contaminante, su origen, el nivel de contaminación y su distribución espacial. Así como la determinación de todos aquellos parámetros que permitan realizar una evaluación de riesgos específica del emplazamiento.
Análisis cuantitativo de riesgos
Tiene como objetivo evaluar el riesgo que representa la contaminación para la salud humana y el medioambiente y determinar las concentraciones máximas admisibles u objetivos de limpieza ante una futura remediación del emplazamiento.
Plan de acción o de recuperación de la calidad del suelo
El plan de acción incluye medidas para la eliminación o reducción de la contaminación, la protección de la salud humana y el medioambiente, y la restauración del suelo y las aguas subterráneas asociadas. Es un documento que define las acciones a realizar, su plazo de ejecución y los costes asociados a cada una de ellas.
Ejecución de las medidas de descontaminación
La ejecución del plan de acción implica llevar a cabo las medidas establecidas en el mismo, que pueden incluir la remediación del suelo, la eliminación de los contaminantes, la implementación de medidas de control de la contaminación o la gestión del suelo, por ejemplo, mediante retirada y gestión a vertedero o valorizador.
Supervisión y seguimiento
Una vez implementadas las medidas establecidas en el plan de remediación, se realiza un seguimiento y supervisión de estas. Esta etapa es fundamental para asegurar que la contaminación se haya eliminado o reducido a niveles seguros (los establecidos por el ACR o los definidos por la administración competente) y garantizar que no se vuelva a producir en el futuro.
Informe final
Una vez completadas todas las etapas del proceso de gestión de suelos contaminados, se elabora un informe final de remediación, que recoge toda la información y los resultados obtenidos en el proceso.
Registro de suelos contaminados
Finalmente, una vez finalizado el proceso de gestión de suelos contaminados, se realiza el registro del suelo contaminado en un registro oficial, el Registro de Suelos Contaminados (REC). La cooperación entre entidades públicas, empresas privadas y la sociedad civil es fundamental para abordar esta problemática de manera efectiva.
Esta tribuna forma parte del Dosier: Día Mundial de la Tierra 2024