Más de la mitad de las empresas medianas españolas (54%) tiene previsto invertir en iniciativas sostenibles en los próximos doce meses, una intención que ha aumentado seis puntos porcentuales en el segundo trimestre de 2024 y que se encuentra por delante del promedio de los países comunitarios, situado en el 50%.
Esta es una de las conclusiones del estudio “El camino hacia un futuro sostenible: Por qué el mundo necesita un middle market sostenible” elaborado por Grant Thornton y con el que se busca arrojar luz sobre la importancia de la sostenibilidad en el tejido empresarial mundial.
Entre los principales motivos por los que nuestras compañías se lanzan a invertir en sostenibilidad están la reputación de marca, la mejora de la competitividad y sus objetivos comerciales.
En cuanto a áreas concretas, cerca de la mitad (48%) de las compañías de nuestro país tienen previsto invertir en energías renovables, una apuesta que es más alta que la media de la Unión Europea (43%) y del conjunto de los países participantes en el estudio (42%).
La gestión y reducción de los residuos es el segundo destino de inversión para los directivos españoles, elegido por el 35%, seguido por el empleo de la digitalización para impulsar la eficiencia (34%), el desarrollo de productos sostenibles y la reducción de emisiones de carbono (ambas con el 30%).
“La adopción de criterios sostenibles no solo es recomendable por el cumplimiento de la normativa, sino que supone ventajas también a nivel de imagen y rentabilidad, o para facilitar y agilizar los procesos internos. Los responsables de las empresas medianas lo saben y están haciendo grandes esfuerzos en este sentido”, señala Sergi Puig-Serra, socio de Auditoría y Assurance No Financiero de Grant Thornton.
El 40% de las empresas ya tiene una estrategia de sostenibilidad
El informe de Grant Thornton también ha tenido en cuenta las iniciativas que las organizaciones españolas han puesto en marcha en esta materia o que tienen previsto implantar próximamente, siendo la elaboración de una estrategia de sostenibilidad la medida más habitual. De hecho, cuatro de cada diez directivos aseguran haberla puesto ya en marcha o tiene planeado hacerlo en los próximos doce meses.
La elaboración de informes y memorias (32%), la evaluación de criterios ESG (33%) y el cumplimiento de objetivos en materia de sostenibilidad (38%) son otras de las iniciativas ya puestas en marcha por las compañías de nuestro país y que también se encuentran entre las que más se desarrollarán en el futuro.
Aunque el nivel de implantación de las medidas en la Unión Europea es similar al de nuestro país, el estudio de Gran Thornton indica que España todavía se encuentra por debajo del compromiso mundial por la sostenibilidad. De este modo, una de cada dos compañías de todo el mundo (51%) ya tiene implantadas estrategias en este sentido y cerca de la mitad tiene puestos en marcha mecanismos para evaluar su cumplimiento (47%).
Pero aún queda camino por recorrer, aunque la adopción de iniciativas sostenibles por parte del middle market marcha a buen ritmo, las grandes organizaciones llevan años implantándolas.
El cumplimiento de los criterios ESG, obstáculo para la internacionalización
Por otro lado, las empresas medianas tienen una idiosincrasia propia que las impide avanzar en materia de sostenibilidad al mismo ritmo que el de las compañías más grandes. Según un estudio de Pacto Mundial, el porcentaje de grandes empresas que trabajan ámbitos relacionados con los ODS ya alcanza casi la totalidad (99%) y dos de cada tres (67%) disponen una estrategia de sostenibilidad, mientras que esta tasa se reduce hasta el 28% en el caso de compañías menor tamaño.
La obligatoriedad en el cumplimiento de las normativas en materia de sostenibilidad es uno de los motivos de este desarrollo dispar.
Según el informe elaborado por Grant Thornton, dos de cada tres líderes del middle market español (65%) consideran que el cumplimiento de los criterios ESG (Environmental, Social and corporate Governance) supone un obstáculo para el desarrollo de sus negocios, hasta el punto de lastrar su expansión internacional, por culpa precisamente de las exigencias normativas.
Según Jaime Romano, socio director de Consultoría e Innovación de Grant Thornton, “las empresas españolas son perfectamente conscientes de las numerosas ventajas que conlleva para sus negocios el complimiento de las normativas relacionadas con la sostenibilidad, pero existen un gran número de circunstancias a su alrededor que las pueden llevar a no implantarlas en el corto plazo”.
En concreto, el 44% de los empresarios españoles señalan que contar con los recursos necesarios en términos de personal y tiempo es su principal preocupación a la hora de cumplir con las normativas relacionadas con la sostenibilidad, junto a la velocidad con la que las distintas instituciones las actualizan (43%).
