Cierra los ojos y piensa en la acción de reciclar. ¿Qué ves? Imagino que, al igual que yo y todos los que compartimos una misma preocupación por reducir nuestro impacto en el medioambiente, te visualizas abriendo la tapa del contenedor amarillo y depositando dentro tus residuos. Ahora, abre los ojos. Baja a la calle y cruza la acera hasta llegar a la ONG local que tengas más cerca. Pues bien, en este momento, el trabajo que realizan a favor de los vecinos que más lo necesitan puede que, en parte, sea posible gracias a esa acción de reciclar. Lo mismo si te encuentras disfrutando de una nueva zona verde o en un espacio sin basuraleza en tu ciudad.
Esta simbiosis entre los beneficios ambientales inherentes al reciclaje, a los que ahora se le suman la solidaridad, la colaboración comunitaria y el apoyo a lo local, suponen una redefinición de la forma en la que realizábamos este gesto hasta ahora, gracias a RECICLOS. Este Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) contribuye a que proyectos de carácter social y basados en la sostenibilidad reciban un impulso a través del reciclaje efectuado por los ciudadanos y ciudadanas, haciendo que este compromiso de la sociedad con el medioambiente contribuya, a su vez, a trabajar en favor de todo aquello que nos enriquece: nuestra sociedad, el valor de la proximidad, los espacios naturales, la biodiversidad y los proyectos compartidos.
Tenemos el poder al alcance de nuestra mano – o más bien de nuestro smartphone – de, al reciclar en alguno de los contenedores y máquinas de RECICLOS que se encuentran en toda España, incidir de manera positiva en la propia evolución de nuestra sociedad. La posibilidad de depositar una bolsa en uno de los contenedores amarillos que ahora pintan nuestras calles y colaborar con un banco de alimentos, actuar a favor de aquellos que sufren las situaciones más vulnerables o de proteger la diversidad ecológica es algo más que una realidad.
Más de 3 millones de ciudadanos pueden ya donar sus puntos obtenidos al reciclar para conseguir mejores entornos urbanos y más accesibles para todos. A ello se le suman más de 60 máquinas que, repartidas en sitios tan frecuentados como centros comerciales, polideportivos, centros de ocio y mercados municipales, contribuyen ya no solo a que se le dé una segunda vida a los envases generados fuera de casa, sino, también, a que se fomente la movilidad sostenible o se provea de alimentos a las familias que más lo necesitan. Hablamos, no obstante, de un agente de cambio positivo para la sociedad, capaz de demostrar que esto ya no es solo una cuestión de respeto medioambiental, sino también de cambio social.
El compromiso colectivo que estamos viendo por parte de la ciudadanía con el medioambiente es cada día mayor, consolidándose como un hábito muy arraigado –casi 39 millones de españoles declaran separar sus envases a diario– y demostrando que, ahora, a esta implicación con el entorno natural se le suma también una implicación para con sus vecinos y municipios. Todo esto pone de relieve una realidad esperanzadora: y es que, para hacer del mundo un lugar mejor, solo es necesario querer que así sea.
ODS12. “Reciclaje como sinónimo de solidaridad”
Artículo de opinión de Nieves Rey, Directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes
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