SIDERPERU tiene más de 65 años en el mercado industrial y desde el 2006 pertenece al Grupo Gerdau, líder en la producción de acero en América Latina y el mundo. Recientemente se ha convertido en Empresa B Certificada en Perú, luego de un proceso que implicó la conformación de un equipo multidisciplinar, tras la decisión de la alta dirección de la corporación de ser parte de las mejores empresas para el mundo.
SIDERPERU tiene un alto compromiso en el desarrollo de sus operaciones. “Como parte de nuestros objetivos estratégicos, hemos puesto a la sostenibilidad en el centro de nuestras decisiones”, resalta Jorge Castillo, Jefe de Capacitación y Responsabilidad Social de dicha compañía que es la primera empresa de acero en Perú y la segunda en el mundo en convertirse en Empresa B Certificada.
Responsabilidad Social en el ADN de la organización
“Cuidar el medio ambiente, hacer Responsabilidad Social (RS) y gestionar la empresa de manera responsable es parte de nuestro propósito como empresa”, asegura Castillo. Luego de la instauración del Comité de Sostenibilidad, iniciaron acciones de RS al interior de la organización para el bienestar de sus colaboradores y; posteriormente hacia el exterior para el desarrollo de sus grupos de interés, especialmente en Chimbote, ciudad donde está ubicada su planta industrial que cuenta con un horno eléctrico que “ayuda al cuidado del medio ambiente porque uno de nuestros principales materiales son los residuos metálicos o chatarra”, indica Castillo.
El tema educativo es fundamental para esta empresa. A través del programa “TECHNICAL SCHOOL” ofrece becas de formación técnica de calidad a jóvenes de escasos recursos quienes reciben las clases en las instalaciones de SIDERPERU con lo cual conocen la cultura y valores de la compañía.
Otro tema fundamental para el crecimiento de la empresa y de la comunidad son las cadenas de valor. Cuenta con un programa de formalización, capacitación y asistencia técnica para los recicladores.
“Contribuimos a una economía inclusiva, más justa y al desarrollo de nuestro país”, afirma Jorge Castillo al detallar el trabajo que realizan con los pequeños recicladores a quienes primero identifican si tienen un real interés de emprender, les brindan asistencia técnica para su formalización y finalmente le compran la chatarra.
“A un reciclador mediano o grande le compramos un tráiler de 20 toneladas de chatarra y le pagamos en tres o cuatro días. A uno pequeño, le compramos hasta una tonelada y le pagamos en un máximo de ocho horas para ayudarlo. Ese micro se convierte en un año, en uno pequeño; en dos años, se convierte en uno mediano; y en cinco años se convierte en grande con lo cual brinda impuestos al país y genera trabajo digno”, señala Castillo.
El voluntariado también es un aspecto resaltante para la compañía, “al cierre del 2022, SIDERPERU logró que el 29% de sus colaboradores apoyaran como voluntarios”, comenta Jorge Castillo.
Frente al Covid-19
La lucha contra la COVID-19 fue un trabajo sostenido a través de distintas donaciones que realizó la organización, es así que durante la crisis entregó más de 5 toneladas de alimentos, entregó agua para las familias vulnerables. Además, donaron más de 400 balones de oxígeno y 30 Wayrachis al Hospital Regional; además participó en la compra de las primeras vacunas que llegaron al Perú y se convirtió en la primera empresa en brindar sus instalaciones como centro de vacunación.
Para este año, SIDERPERU, tiene previsto continuar con la meta de reducir su huella de carbono y ser carbono neutral para el año 2050, además de reducir su huella hídrica.
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