Con motivo de la Circular Economy Summit, charlamos con Sander Defruyt, representante de la Fundación Ellen MacArthur, la organización benéfica del Reino Unido cuya misión es inspirar a una generación a reflexionar, rediseñar y construir la transición de la economía del desperdicio a una economía circular.
Usted va a participar en un rato en el Circular Economy Summit, un encuentro de debate acerca de la necesidad de la alimentación sostenible de evolucionar hacia una economía circular ¿Nos podría hacer un resumen de lo que va a hablar esta tarde?
La Fundación Ellen MacArthur, para la que trabajo, tiene una misión de transición de las líneas actuales de una economía del desperdició a una economía circular y más específicamente estoy liderando el proyecto de los plásticos trabajando con empresas, gobiernos y ONGs en todo el mundo para cambiar el sistema de plásticos actual por un sistema de plásticos circular. Esta voy a hablar sobre cómo hacemos esto, qué hemos conseguido hasta ahora y cuáles son los planes para el futuro.
¿Realmente se puede encontrar un nuevo paradigma para poder convertir los residuos plásticos en recursos? ¿Qué hace falta para lograrlo?
Creo que el problema es más amplio que simplemente buscar nuevas formas de convertir los plásticos usados en nuevos, creo necesitamos, en primer lugar, empezar por eliminar los plásticos que no necesitamos, algunos de los empaquetados plásticos más problemáticos como el PVC, desechables de un solo uso o bolsas de compra o eliminar algunos de los plásticos innecesarios. Hay otros plásticos que necesitamos y debemos asegurarnos de que innovamos y los diseñamos de forma que sean reutilizables, reciclables y compostables, especialmente necesitamos hacer un cambio del uso único a los modelos reutilizables. Yla tercera parte de la solución es buscar cómo podemos reutilizar estos materiales en la práctica y cómo podemos realmente convertirlos en materiales reutilizables, reciclables o compostables.
En este sentido, ¿cuál es la situación actual de este tema en Europa, cuáles son sus principales barreras y obstáculos?
Creo que el sistema europeo sigue siendo predominantemente lineal y muchos empaquetados plásticos siguen siendo incinerados en vez de ser reutilizados y reciclados. Europa es probablemente uno de los continentes más comprometidos y con una de las tasas de reciclaje más altas, pero necesitamos poner más el foco en modelos reutilizables. En este sentido, la semana que viene vamos a publicar un estudio para inspirar a las compañías a poner el mismo esfuerzo en los modelos reutilizables, como el que han hecho en las pasadas décadas en el reciclaje, porque solo con el reciclaje no solucionamos este problema.
¿Cuáles han sido las principales acciones en los últimos años para luchar contra este problema y los próximos pasos a seguir?
En cuanto a nuestra inciativa, uno de los más recientes hitos que hemos presentado ha sido la llegada del New Plastic Global Commitment con la firma del pacto global de más de 400 organizaciones mundiales. Todas han firmado una visión común y alineada sobre sobre cómo afrontar este problema. Es la visión de la economía circular para los plásticos y la visión de afrontar este problema desde su origen en vez de tratar únicamente los síntomas. Han pasado 40 años desde la llegada del símbolo del triángulo del reciclaje a los empaquetados pero la mayor parte del progreso ha sido más bien fragmentado y claramente no ha sido bien orientado para mantener la base del mercado del empaquetado plástico reciclable a nivel mundial. En los acuerdos globales, además de alinearse en una visión común, todas estas organizaciones han establecido sus objetivos específicos a cumplir para el 2025. Son objetivos para eliminar los plásticos problemáticos e innecesarios, objetivos para pasar del uso único al reutilizable, objetivos para asegurarnos de que el 100% del empaquetado es reutilizable, reciclable y compostable en el 2025. Y, finalmente, objetivos para aumentar el uso de plásticos reciclados en el empaquetado para el año 2025.
¿Cómo ayudáis a concienciar a empresas y organizaciones desde la Fundación Ellen MacArthur?
