La transición ecológica de la aviación, como ocurre con los sectores de actividad económica, solo es posible a través de la colaboración, mediante alianzas, entre todos los actores concernidos por dicha transformación: gobiernos y administración, sectores público y privado y, por supuesto, la sociedad civil. Este cambio, que tiene como horizonte a 2050, la neutralidad climática, se construye día a día, con mucho trabajo y un compromiso firme con un objetivo común: una sociedad más justa y sostenible.
A pesar de que el sector aéreo ha ocupado en los últimos años el centro del debate sobre sostenibilidad, la aviación comercial es responsable únicamente del 2,5% de las emisiones de CO2, según Air Transport Action Group, y el 80% de esas emisiones corresponden a vuelos de largo recorrido para los que no existe una alternativa viable de transporte. No obstante, ello no ha reducido nuestro esfuerzo de descarbonización. Así, en 2019, el grupo IAG (y, como parte de éste, Iberia) nos comprometimos a lograr que nuestras emisiones netas fueran cero en el año 2050, adelantándonos con ello a la regulación europea, que, mediante el Reglamento (UE) 2021/1119, estableció el marco necesario para lograr la neutralidad climática en la Unión Europea.
La hoja de ruta del FlightPath Net Zero del grupo IAG, marca tres hitos importantes de descarbonización: en 2025, de mejora del 10% de la eficiencia por pasajero; en 2030, una reducción del 20% de las emisiones netas de las operaciones así como el uso de combustibles sostenibles de aviación en el 10% de los vuelos; y, finalmente, en el año 2050, lograr la neutralidad climática.
No escatimaremos en esfuerzos para alcanzar esos objetivos. Por eso, hemos colocado a la sostenibilidad, entendida en sus aspectos ambiental como social, en el centro de la estrategia de la compañía para los próximos tres años.
Aunque el foco principal del esfuerzo de la estrategia de sostenibilidad de Iberia está, como es lógico, en lo ambiental, en su definición se incluyen también iniciativas de impacto social. Así, la estrategia se articula sobre cuatro pilares:
En primer lugar, en cuanto a la transición ecológica del sector aéreo, queremos lograr la reducción del consumo de combustible, tanto en vuelo como en las operaciones de tierra, mediante la renovación de la flota, la utilización de los combustibles sostenibles, la electrificación de los equipos tierra, la ejecución de operaciones más eficientes en vuelo o la reducción del peso a bordo.
Por lo que respecta a una experiencia de viaje más sostenible para nuestros clientes, incluimos iniciativas como la digitalización de procesos, la eliminación progresiva de plásticos de un solo uso a bordo, la mejora del sistema de gestión de los residuos generados durante el vuelo, la compensación de la huella de CO2 a través de la calculadora de carbono, o medidas de impacto social como los Avios solidarios.
En cuanto a la formación, sensibilización y participación de los empleados en materia de sostenibilidad, se ha materializado, por ejemplo, en un programa de voluntariado, “Voluntarios Iberia”, cuyo objetivo es reforzar el compromiso de la plantilla con los colectivos vulnerables y las causas humanitarias.
Finalmente, el compromiso con la sociedad se articula en la estrategia a través del apoyo a la investigación en el marco de la Cátedra Iberia, para encontrar soluciones que permitan acelerar el camino a la descarbonización de la aviación. Todo ello, sin olvidar nuestro compromiso con el bienestar de las comunidades en las que desarrollamos nuestra actividad.
En definitiva, el compromiso adquirido por Iberia y el esfuerzo desplegado en su consecución es una apuesta real que se traduce en grandes inversiones por parte de la línea aérea y también de sus negocios de Aeropuertos y Mantenimiento. Una realidad que sobrepasa cualquier tendencia o moda, que es coherente con los retos de la sociedad actual, y que marcará el camino que nos llevará hacia una aviación sostenible.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Movilidad con Impacto – Cabify