Entrevistamos a Ana Elisa Rodríguez, directora de la Fundación Gómez-Pintado, que lidera el departamento de responsabilidad social corporativa en Vía Ágora. A través de la Fundación, Vía Ágora colabora y participa activamente dentro del sector inmobiliario en la promoción del bienestar social, económico y ambiental.
Ana Elisa Rodríguez nos explica como trabajan la sostenibilidad y la RSC en la Fundación a través de la formación, la investigación, el desarrollo, la innovación y el cuidado del medio ambiente.
¿Cuál es la misión, visión de la Fundación Gómez-Pintado y que valores impulsa?
La Fundación Gómez Pintado es una fundación sin ánimo de lucro cuyo compromiso es dar respuesta a las necesidades actuales de esta sociedad en los núcleos de población. Lo que hacemos es alinear las iniciativas de sostenibilidad de dos empresas, una de ellas es Vía Ágora, una promotora inmobiliaria, y la otra es una finca, llamada Pontezuela ubicada en Toledo. Lo que pretendemos es alinear estas iniciativas sostenibles en el cumplimiento de los ODS lo que da lugar a que cada una de las empresas no dispone de un departamento de RSC de forma individual, si no que vertebramos esos cumplimientos de los criterios de sostenibilidad desde fuera. Somos una entidad externa, independiente y con presupuesto propio por lo que tenemos un modelo ideal para hacer la integración de la RSC y llegar a la sostenibilidad desde un marco objetivo y diferente. A nivel de propósito, lo que hacemos es intentar lograr ese compromiso social con los núcleos de población tanto urbanos como rurales. Trabajamos con Vía Ágora en lo urbano, y en lo rural con Finca La Pontezuela para que sean ecosistemas más sostenibles, inclusivos y respetuosos.
Nuestra misión es promover la integración de los ODS mediante el apoyo y ejecución de proyectos socialmente responsables. Hicimos un análisis hace un año para saber qué ODS queríamos trabajar y cuales serían los idóneos para Vía Ágora y Pontezuela. Adoptamos unos ODS marco que son el ODS 11, referente a comunidades sostenibles, el ODS 13 para frenar el cambio climático y el ODS 17, la importancia de las alianzas. Y a partir de ahí, trabajamos con los transversales tanto con Vía Ágora como con Finca La Pontezuela. La formación está muy presente en los dos, con el ODS 4, y en cada uno de ellos por las singularidades que tiene cada entidad, se las ponemos de manifiesto a través de los ODS. La visión que tenemos es ser un motor del cambio que contribuye a crear un modelo social alineado con los ODS con la intención de llegar a ese desarrollo sostenible.
¿A qué necesidad social obedece la Fundación Gómez-Pintado?
La Fundación obedece a necesidades sociales que se han detectado y que pueden ser desarrolladas a través del sector promotor y agronómico de la Finca La Pontezuela, en concreto del sector olivarero.
Los fines recogidos en el artículo 3 de los estatutos de la Fundación son:
- la promoción y el fomento de proyectos de Formación, Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica (I+D+I), la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social, en el ámbito de la construcción y del sector inmobiliario.
- Además de otros proyectos educativos, asistenciales y sociales.
A nivel de formación, hemos iniciado la promoción y patrocinio de un curso de construcción en madera porque detectamos que desde el sector promotor español el uso de materiales como la madera es más sostenible, degradable y compostable. Tenemos una masa forestal magnífica, y somos el segundo país de Europa con más superficie de masa forestal. Sin embargo, la madera apenas se emplea en la construcción en España. Su uso está vinculado a viviendas unifamiliares, pero en construcciones en alturas, en zonas residenciales o en oficinas no es habitual. Ante esta realidad, observamos que los arquitectos, técnicos e ingenieros no tenían ese conocimiento adquirido. No era habitual que en las escuelas formativas impartieran esa formación por lo que decidimos promocionar un curso de construcción con madera en la Universidad Politécnica de Madrid. A pesar de esta situación provocada por la pandemia, el curso, que se inició en octubre de 2020 y ha concluido el 23 de abril de 2021, ha contado con 24 alumnos, el máximo cupo que se permitía, formado por arquitectos, aparejadores o ingenieros. Se ha becado a 11 alumnos con un 25% de reducción en la matrícula. Ha sido un curso muy productivo ya que los propios alumnos pueden ser posibles prescriptores, y grandes conocedores de la cadena de valor para ir generando cambios en la manera de considerar y construir con nuevos materiales.
