La adaptación a los efectos del cambio climático, el avance en la descarbonización, la necesidad de una movilidad alternativa, el acceso a viviendas asequibles o la mejora de la cohesión social son los retos de presente y de futuro que nos impulsan a integrar la sostenibilidad en la manera de entender y desarrollar los proyectos urbanos.
Por ello, desde Metrovacesa se trabaja para contribuir a alcanzar ciudades y comunidades sostenibles en línea con la Agenda 2030. Pionera en el sector, la promotora inmobiliaria ha creado un departamento específico de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS) con un claro enfoque de urbanismo participativo. Se trata de una apuesta estratégica de la compañía para afianzar el compromiso con los territorios y comunidades locales donde se insertan sus proyectos, con el objetivo de mejorar su entorno desde una visión integrada y transversal que tenga en cuenta una triple dimensión: medioambiental, económica y social.
La cartera de suelo en desarrollo de Metrovacesa tiene un tamaño que ronda los 5 millones de metros cuadrados, repartidos por toda la geografía nacional. Sirva esta cifra para dar una idea de la capacidad de impacto que tiene el sector privado a la hora de transformar las ciudades de manera diferente y contribuir a que las ciudades sean más activas, saludables, inclusivas, seguras, resilientes y, en definitiva, sostenibles.
Desde el departamento DUS están convencidos de que un acercamiento sostenible a los procesos de transformación urbana tiene necesariamente que involucrar a la ciudadanía en todas sus fases, desde el diseño y el planeamiento hasta la gestión, ejecución y consolidación de los proyectos. Actualmente, algunos de sus proyectos más relevantes en grandes ciudades como Madrid, Valencia, Barcelona o Coruña ya se están planificando con un modelo participativo distintivo y único en el sector.
El urbanismo participativo consiste en lograr que todos los actores entren en una zona de aprendizaje en la que, aun partiendo de visiones distintas sobre cómo debe ser el futuro de la ciudad, se abran espacios de diálogo para llegar a valores comunes. El resultado serán proyectos que encaucen las necesidades y expectativas de todas las partes, encontrando ese deseado equilibrio entre el impacto ambiental, económico y social que implica toda actuación en el entorno urbano.
Aunque Metrovacesa tiene proyectos diferentes que atienden a contextos sociales muy diversos, el departamento DUS ha establecido una innovadora metodología común de trabajo para abordar los grandes desarrollos, con la clara voluntad de hacer partícipes a los múltiples actores que tienen parte activa en la transformación del entorno urbano.
Esta metodología parte de un primer diagnóstico participativo que permite conocer en profundidad la realidad urbana y social que rodea a los proyectos y dar voz a todos los grupos locales que puedan aportar al mismo (asociaciones vecinales, colegios, entidades deportivas, grupos de acción social y cultural). Así, se recogen y visibilizan también los intereses de grupos que podrían quedar subrepresentados en estos procesos como la infancia y los jóvenes, los mayores, las personas con discapacidad u otros colectivos vulnerables.
Con esa radiografía inicial, se elaboran los planes de participación y de comunicación, liderados por equipos de referencia en el ámbito del urbanismo participativo asentados en cada uno de los territorios y, por tanto, conocedores de la realidad local. En coordinación con estos equipos, se planifican acciones participativas de todo tipo, desde mesas de trabajo para co-diseñar aspectos concretos de los proyectos, hasta encuentros orientados a generar debate y exponer las diferentes sensibilidades y percepciones sobre la manera de construir ciudad, a acciones de dinamización vecinal que buscan generar espacios de encuentro y activar la comunidad local.
Todas estas acciones, además, están orientadas a mejorar la interlocución con la ciudadanía e informar acerca de los proyectos y sus avances, para que todo aquel que quiera involucrarse en su desarrollo pueda contribuir. Por ello, se ponen en marcha nuevos canales de comunicación con la sociedad civil que permiten hacer pedagogía en los aspectos más técnicos del urbanismo, con un lenguaje accesible y comprensible para todo el mundo.
Hacer partícipe a la sociedad civil redunda en la mejora de los proyectos, que incorporan soluciones innovadoras no previstas, y, además, garantiza el avance hacia nuevos modelos de hacer ciudad necesarios para afrontar los retos medioambientales futuros.
De este modo, se puede implicar a la comunidad local en la aplicación de soluciones innovadoras en los proyectos como la incorporación de criterios de eficiencia energética, la circularidad en los materiales y los sistemas de construcción, la gestión responsable de los recursos hídricos y la protección de la biodiversidad.
En paralelo, se trabaja conjuntamente en la recuperación del patrimonio y la identidad local, la mezcla de usos urbanos, la búsqueda de nuevos modelos de vivienda para jóvenes y mayores, con la finalidad de conseguir ciudades más accesibles, saludables e inclusivas.
Aunque esta manera diferente y participativa de hacer urbanismo se va imponiendo como práctica habitual en países de nuestro entorno, desde el departamento DUS reconocen que están abriendo camino en España. Gracias a todas las iniciativas puestas en marcha en este ámbito, Metrovacesa ya es un referente en la gestión sostenible del suelo y la innovación urbana, para seguir potenciando un modelo de negocio responsable, en línea con la consecución de los ODS.