Los conceptos ESG y sostenibilidad dentro del modelo de negocio de muchas empresas han evolucionado hacia una mayor concienciación sobre el impacto medioambiental que sus actividades productivas pueden provocar en la naturaleza. Convertir una materia prima en alimento elaborado, envasado, distribuido y vendido, requiere contaminar menos, utilizar el agua de manera eficiente y gestionar adecuadamente los residuos.
Una buena parte del impacto ambiental de una organización procede de la cadena de valor, ya sea en la fase ascendente (cadena de suministro) o descendente (la fase de utilización del producto). Por eso, analizar y tomar medidas a este respecto es un paso vital para todas las empresas que deseen ser más sostenibles.
Un ejemplo de la importancia que están adquiriendo estos nuevos conceptos en las políticas empresariales europeas es la propuesta de la Comisión Europea, realizada en febrero del año pasado, de una directiva sobre la debida diligencia en materia de sostenibilidad empresarial, que implica obligaciones vinculantes para las grandes empresas a la hora de identificar, prevenir y minimizar los impactos negativos sobre los derechos humanos y el medio ambiente en las cadenas de suministro.
En este sentido, el año pasado Herbalife se convirtió en signatario del Código de Conducta de la UE sobre Prácticas Responsables Alimentarias, Comerciales y de Marketing, establecido para fomentar prácticas sostenibles desde el punto de vista medioambiental y social entre los fabricantes y minoristas de alimentos.
En Herbalife, como empresa líder en productos de nutrición dirigidos a fomentar la salud y el bienestar, con más de 40 años de experiencia, conocemos bien la importancia de la fabricación de productos de manera responsable y sostenible.
Llevamos bastante tiempo en este gran viaje donde siempre buscamos la innovación para encontrar soluciones respetuosas con el medio ambiente. Nuestro equipo tiene una meta desafiante y a la vez inspiradora: impulsar nuestro compromiso con el entorno que nos rodea mejorando y evaluando los diversos procesos, desde el empaquetado, la reducción de desperdicios y el manejo del agua, hasta la obtención de los ingredientes para la elaboración final del producto.
Por ello, contamos con un exhaustivo control sobre el ciclo de vida de todos nuestros productos, desde la investigación y el desarrollo hasta la llegada al consumidor final. “Del cultivo a la mesa”, es el nombre con el que denominamos nuestro compromiso para garantizar la más alta calidad y efectividad de toda nuestra producción con un exhaustivo seguimiento a todos los ingredientes desde la siembra, cultivo, cosecha, preparación, manufactura, transporte y distribución de todos los productos terminados.
Este conocimiento de primera mano, y el hecho de que la mayor parte de la elaboración de nuestros productos clave se fabrique en instalaciones propias, permite identificar áreas en las que poder hacer mejoras desde el punto de vista del packaging, la reutilización y la eliminación de residuos.
Además, desde el punto de vista del comprador, y respondiendo al concepto de “Economía Circular”, existe una creciente tendencia de consumo responsable teniendo en cuenta las medidas sostenibles adoptadas por las empresas a la hora de seleccionar productos y proveedores.
Esta preocupación por el medioambiente y el cambio climático por parte de los consumidores provoca que cada vez más se busquen alternativas a las proteínas de origen animal, responsables en gran medida de las emisiones de gases de efecto invernadero. El cultivo de las proteínas de origen vegetal es mucho más eficiente, pues se usa menos agua y se emiten menos residuos. En Herbalife aprovechamos desde siempre el poder de las plantas, de hecho, el 84% (2) de la proteína de nuestros productos es de origen vegetal.
Otro gran problema al que tenemos que enfrentarnos es el desperdicio alimentario. Según datos de la ONU, cada año se echan a perder cerca de 1,3 millones de toneladas de alimentos en el mundo.
Nosotros, como compañía experta en nutrición, tenemos una responsabilidad con la alimentación del planeta y para ello contamos con múltiples iniciativas para minimizar este problema, como incorporar fechas de caducidad en todas las etiquetas y redirigir los productos con exceso de existencias entre los mercados donde la normativa lo permita.
En los últimos años, nuestro centro de distribución de Venray (Países Bajos) ha colaborado con Nijsen Granico, una empresa de alimentación animal que elabora productos exclusivamente a partir de los residuos de las empresas alimentarias. Reciclamos algunos de nuestros productos alimentarios que, de otro modo, habrían ido a parar al flujo de residuos, enviándolos a Nijsen Granico para que los transforme en piensos para animales.
El objetivo de esta nueva iniciativa es desviar los productos alimentarios no utilizados o caducados y transformarlos de forma sostenible en piensos para animales.
Mientras avanzamos, queremos que nuestros esfuerzos de sostenibilidad sirvan como ejemplo en la industria y se conviertan en uno de nuestros diferenciadores clave. Es algo que todas las empresas deben tomarse en serio por el futuro del medio ambiente, porque los consumidores lo esperan y lo demandan y porque la normativa lo exige. Queremos ser líderes, no solo en nuestra capacidad de nutrir a la gente, sino también al planeta.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente 2023.