En este momento, estamos también trabajando en otro proceso de formación en el sector olivarero porque detectamos que en la zona central de España hay mucha cultura y tradición olivarera. Es un ecosistema imprescindible a nivel económico, social y medioambiental, y sin embargo, no es tan habitual tener una formación en cuanto a poda, fertilización, tratamiento y en temas de gestión agroeconómica. En Andalucía, hay mucha vinculación con las universidades y centros de investigación, cosa que no ocurre en la zona del centro de España que cuenta con un aceite de oliva magnífico y que nos parece importante promocionar. Y en cuanto a investigación, otro proyecto que hemos promocionado y desarrollado es el cálculo de la huella medioambiental. En su momento, calculamos lo que era la huella hídrica y de carbono en el ámbito de la construcción residencial, pero no había una huella de residuos de construcción y demolición, siendo estos los primeros generadores de residuos en el ámbito europeo. En la última encuesta de Eurostat así lo refleja: el primer generador de residuos es la construcción y demolición, y el tercero son los consumidores y hogares. Por ello, nos parecía fundamental calcular esa huella en el sector inmobiliario. En febrero, hemos firmado un acuerdo con la Escuela de Edificación de la Politécnica de Madrid en el que dos investigadoras van a hacer un análisis de esa huella, para ver cuáles son los residuos que se producen, en qué cantidad, y si se puede establecer un modelo de cálculo de residuos. Por tanto, hay que ver qué está pasando desde la fase proyecto a la fase constructiva para reducir estos residuos de la construcción y demolición, y fomentar la economía circular en el ámbito de la construcción.
La incorporación de conceptos como sostenibilidad, digitalización, economía circular o ética han cambiado durante este periodo de crisis sanitarias. ¿Cómo lo habéis vivido desde la Fundación Gómez-Pintado?
Te diría que no ha habido grandes cambios porque ya existe una clara conciencia ambiental. Sin embargo, hemos notado que ha habido una mayor inquietud por el cuidado del planeta en pequeñas cosas del día a día, en los compañeros y en sus familias. Ha sido un momento en que todos nos hemos hecho la pregunta a nivel individual de qué puedo hacer yo por el planeta. Esa pregunta innata de servicio más humanizado se ha puesto de manifiesto, y por supuesto, ha sido reforzada por la importancia de las alianzas.
¿Qué otras buenas prácticas en materia asistencial, de sostenibilidad y social puedes compartir?
Llevamos trabajando con la Asociación Manos Ayuda Social varios años. Este año hemos repetido, es una entidad que está en Vallecas (Madrid), y ofrece una ayuda y una asistencia social integral. Además de ser un comedor social que da comida a 200 personas a diario, también imparten una orientación socio-laboral para promover una independencia social y económica. Es llamativo destacar que estaban detectando problemas de mal nutrición en ambulatorios y estaban derivando desde los propios ambulatorios a los médicos. Es un trabajo que hacemos desde hace tiempo y queremos seguir colaborando con ellos. Otro proyecto que esperamos desarrollar este año es el torneo de Fútbol 7 que hacemos en el sector inmobiliario a favor de la Fundación Down Madrid. Es una jornada inclusiva con chicos y chicas de Down Madrid en el que 17 empresas participan en un torneo de fútbol, junto a la fundación Asprima (Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid). Este año hemos tenido que organizar un evento on line debido a la COVID, y queremos llevarlo a cabo de forma presencial en el segundo trimestre. Recientemente, hemos empezado con la Alianza de Vacunación Infantil a escala mundial con la intención de aumentarla en colaboración con La Caixa. Además, hemos cerrado un proyecto con la Fundación Child Héroes para la construcción de 15 viviendas para las familias que sufrieron un incendio en Angola Town. En este proyecto nos unimos a una alianza de 15 entidades inmobiliarias para construir 15 viviendas. Otro proyecto que hemos desarrollado, y que hemos concluido el 5 de diciembre de 2020, es la participación en el Centro de Interpretación del olivar en la Finca de Pontezuela. Se trata de un centro que va más allá de ser un museo, porque es integrador, conocedor y formativo a nivel del visitante y de los colegios. Hemos comprobado que en la comarca de la Jara toledana se genera un aceite de oliva virgen extra de gran calidad, sin embargo no se concebía el olivar como promotor del desarrollo económico y del sector turístico cuando está situado en el Parque Nacional de Cabañeros. Los habitantes del pueblo donde está la finca contaban que la gente va al Parque Nacional de Cabañeros pero que nadie se interesa por ver el pueblo y los pueblos colindantes. Por ello, nos parecía interesante crear un núcleo a nivel agroturístico y formativo para que se conociera la riqueza cultural, patrimonial y biológica de esta comarca y su población. Estamos muy satisfechos con el proyecto porque está teniendo muy buena acogida a pesar de esta época de pandemia. Las visitas son interactivas con hologramas y actividades de todo tipo en un parque nacional de gran interés patrimonial y cultural. También, estamos trabajando con la Fundación Seur en el proyecto Tapones para una nueva vida en los que se recopila todo tipo de tapones para ayudar a niños y niñas que tienen algún problema que no puede ser cubierto por la sanidad pública. Hacemos también formación interna como por ejemplo el curso sobre economía circular con Vía Ágora y Finca La Pontezuela que se ha llevado a cabo hace unas semanas. En este proyecto de formación actúa tanto el departamento comercial, como el de Recursos Humanos y el departamento técnico. Por tanto, es muy enriquecedor poder juntar varios ecosistema.
¿Qué medidas internas y externas se han desarrollado para paliar los efectos de la crisis del COVID-19?
En aquel momento en el que estábamos todos confinados, nuestro conocimiento y nuestra forma de llegar a conseguir Epis era inviable. Comprobamos que la solución que teníamos más próxima era empezar a hacer donaciones de alimentos, en concreto, de aceite de oliva virgen extra. En el mes de abril, empezamos a realizar donaciones masivas de aceite virgen extra a Cáritas de Madrid, a Cáritas de Toledo, al Banco de Alimentos de Madrid y de Talavera de la Reina y a la Parroquia de San Juan de Dios en Vallecas. Durante el mes de diciembre hicimos una segunda donación, y en total donamos 21.600 litros de oliva virgen extra. Colaboramos también con la Fundación Adentia que ayudan a menores que viven en Residencias Infantiles de la Comunidad de Madrid para que tuvieran acceso telemático e informático a su formación escolar.
Por otro lado, en diciembre de 2020 decidimos celebrar el Torneo de Fútbol 7 con la Fundación Down Madrid y Asprima y en él pudimos conocer como estaban viviendo el confinamiento. Fue muy emotivo hablar con ellos y con sus instructores. En cuanto a medidas internas, todo el equipo de la Funbdación decidimos que queríamos hacer algo en conjunto, y en diciembre llevamos a cabo una colaboración con el Árbol de los Sueños de La Caixa y con la Fundación Villena La Salle que les hicieron llegar la carta de los Reyes Magos a los niños. Esto nos hizo recapacitar a todos que una acción tan sencilla como esta podía hacer tan feliz a los niños. Además, hicimos una recogida de juguetes para la Parroquia San Juan de Dios.
¿Cuál el plan de futuro de la Fundación en materia de RSC y sostenibilidad?
En un futuro inminente nos centraremos en el ámbito de la formación, ODS 4, porque vemos que el mercado laboral ha sufrido las consecuencias de la pandemia por la COVID-19. En concreto, una parte de los esfuerzos van en la línea de ese aprendizaje de acuerdo a este ODS generando nuevas oportunidades laborales y fomentando la sostenibilidad. Volveremos a patrocinar el Curso de Construcción con madera, y estamos viendo cómo impartir un máster contando con una mayor amplitud de horarios y de programa. Estamos a punto de firmar un acuerdo con la Universidad Politécnica de Madrid para patrocinar un aula formativa en BIM que es una herramienta que utilizan los arquitectos destinada a la fase de proyectos y construcción. Y en el sector olivarero estamos viendo con la Comunidad de Castilla La Mancha qué ciclo formativo podríamos desarrollar en la Finca Pontezuela para fomentar este sector en dicha Comunidad. Al final, comprobamos que el modelo formativo-colaborativo es muy enriquecedor y es la manera de multiplicar las posibilidades. Además, tenemos proyectos colaborativos que están presentes en la Universidad, y queremos crear un caldo de cultivo que mejore la empleabilidad en nuestro país.
Aquí puedes escuchar la entrevista completa a Ana Elisa Rodríguez