Fundación Naturgy presentó el informe ‘Reciclaje de eólica, fotovoltaica y baterías en Europa: una oportunidad para la recuperación de materias primas críticas’, elaborado por EIT InnoEnergy, que muestra cómo el reciclaje va a desempeñar un papel clave en la descarbonización de la economía y la transición verde. El documento aboga por transformar la gestión de los residuos de las instalaciones renovables en una oportunidad para contribuir a una mayor independencia energética.
El despliegue previsto de energías renovables en Europa en la próxima década requerirá de una gran cantidad de materias primas que, en ocasiones, son consideradas críticas. En el continente, más del 80% de las materias primas se importan, mientras que China es el proveedor del 60% de la demanda mundial de materiales. A ello se suma el fin de la vida útil de las instalaciones eólicas, fotovoltaicas y baterías, cuyos residuos se deberán gestionar de forma adecuada para minimizar su impacto en el medio ambiente.
En este contexto, el reciclaje es clave tanto para lograr la independencia de suministros y, por ende, la independencia energética de Europa, como para fomentar la economía circular y la gestión sostenible de los residuos. Según EIT InnoEnergy, todo ello va a requerir una mayor integración de todos los agentes de la cadena de valor.
La gestión de fin de vida actual se encuentra en puntos diferentes en función de la tecnología: la eólica está siendo bastante eficaz en la reutilización de componentes, mientras que el reciclaje fotovoltaico se enfrenta al reto de recuperar los materiales de más valor de sus sistemas para crear un incentivo en este mercado, tanto económico como de sostenibilidad. En el ámbito de las baterías de ion litio y su uso en el sector del automóvil, el reciclaje es más crítico, ya que se estima que para 2035 será necesario recuperar el 30% del cobalto, el 20% del litio y el níquel de las baterías usadas para poder hacer frente a la demanda.
El informe recoge que, en los aerogeneradores estándar, el 90% del peso total corresponde a materiales no específicos, que ya cuentan con tecnología para su recuperación. “Este sector es de los que más está reciclando en la actualidad, pero tiene otros retos como el de la recuperación de las tierras raras, que se utilizan en maquinaria eléctrica, y de las cuales Europa es deficitaria”, según Teresa Grijelmo, responsable de Gestión de Proyectos de Energías Renovables de EIT InnoEnergy. Idealmente, el uso circular de materiales podría suministrar un tercio de los materiales necesarios en Europa.
En la fotovoltaica, según datos de la asociación empresarial SolarPower Europe, la cantidad de instalaciones al final de su vida útil multiplicará por 16 la ratio de residuos sobre la capacidad renovable instalada. Los procesos actuales de reciclaje recuperan hasta el 80% del peso de un papel fotovoltaico, pero en este proceso los materiales más críticos se pierden. Como explicó Grijelmo, “la plata supone únicamente el 0,5% de la masa de un módulo fotovoltaico, pero representa el 47% de su valor económico total”. “Los procesos mecánicos que se utilizan en la mayoría de los centros de reciclaje impiden que se puedan recuperar materiales críticos que son los que más valor tienen, los que más van a escasear en un futuro y los que de verdad nos interesa recuperar”, afirmó Grijelmo.
El estudio también refleja la importancia de abordar el reciclaje de baterías. En la actualidad las prácticas no están estandarizadas, aunque se espera mayor eficiencia y homogeneización derivada de una mayor actividad en los próximos años, que dará lugar a economías de escala.
Coloquio a favor de las renovables
Durante el coloquio, Jacek Truszczynkski, director adjunto de Unidad, Economía Verde y Circular en la Comisión Europea, ha señalado que “la regulación en el ámbito del reciclaje es una prioridad en la agenda de la Unión Europea, tanto desde el punto de vista ambiental como por lo que implica de independencia estratégica”. Durante su intervención, también ha señalado que “en este sentido, competir sólo en precio puede dar problemas de competitividad, por lo que la UE presta especial atención a los aspectos medioambientales”.
Para Víctor Marcos, director de Energías Renovables y Mercado Eléctrico en IDAE, “en España estamos en un momento en el que tenemos la necesidad incomparable de desarrollo renovable junto con el reto del fin de la vida útil de los activos, unido a que sentimos la urgencia de mejorar nuestra seguridad energética desde un punto de vista geoestratégico, no solo medioambiental”. Por su parte, ha señalado que “IDAE quiere establecer una estrategia a largo plazo que se articula en una hoja de ruta de materias primas y los planes PERTE”, a lo que ha añadido que “en los concursos se van a tener en cuenta externalidades positivas de diferentes tipos”.
Marcos también ha añadido que “tenemos que ser conscientes de la urgencia de la situación, por la necesidad de reciclar porque vamos a tener que repotenciar muchos megavatios pero también porque tenemos que avanzar con paso decidido hacia lo más cercano al 100% de generación renovable”.
Maria Francisca Cao, de Innovación en Naturgy, ha señalado por su parte que “España tiene un alto potencial para el reciclaje de las instalaciones renovables. Se trata de un reto, no sólo por la posibilidad de generar una industria en el marco europeo sino por lograr ser independientes de las materias primas críticas a la hora de tener producto nuevo”. Además, ha afirmado que “desde Naturgy se ha identificado que ya hay valor económico en la recuperación de algunos materiales y que, por ejemplo, en eólica los fabricantes ya trabajan en ecodiseños”.
Cao se ha referido también a “la iniciativa GIRA Wind que Naturgy ha lanzado junto a otros socios estratégicos para el desmontaje y la gestión integral del reciclaje de parques eólicos, un proyecto que nace del compromiso con la sostenibilidad y la transición verde”.
En la apertura del acto, María Eugenia Coronado, directora general de Fundacion Naturgy, se ha referido a que “los objetivos de desarrollo de renovables son irrenunciables y estas instalaciones llevarán aparejado un alto volumen de residuos al final de su vida útil, para los que se presentan dos desafíos: qué vamos a hacer con todos estos materiales cuando terminen su vida útil y qué se puede hacer con la necesidad de materias primas para el exigente desarrollo renovable”.
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