La Organización de las Naciones Unidas conmemora cada año el Día Mundial del Agua el 22 de marzo, con el propósito de resaltar la importancia del agua dulce, ese bien tan preciado. Esta fecha se celebra desde 1993, con la finalidad de inspirar acciones que intenten solucionar el problema del agua de abastecimiento. Según datos de la organización, más de 2.000 millones de personas a día de hoy no tienen acceso a agua potable ni saneamiento básico.
Desde UDON, tenemos la responsabilidad de liderar con el ejemplo en términos de sostenibilidad y consumo responsable del agua. Queremos ser motor positivo de cambio en la sociedad y en el medio ambiente. De ahí que, en 2017, pusiéramos en marcha, el programa ASAP (As Sustainable As Posible), que abarca todo nuestro compromiso con el planeta.
Los restaurantes son locales con un alto consumo de energía. Dotar las cocinas de equipos ecoeficientes, hacer un buen mantenimiento y formar al personal es un aspecto clave a la hora de minimizar los impactos al planeta. Por ello, desde la compañía, hemos empezado a gestionar los consumos de agua y energía y a integrarlas dentro de nuestra estrategia de sostenibilidad. Sobre las acciones concretas para reducir el consumo de agua, destacamos la instalación de grifos con sensores de activación y tiradores de doble pulsación en lavabos para reducir el consumo innecesario de agua.
Con el objetivo de minimizar el impacto ambiental de las operaciones que se llevan a cabo a nivel organizacional, es primordial que se hagan evaluaciones y mejoras constantes. Desde la gestión responsable del agua en nuestro día a día hasta la concienciación en cada eslabón de nuestra actividad, cada acción es importante.
En la celebración de este día, no solo se debe recordar la importancia de este recurso natural, sino también debe de servir como una llamada a la acción para empresas y personas. Las compañías tenemos la posibilidad de inspirar con el ejemplo, y debemos estar ahí.
Es innegable que nuestra actividad tiene un impacto en el planeta a todos los niveles. Hay que ser muy consciente de ello. Sin embargo, fijarse un objetivo común es un deber: alcanzar un impacto neutral o, incluso, positivo con el entorno. Identifiquemos este desafío y trabajemos incansablemente para lograrlo. Conjuntamente, podemos hacer una diferencia significativa y dejar un legado favorable a las generaciones futuras.
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