Entrevistamos a Sonia Ruiz, Socia Fundadora y CEO de NOIMA Sustainability Strategies que nos habla sobre los cambios en las últimas décadas con respecto al rol de la sostenibilidad y RSC dentro de la empresa que ha pasado de ser una estrategia o departamento marginal enfocado a la reducción de riesgos y a asegurar la reputación corporativa, a integrarse paulatinamente en el core del negocio.
Esta conversación pertenece al Ciclo de Entrevistas a DIRSE, producto de la alianza entre ObservaRSE y la Asociación de Directivos de Responsabilidad Social (DIRSE).
¿Cuál es la misión-visión de NOIMA Sustainability Strategies y qué valores impulsa?
NOIMA significa “propósito” en griego y nacemos hace diez años con una visión muy definida: ser una agencia de cambio global que impulsa y cataliza la transformación sostenible y de impacto social de las organizaciones con las que colaboramos. Con sede en Barcelona y presencia internacional en Atenas, Londres y Boston, hemos asesorado a organizaciones, emprendedores y empresas de más de quince países, acompañando a sus líderes y equipos y co-creando con ellos sus estrategias de sostenibilidad y valor compartido.
Desde NOIMA creemos en un nuevo liderazgo que tenga el coraje de acometer los cambios necesarios en una era de disrupciones continuas. Un liderazgo más holístico, empático, circular y regenerador, con capacidad de escucha y voluntad de co-creación e innovación con sus stakeholders. Se trata de un liderazgo con visión sistémica, que impulsa ecosistemas creadores de soluciones, no egosistemas cortoplacistas que únicamente limitan el impacto negativo de sus acciones. Como dice Paul Polman, “doing less bad is not good enough”. Hacer “menos mal” o generar “menos impacto negativo” no es suficiente, ni para un entorno legislativo e inversor más exigente, ni para un consumidor y ciudadano que espera que las empresas sean actores sociales que generen impacto positivo.
¿Cómo ha evolucionado la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad de estos años hasta la actualidad y sus principales áreas estratégicas?
Los que llevamos años en este ámbito hemos vivido una evolución muy significativa: de una Sostenibilidad percibida como “compliance” y gestión reactiva de riesgos a una sostenibilidad que es palanca de innovación y competitividad, catalizador de impacto positivo y regenerativo. Si atendemos a los cambios de las últimas décadas, podemos percibir un cambio sustancial en el rol de la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa dentro de la empresa. Ha pasado de ser una estrategia o departamento marginal enfocado a la reducción de riesgos y a asegurar la reputación corporativa, a integrarse paulatinamente en el “core” del negocio. A pesar de que es cierto que el director de sostenibilidad todavía no tiene la posición que debiera en los consejos de administración o comités ejecutivos, la evolución de la sostenibilidad corporativa a lo largo de los últimos veinte años ha sido exponencial y es cada vez más valorada en la toma de decisiones estratégicas. Falta, por ello más ambición y liderazgo para que las organizaciones apuesten plenamente por la redefinición, rediseño y reevaluación de los modelos de negocio para optimizar el impacto social, medioambiental y ético de toda su cadena de valor. Para ello necesitaremos que la sostenibilidad esté más integrada a la gobernanza de las organizaciones y que haya personas expertas en sostenibilidad y criterios ESG en los órganos de toma de decisiones de los mismos.
¿Qué iniciativas o proyectos podrías compartir de la estrategia de Responsabilidad Social y Sostenibilidad de la organización? ¿Cuáles son sus principales beneficios y beneficiarios?
En NOIMA creemos en los “change-makers” más visionarios y disruptivos, y es por ello que estamos especialmente implicados en proyectos de emprendeduría social y sostenible en Europa, Norte de África y Oriente Medio. Realizamos sesiones y programas de “coaching” y “mentoring” de start-ups circulares, sociales y sostenibles de países como Grecia, España, Croacia, Italia, Eslovenia y Eslovaquia, pero también, en especial de países de Oriente Medio y Norte de África, donde hemos acompañado a muchas mujeres emprendedoras en la definición de sus modelos de negocio y propuestas de valor en sectores como la moda, el turismo o la agricultura sostenible.
También estamos muy orgullosos de nuestra labor apoyando a líderes de ONGs de reducida estructura a generar impacto e innovación social con los recursos que tienen. Especialmente durante el COVID, la labor de estas organizaciones reinventándose e innovando en un entorno muy complejo para seguir atendiendo a sus colectivos y haciendo realidad los ODS en el terreno, con muy poca ayuda, son dignas de toda nuestra admiración.
¿Cuáles consideras que tienen que ser las principales acciones que deben implementar las organizaciones para que la Responsabilidad Social Corporativa y la Sostenibilidad sean también valores transversales?
