La preocupación por el medio ambiente y las causas sociales es ya una realidad. Los consumidores están cada vez más concienciados con el planeta y el entorno. De hecho, el 73% de ellos selecciona sus productos atendiendo a motivos éticos, sostenibles y ecológicos, según un estudio de la OCU y Foro Nesi. Como reflejo de esta inquietud, todos los actores de la cadena de suministro están cambiando su forma de operar para hacer de ella un ámbito más ético y sostenible.
Según un estudio de APICS sobre la cadena de suministro, en 2018 el 83% de los profesionales de esta área pensaba que la ética era extremadamente o muy importante para su organización. Prueba de ello son los datos recogidos por el informe Tendencias en la Supply Chain de AECOC, que asegura que en los próximos años veremos un cambio importante en este sentido: el 87% de los distribuidores encuestados considera que se van a primar los envases con medidas que optimicen su transporte y su almacenamiento; además, para el 75% de fabricantes y distribuidores se fomentarán los envases reciclables y recuperables.
“El fin está claro: hacer que la cadena de suministro sea mucho más responsable para con el medio ambiente”, señala Jorge Martínez, director regional de OpenText en España y Portugal. “Hoy en día, esta cadena se considera estratégica para el negocio, y cumplir con las expectativas de los clientes a la hora de operar de forma ética y sostenible se está convirtiendo en una prioridad cada vez mayor para sus responsables”, añade.
Definiendo la cadena de suministro responsable
Las operaciones de las cadenas de suministro modernas se han vuelto mucho más orientadas al cliente, y muchas empresas la utilizan estratégicamente para impulsar iniciativas comerciales y mejorar la experiencia del cliente. Esto significa comprender sus necesidades y expectativas, y la sostenibilidad y los negocios éticos son ahora los diferenciadores clave.
Una cadena de suministro responsable debe abordar tres elementos clave: responsabilidad económica, medioambiental y social; y debe centrarse particularmente en 6 ámbitos: eliminar la esclavitud y el trabajo infantil, garantizar condiciones laborales seguras e higiénicas, proporcionar un salario y un horario de trabajo dignos, eliminar la corrupción y los sobornos, emplear proveedores y fuentes responsables de abastecimiento, e impulsar una concienciación ambiental y la sostenibilidad.
“Las empresas no pueden abstraerse de la responsabilidad de lo que sucede en sus cadenas de suministro. La transparencia y la visibilidad que los profesionales de las cadenas de suministro de todo el mundo han incorporado en sus operaciones es exactamente lo que se necesita para garantizar que se adopten políticas y prácticas éticas”, explica el directivo de OpenText.
Cómo hacer una cadena ética y sostenible
Como en muchos sectores industriales, la tecnología tiene un papel importante que desempeñar en el desarrollo de una cadena de suministro más ética y responsable, ya que permite a las organizaciones garantizar la transparencia de la información sobre todos los proveedores, gracias a sistemas que capturan y gestionan todo el flujo de información a lo largo de la cadena de suministro. En este sentido, OpenText señala que hay seis pasos que se deben llevar a cabo para construir con éxito cadenas de suministro éticas y sostenibles:
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Identificar proveedores de confianza. Es imperativo que las empresas puedan confiar en sus socios y que estos compartan idénticas políticas para garantizar prácticas de trabajo éticas de extremo a extremo de la cadena.
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Establecer relaciones seguras con los socios. Una vez que se ha seleccionado un proveedor o socio, es importante asegurar la interacción de éste con la organización para aumentar la confianza y minimizar el riesgo en las relaciones con ellos
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Digitalizar la cadena de suministro. Idealmente, esto se haría en un entorno en la nube donde los datos estén integrados que permita que la plataforma de la cadena de suministro se adapte a las demandas cambiantes de los consumidores y a las condiciones fluctuantes del mercado.
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Monitorizar los envíos. La clave para generar confianza y proteger la reputación de una organización es conocer la fuente de todas las piezas que componen un producto. Aprovechando el internet de las cosas (IoT), las organizaciones pueden mejorar la visibilidad de la cadena de suministro al rastrear tanto el movimiento como la condición de los envíos.
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Administrar comunidades de proveedores. Las prácticas éticas deben gestionarse de manera continua, y las empresas deben pensar cómo mejorar la colaboración diaria dentro de sus cadenas de suministro para lograrlo. La colaboración con los socios ayuda a impulsar una mayor adopción y adhesión a las prácticas de abastecimiento ético.
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Recopilar información sobre ética. Para muchas organizaciones, monitorizar el funcionamiento de los socios y comprender verdaderamente el “pulso” ético de las cadenas de suministro sigue siendo un desafío clave. En este sentido, las herramientas avanzadas de análisis, inteligencia artificial y machine learning ofrecen una solución útil que proporciona una gran cantidad de información sobre los procesos cotidianos y el rendimiento ético de sus socios para poder adoptar decisiones de negocio en consecuencia.