Creo que en el tema de los plásticos hay muy poca necesidad de concienciación, quiero decir, el mundo entero está hablando de plásticos, el mundo entero se está dando cuenta de que existe un gran problema, las imágenes de plásticos en el medio ambiente, en el océano…el mundo entero ha visto esto hoy en día, así que creo que todo el mundo se ha dado cuenta de que hay un gran problema y que tenemos que rediseñar el sistema y crear una economía circular. Nosotros estamos más centrados en alcanzar las soluciones más que en crear más concienciación.
¿Cuál es el papel de los medios de comunicación en esta materia?
Creo que los medios han jugado un papel importante en hacer crecer la concienciación en el pasado y ahora están comunicando más las soluciones también. Están comunicando el hecho de que necesitamos un cambio fundamental en el sistema, porque son necesarias ciertas prohibiciones y ciertos actos simbólicos, son útiles, pero por sí mismos no cambian el sistema, necesitamos ir más allá y también mirar en la reutilización y el diseño de reciclables o compostables.
Todavía hay muchos empresarios que no están concienciadas de esta problemática, ¿cómo convencerlos?
Son 400 las organizaciones mundiales que han firmado ahora el Global Commitment, y es un grupo que crece cada semana, vemos más y más compañías, gobiernos y otras organizaciones firmando. Muchas de las firmas internacionales ya están abordo y muchas de ellas están concienciadas. Complementariamente al Global Commitment , que es un esfuerzo global, estamos ahora desplegando un network global sobre el nivel nacional del plástico PET y esto ayuda también a llegar a nivel nacional en diferentes países, ya más empresas medianas y pequeñas a comprometerse porque necesitamos que todos estén comprometidos para resolver este problema.
¿Y cómo convencer a los ciudadanos, a los consumidores?
Una de nuestras creencias fundamentales es que las claves principales para la solución y la transición del sistema es sentarnos con las empresas y los gobiernos porque esto es lo que realmente cambia el sistema. Solo para abreviar, un ejemplo concreto, y me pongo a mí mismo como ejemplo: yo trabajo en este tema a tiempo completo desde hace muchos años ya y lo único que reciclo son mis botellas de plástico, el resto de empaquetados plásticos no están permitidos en el sistema de reciclaje en Bélgica, que es donde resido. Y el sistema está a punto de cambiar pero hasta ahora no puedo reciclar otros empaquetados plásticos, salvo mis botellas. Así que el rol que el consumidor puede jugar, y el consumidor tiene realmente un rol que jugar se encuentra únicamente dentro del sistema establecido. Así que lo más importante es que las empresas y gobiernos pongan los sistemas en los lugares adecuados y así el consumidor pueda jugar su papel en ese sistema. Y en el ejemplo que he puesto el sistema de recogida es gubernamental, pero lo mismo ocurre con las empresas, yo voy al supermercado y hay muchos productos que solo se ofrecen en empaquetado no reciclable o no son ofrecidos en modelos reutilizables. Así que este tema afecta también a las empresas que no me ofrecen soluciones adecuadas al problema y adecuadas a una economía circular.
¿Cuáles son los otros retos y desafíos en torno a esta materia?
Hay muchos retos para superar, estamos intentando cambiar un sistema global así que uno de los desafíos es que necesitamos a todos los actores del sistema colaborando. Creo que el Global Commitment es un importante primer paso para alinear a los stakeholders de ese sistema global en una visión común, la necesidad de colaboración está ahí. La otra cosa que el Global Commitment ha conseguido es que muchas empresas están comprometidas. Han establecido objetivos concretos en el pacto global pero sabiendo que muchos de sus proveederos y consumidores y una parte de la cadena de valor están también comprometidos con la misma visión, comprometidos en concretar objetivos. Esto realmente cambia la dinámica y estimula la colaboración a través del sistema, es absolutamente necesario porque no hay una organización que pueda dirigir transición por sí misma.