Según el estudio, la complejidad y el coste de cumplir con un marco legislativo cambiante dificultan la adaptación de las compañías, creando una paradoja en la que se necesitan criterios de sostenibilidad para atraer inversión, pero también inversión para cumplir con estos criterios.
Marco normativo complejo
Nuestras empresas se enfrentan a un denso marco normativo en materia de sostenibilidad, que se ha visto incrementado notablemente en los últimos años. Uno de los elementos más importantes es la Directiva de Información Corporativa sobre Sostenibilidad, CSRD, que obliga a las compañías a aumentar la transparencia y la responsabilidad con sus grupos de interés, ampliando los informes de sostenibilidad.
Las compañías también han de cumplir con el Reglamento Taxonomía (UE) 2020/852, que exige reportar actividades medioambientales elegibles y alineadas. Además, los estándares IFRS S1 y S2 proporcionan directrices sobre riesgos y oportunidades climáticas y medioambientales, especialmente cuando no aplican otras normativas.
Por último, la Directiva en Diligencia Debida en Sostenibilidad, aprobada en abril de 2024, impone obligaciones para garantizar el respeto a los derechos humanos y el medioambiente, con sanciones de hasta el 5% del volumen de negocio en caso de incumplimiento.
“Un gran número de empresas españolas no son conscientes del “tsunami normativo” que deberán afrontar a muy corto plazo. La adaptación a las nuevas normativas europeas en materia de sostenibilidad es un proceso lento y complejo que debe planificarse con tiempo y recursos”, señala Sergi Puig-Serra, socio de Auditoría y Assurance No Financiero de Grant Thornton.
Grandes retos por afrontar
El estudio de Grant Thornton advierte que el middle market, por su gran peso en la economía y por su importancia en la cadena de suministro, es clave para la sostenibilidad global. Sin embargo, ha de afrontar retos fundamentales como la reputación y el acceso a la financiación, las crecientes presiones normativas, y las expectativas de inversores y consumidores.
De hecho, no apostar por la sostenibilidad puede influir negativamente en su capacidad para competir en mercados internacionales y afectar la percepción de inversores y clientes.
“No existe un enfoque único para avanzar en sostenibilidad: las empresas deben adaptarse según su contexto y objetivos. Algunas comienzan con estrategias mientras otras priorizan la recopilación de datos y la elaboración de informes. Este proceso cíclico y progresivo requiere de un asesoramiento adecuado para superar los obstáculos que se presenten y garantizar un crecimiento sostenible a medio y largo plazo. La clave de la sostenibilidad es integrarla en la estrategia global de la compañía, tener claros los objetivos y comprometer a toda la organización”, recomienda José Manuel López, socio de Auditoría y Assurance No Financiero de Grant Thornton.
Y grandes ventajas que conseguir
El estudio también señala que actuar con anticipación en los requisitos de sostenibilidad permite a las empresas medianas desarrollar procesos sólidos, mejorar la calidad de sus datos y minimizar las dificultades de implementación frente a normativas cada vez más complejas.
Aunque inicialmente puede parecer un obstáculo, la sostenibilidad ofrece ventajas competitivas como la diferenciación de marca, mayor resiliencia y acceso a nuevos mercados. Adoptar esta perspectiva permite atraer inversores, retener clientes y asegurar la salud a largo plazo del negocio, convirtiendo el cumplimiento normativo en una oportunidad estratégica.
“Consultar con asesores especializados puede simplificar el proceso de entendimiento normativo, así como ayudar a resolver dudas e incertidumbres sobre el qué, el cómo y el cuándo implementar determinadas actividades respecto a la aplicación efectiva de la normativa; facilitando la integración de dichas actividades en el marco de la estrategia de sostenibilidad de las Compañías”, recomienda Jaime Romano, socio director de Consultoría e Innovación de Grant Thornton.
Asimismo, la colaboración entre grandes empresas y el middle market es esencial para construir cadenas de suministro sostenibles y sólidas, reduciendo riesgos y fortaleciendo la reputación de todos los involucrados.
Las grandes corporaciones pueden compartir su experiencia para ayudar a las medianas a sortear desafíos normativos y cumplir con objetivos compartidos. Sin embargo, avanzar en sostenibilidad es un proceso gradual que requiere tiempo y compromiso.
El primer paso, por pequeño que sea, es fundamental para sentar las bases de una mejora continua y adaptarse a un entorno normativo en constante cambio. “Hemos de contemplar la sostenibilidad, más que como una obligación, como una oportunidad”, recuerda Jaime Romano.
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables.