Recientemente en la cadena de supermercados Veritas hemos cumplido un año desde que impulsamos la iniciativa llamada “Provoquemos un cambio”, mediante la cual aplicamos un IVA superreducido a los productos de higiene femenina y los pañales, por debajo del que marca la legislación, además de ofrecer ayudas económicas a las personas celíacas. Se trata de una iniciativa de activismo enmarcada en nuestra voluntad para impulsar cambios legislativos orientados a revertir situaciones que nosotros consideramos injustas, y así mejorar la calidad de vida de las personas y la sociedad.
La iniciativa nació de una reflexión; desde hace años la sociedad se ha involucrado en la solución de los desafíos a los que nos enfrentamos actualmente, desde los ciudadanos con procesos de reciclaje, ahorro energético, etc. pasando por empresas con acciones y objetivos RSC, hasta los estados y sus gobiernos con agendas específicas que abordan estos retos. Pero consideramos que el sector privado debía ir un paso más allá. En ocasiones ciertas causas se comparten exclusivamente desde una estrategia de comunicación, o con tácticas aisladas. Lo que se traduce en alguna subvención, acciones sociales puntuales, o simplemente campañas de concienciación, que también son positivas, pero en demasiadas ocasiones insuficientes.
En Veritas no es ni una consecuencia ni una estrategia. Se trata de una vocación de cambio real tratando de aportar soluciones específicas. Nacimos para que toda la cesta de la compra ecológica y sostenible se pudiera hacer en un mismo lugar, pero seguimos empeñados en lograr que el mundo mejore, lo que nos convierte en no solo un supermercado, sino en una marca de activistas por el cambio.
Las primeras prioridades que nos marcamos están además en un contexto actual en el que gracias al activismo social están más presentes que nunca. El avance por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres, por ejemplo, ha tenido ya resultados en otros países. Escocia se ha convertido en el primer país del mundo en el que las compresas y tampones son gratis, siendo el pionero en considerar estos productos esenciales. Otros como Alemania o Reino Unido han bajado la carga impositiva, Irlanda no tiene ningún impuesto, y Francia lo tiene al 5% considerándolos así de primera necesidad. En España sigue sin ser considerado de primera necesidad a pesar de que hace pocos años haya tenido reducciones.
Es verdad que tenemos un gran reto por delante, que no es otro que lograr que nuestras iniciativas sumen presión social para que los cambios legislativos se vuelvan a poner sobre la mesa. En este sentido es una gran ayuda llevar a cabo esta iniciativa en colaboración con agentes sociales expertos como la Associació Celíacs de Catalunya, la Asociación de Familias Numerosas de Cataluña y el Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya.
Hasta que los cambios sean una realidad desde Veritas mantenemos este esfuerzo de manera unidireccional, asumiendo un coste que ayude a visibilizar situaciones injustas. El gran reto será, precisamente, no tener que hacer este esfuerzo y seguir llevando a cabo iniciativas que logren provocar más cambios por una sociedad mejor.