En NOIMA trabajamos cuatro ámbitos para transversalizar la sostenibilidad en las organizaciones: Insights and Foresights (Tendencias y Futuros); Estrategia y Acción; Comunicación y Engagement (interno y externo) y Co-creación e Innovación.
A lo largo de estos diez años de trayectoria, hemos constatado que Integrar estas cuatro palancas de nuestra metodología en la estrategia de las organizaciones facilitan que la sostenibilidad sea un valor transversal, integrado a la cultura de las empresas. En lo que se refiere a los “Insights”, es muy importante que en un momento en el que la Sostenibilidad y los criterios ESG son “mainstream”, seamos rigurorosos con la información que gestionamos para no caer en un “.greenwashing” o “purpose-washing” que invalide nuestros esfuerzos. En NOIMA tenemos un equipo global, multidisciplinar que nos permite estar a la última de todo el conocimiento necesario y ayudarnos a seleccionar y descodificar que es relevante, a visualizar dónde se puede impactar más y a considerar qué buenas prácticas pueden ser replicables e implementables en nuestro negocio. Esta fase previa nos proporciona la posibilidad de pasar a la Estrategia y Acción, a realizar un buen diagnóstico y “gap analysis” que nos permitan trazar estrategias concretas, medibles y con planes de acción que impliquen la participación y el “engagement” transversal de varios departamentos de una organización. Establecer métricas, pero también la gobernanza de estos proyectos es clave para su éxito. Asimismo, la transversalización de la sostenibilidad implica, sin duda, un cambio cultural en las organizaciones. Por ello, la Comunicación y la formación de los equipos es muy importante tanto para conseguir los objetivos establecidos, como para que haya embajadores internos de la sostenibilidad que actúen como agentes de cambio interno. .Asimismo, el Engagement con nuestros grupos de relación más allá de los ejercicios de materialidad y la identificación de retos comunes y soluciones compartidas con nuestra cadena de valor (derechos humanos, estrategias net zero) es indispensable para activar y acelerar el cambio. Sin colaboración y engagement no hay estrategia de sostenibilidad que pueda transversalizarse de manera efectiva.
Por último, nuestro cuarto pilar de acción es la Co-Creación para la Innovación Sostenible: pasar del diálogo con nuestros grupos de relación a la acción para la resolución de retos compartidos, utilizando metodologías de “systems thinking” y generando soluciones innovadoras que no podrían ser posibles sin la confluencia de visiones muy diferentes.
Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son los principales retos para cumplir la Agenda 2030 a los que deberán enfrentarse las organizaciones y, en concreto, NOIMA Sustainability Strategies?
La transición hacia la sostenibilidad y el impacto social en la propuesta de valor de las empresas no son tareas fáciles: precisan un liderazgo más holístico y una cultura corporativa abierta a colaboraciones que nos permitan repensar tanto retos como soluciones. Requieren también adaptabilidad, flexibilidad, agilidad y visión social, así como la capacidad de escuchar, cocrear e innovar con los grupos de interés más relevantes.
Definiría siete desafíos u oportunidades para cumplir la Agenda 2030 en los pocos años que nos quedan. En NOIMA, estamos comprometidos a hacerlo posible.
1. Ambición y pensar en grande: Debemos abordar cómo la organización contribuye a regenerar los sistemas naturales y crea impacto positivo.
2. Cultura de la sostenibilidad: Hemos de estar al día de los cambios en los marcos de reporte y legislación, pero no debemos olvidar de poner en el centro a las personas.
3. Estrategia y medición: Una estrategia de sostenibilidad sin hoja de ruta e indicadores coherentes y claros no tiene futuro. Una estrategia de sostenibilidad no integrada a la estrategia de negocio, tampoco.
4. Colaboración: Es clave involucrar a toda la cadena de valor y repensar el rol de todos los grupos de relación, sobre todo proveedores y clientes, que deberán ser aliados de la esta transformación.
5. Comunicación, transparencia y diálogo: capacidad de escucha, transparencia y voluntad de integrar los resultados del diálogo con nuestros grupos de relación a nuestra estrategia.
6. Reimaginar nuestros modelos de negocio: Pensar en clave sostenible implica explorar oportunidades de innovación en abierto con partners que nos obliguen a repensar el modelo de negocio en clave restaurativa y de impacto positivo.
7. Fortalecer la Gobernanza: Es imprescindible que el liderazgo sostenible esté presente en los centros de tomas de decisiones de las empresas (Comités de Dirección y Consejos de Administración).
Las empresas que tienen un propósito vinculado a la sostenibilidad y al impacto positivo lo demuestran con la presencia de directivos con conocimientos ESG en las más altas esferas de las organizaciones.