Bioeconomía y economía circular son los dos pilares de una nueva economía basada en el consumo sostenible. La combinación de estos dos nuevos paradigmas permite un mejor y más eficiente uso de los recursos. Este doble concepto es un potente instrumento para acelerar el progreso hacia una economía baja en carbono. Y en esta transformación industrial, la bioeconomía circular del papel es un claro referente, llamado a liderar la nueva economía descarbonizada.
En la industria papelera se produce de hecho una doble circularidad: la circularidad natural (fabricación de productos procedentes de fuentes naturales y renovables) y la circularidad social e industrial del reciclaje (productos reciclables que tras su uso se reciclan masivamente).
La industria de la celulosa y el papel española contribuye a la generación de riqueza, siendo además motor de una potente cadena de valor, cuya aportación global a la economía supone el 4,5% del PIB español y que genera uno de cada cincuenta empleos en nuestro país. Un aspecto especialmente reseñable de la cadena de valor del papel es el carácter local de las materias primas empleadas. La práctica totalidad de la madera y las tres cuartas partes del papel para reciclar que utiliza como materias primas la industria papelera española son de procedencia local.
El sector mejora la calidad de vida de los ciudadanos con productos papeleros que están sustituyendo crecientemente a otros materiales procedentes de recursos fósiles no renovables en la demanda de los nuevos consumidores.