En un contexto socioeconómico cada vez más complejo, empresas y organizaciones se enfrentan a nuevos desafíos para que sus modelos de negocio impacten positivamente en la sociedad y las economías más allá de su propia actividad. Según el informe ‘Approaching the Future 2023′, la integración de la sostenibilidad y de los criterios ESG en la estrategia central del negocio son los aspectos más relevantes para las organizaciones en lo que respecta a la gestión de intangibles y una de las prioridades en las que más están trabajando actualmente las empresas.
También señala el estudio que cada vez son más las organizaciones que integran la sostenibilidad en las estrategias de negocio (60,7%), que definen compromisos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (41%) o que mejoran su adaptación a las nuevas regulaciones en materia de sostenibilidad (37,5 %).
De esta manera, la medición del impacto real que tienen las iniciativas sostenibles que implementan, así como la comunicación de este compromiso, se convierten en aspectos fundamentales para transitar hacia modelos cada día más sostenibles en los que prime la transparencia. No sólo de cara a los stakeholders institucionales, sino para incentivar la formación de un consumidor consciente que tome decisiones basadas en datos y hechos tangibles; contribuyendo así, desde las empresas, a construir una sociedad cada vez más responsable.
En Pascual, llevamos años implementando una estrategia de negocio y gestión responsable basada en criterios ESG, que define nuestros compromisos como empresa: fomento del bienestar y la salud de las personas, desarrollo y contribución a la sociedad y economías locales y cuidado del medioambiente. En este sentido, el ranking de Responsabilidad ESG de Merco situó a Pascual como la empresa de alimentación más responsable del país en 2022, logrando así los mejores resultados de nuestra historia.
Un camino que hemos recorrido durante más de 50 años comprometidos con las personas y los entornos en los que operamos para impulsar las economías locales y la producción sostenible a través de dos palancas estratégicas: el cultivo 100% local a través de nuestra marca de bebidas vegetales, Vivesoy; y nuestro compromiso con el sector primario, gracias a unas relaciones estables, duraderas y cercanas con todos sus ganaderos y familias, ya que el 85% de sus granjas llevan más de 15 años colaborando con Pascual y el 100% de la leche que compra la compañía es de origen español, sobre todo de municipios de menos de 35.000 habitantes.
Además, en materia de personas, nuestras políticas son ejemplo de buenas prácticas en el sector agroalimentario. Durante más de cinco años, hemos desarrollado un modelo de Gestión de Recursos Humanos basado en establecer procesos precisos y rigurosos para asegurar el bienestar de nuestra plantilla; y también nos hemos convertido en la primera empresa láctea en recibir la certificación ABS Quality Evaluation por nuestro exitoso Plan de Igualdad, tras una auditoría externa que ha acreditado que no existe desigualdad salarial por motivos de género en la compañía.
Por otro lado, nuestro compromiso con el medioambiente es cuantificable porque tenemos registrada nuestra huella de carbono en la Oficina Española de Cambio Climático (OECC) y hemos obtenido el sello “Calculo y Reduzco”, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, tras conseguir reducir nuestras emisiones totales de CO2 en un 8,59% desde 2018. Todo ello, gracias a la apuesta por la eficiencia energética, la promoción de productos locales y la mejora en la distribución de corta y larga distancia. Un compromiso con el futuro del planeta que también se traduce en que todas nuestras marcas están desarrollando envases cada día más sostenibles, como la nueva botella de Leche Pascual hecha 100% de otras botellas o el brik Cero Emisiones Netas que hemos lanzado en 2023.
En cuanto a la innovación como driver sostenible, la tecnología es otra de las palancas más importantes en la gestión de intangibles y la sostenibilidad empresarial. La compañía siempre mira al futuro, a través de la innovación, con iniciativas como el nuevo servicio de reparto a hostelería mediante robots autónomos y eléctricos en colaboración con Goggo Network.
En conclusión, la responsabilidad empresarial ya no es solo una opción, sino una obligación. Tenemos que seguir poniendo en marcha iniciativas medibles con el objetivo común de promover un cambio positivo en nuestra sociedad y dejar un legado duradero para las generaciones venideras. Así, lograremos transformar la sociedad en la que vivimos y generaremos un impacto positivo en el bienestar de las personas y el planeta, siempre con el compromiso de dar lo mejor para el futuro de la alimentación.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Medición y Comunicación del Impacto Social, en colaboración con Possible Lab.