El 29 de agosto de 1900 se estableció el Día del Árbol en Argentina y este año se conmemora en un momento trágico para todos: la difusión de los incendios en la Amazonia. La pérdida de biodiversidad y recursos, así como el riesgo en pérdidas de suelo y cuencas de agua es enorme. A ello, se suma el impacto en el cambio climático, que llevó a decir al Secretario General de la ONU Antonio Guterres «En medio de una crisis climática internacional, no podemos permitir que se produzcan más daños en una importante fuente de diversidad y oxígeno».
Frente al desafío del cambio climático, el árbol, ya sea en la ciudad como en el campo, es una de las herramientas más eficientes para absorber los gases de efecto invernadero (GEI) y se ha medido que un árbol adulto provee el oxígeno necesario para 4 personas.
Por su lado, la madera -si viene de bosques gestionados en forma sostenible- es una materia prima renovable, reciclable y carbono neutro o positivo. En un mundo que tiene el desafío de dar alternativas ante el crecimiento de la población, la inclusión en el bienestar de millones de pobres y en un contexto de recursos escasos y cambio climático, las opciones de productos amigables con un desarrollo sostenible son pocas. La madera es una de ellas. Provee materia prima para productos de primera necesidad de la población, como viviendas, muebles, papeles, energía, químicos, reemplazando en muchos casos, el uso de productos no renovables provenientes de la minería y los combustibles fósiles. Con las nuevas tecnologías, como la nanotecnología y las biorefinerías, se agregan un sinnúmero de otras aplicaciones en biomateriales y química verde.
En este contexto, Argentina tiene la posibilidad de dar respuesta a la imperiosa necesidad de aumentar la cantidad de árboles para no solo colaborar en la absorción de GEI, sino para ser un proveedor confiable de madera para sus múltiples usos. La pregunta que surge inmediatamente es de dónde obtener maderas de forma sostenible. Tradicionalmente, han sido los bosques naturales los proveedores de madera. Estos bosques tienen valores en biodiversidad, conservación de suelo, de cursos de agua, etc. que pueden superar el valor de la madera que proveen. Por otro lado, ya se han perdido millones de hectáreas de bosques por el reemplazo con agricultura y ganadería o con tragedias evitables como la de la Amazonia. Por ello, desde diversas organizaciones ambientales apoyan las plantaciones forestales gestionadas sosteniblemente como la opción para proveer madera quitando presión a los bosques nativos.
En la reunión del G7 de Biarritz, los presidentes coincidieron en la necesidad de colaborar en forma inmediata en detener la destrucción del fuego, y en el mediano plazo, a “reforestar” las zonas devastadas.
La recuperación de la selva amazónica llevará años. Argentina puede responder rápidamente con la expansión de plantaciones de alto crecimiento para absorber el CO2 emitido. Actualmente, se tiene una superficie de 1,3 millones de ha de plantaciones forestales, principalmente de pino, eucalipto y salicáceas. Desde el Gobierno Nacional -y dentro del Acuerdo de París- han presentado como objetivos en la contribución nacional a la mitigación de CO2 llegar a 2 millones de ha de plantaciones forestales para el año 2030.Este objetivo es factible de ser cumplido y ampliamente superable, ya que se estima que hay alrededor de 3,7 millones de hectáreas de tierras de aptitud forestal de alta productividad mundial que no compiten con la agricultura ni con los bosques nativos.
En enero de este año se promulgó la modificación y prórroga de la Ley 25080 de promoción de bosques de cultivos, que otorga hasta el año 2029 una serie de beneficios fiscales y la devolución de parte de los costos de plantación. En este sentido, desde AFoA se destaca el lanzamiento del Seguro Verde, una iniciativa voluntaria en que unas 12 Compañías de Seguro destinan un 1% del valor de cada póliza digital de automotores a financiar la Ley 25080 los aportes de la promoción de plantación y enriquecimiento de bosques nativos. Con este mecanismo, se ha logrado financiar la plantación de alrededor de 20 millones de árboles desde su vigencia, se han mantenido y generado alrededor de 10.000 empleos forestales y los automovilistas pueden reducir su huella de carbono.
El desafío para ampliar la superficie forestada en forma sostenible es la seguridad en el financiamiento y la inversión en el agregado de valor. La gestión sostenible puede lograrse, ya que se cuenta con herramientas como son los sistemas de certificación reconocidos internacionalmente (FSC y CERFOAR/PEFC) disponibles en el país. Actualmente, cerca del 45% de las plantaciones se encuentran certificadas. Y algo no menor, las plantaciones proveen materia prima al 95% de las industrias de base forestal del país, que incluyen alrededor de 2.700 PyMES que emplean en forma directa cerca de 100.000 personas. Se estima que agregar valor a los 2 millones de hectáreas de plantaciones que se tiene como objetivo al 2030 permitirá generar alrededor de 187 mil empleos nuevos y revertir el histórico déficit de la balanza comercial generando exportaciones por 2.500 millones de dólares.
El financiamiento estable, ya sea con la continuidad del Seguro Verde o la posibilidad de fondos internacionales vinculados a la mitigación del cambio climático, son condiciones necesarias para ampliar la superficie forestal.
En el Día del Árbol resaltamos que Argentina no sólo puede, sino que debe aportar a este desafío mundial del cambio climático desde donde tiene la mayor ventaja: plantar árboles.