¿De qué modo tu compañía apuesta por las buenas prácticas socialmente responsables? ¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución hasta la actualidad? ¿Y alguna buena práctica en concreto con los objetivos que persigue que te gustaría destacar en esta entrevista?
En Familia Torres, siempre hemos trabajado bajo la premisa de que cuanto más cuidamos la tierra, mejor vino elaboramos, por eso hace tiempo que cultivamos nuestros viñedos de manera ecológica y respetuosa con el entorno. Cuando fuimos conscientes de la realidad del cambio climático en 2008, decidimos intensificar nuestro compromiso ambiental con una estrategia bien definida para hacer frente a los efectos del calentamiento global. Así nació el programa Torres & Earth.
A partir de ese año, calculamos anualmente, y auditamos vía la ISO14064, nuestra huella de carbono y pusimos en marcha varias iniciativas enfocadas a mitigar el cambio climático, pero también a adaptarnos a esta realidad y a dar a conocer la urgencia de la situación. Desde entonces, hemos reducido un 34% nuestra huella de carbono (contando todas las emisiones directas e indirectas – alcances 1, 2 y 3) gracias al uso de energías renovables, medidas de eficiencia energética, reducción del peso de las botellas y movilidad sostenible.
Las energías renovables, principalmente la energía solar, biomasa y geotérmica, nos suministran más de un 30% de nuestras necesidades de energía. También cabe destacar un proyecto innovador y pionero en el sector que pusimos en marcha en 2021 con el que capturamos parte del CO2 liberado en la fermentación del vino para reutilizarlo como gas inerte con el objetivo de evitar la oxidación del vino en los depósitos fermentadores.
¿Qué importancia tiene para vuestra organización formar parte de la Federación Española del Vino (FEV) a la hora de mejorar vuestra RSC?
Formar parte de la Federación Española del Vino nos permite compartir buenas prácticas, como en el caso de la captura de CO2 cuyo detalle técnico compartimos con todas las bodegas de la federación, esperando que esta solución pueda convertirse en algo habitual en las bodegas del país, y de este modo conseguir reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector.
¿Qué sinergias esperáis generar a nivel de contribución a los ODS con las acciones conjuntas que estáis emprendiendo en vuestro sector?
Esperamos poder construir soluciones de economía circular que permitan reducir la huella de carbono y que requieren un consenso lo más amplio posible. Es el caso de la reutilización de las botellas de vidrio, una necesidad del sector que debemos hacer realidad lo más pronto posible. Las botellas de vidrio representan en torno a un 30% de la huella de CO2 de una bodega debido a la gran cantidad de energía que se necesita para producirlas, y a que una vez vacías su destino es el reciclado cuando podrían reutilizarse sin problemas como ya ocurre en otros sectores como el de las cervezas.
Vuestra empresa posee el certificado Wineries for Climate Protection, específico sobre sostenibilidad en bodegas. ¿Qué importancia tiene para vosotros haber superado la auditoría para obtenerlo y en qué medida recoge vuestro compromiso con la gestión sostenible?
Familia Torres dispone del certificado WfCP en su versión más ambiciosa (WfCP+), que adicionalmente a los requerimientos del WfCP, obliga a contabilizar todos los tres alcances de emisiones de gases de efecto invernadero y demostrar un ahorro de emisiones auditado según la ISO14064 de al menos el 15%.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos/oportunidades de tu organización en materia de sostenibilidad?
A día de hoy, Familia Torres trabaja en 3 proyectos prioritarios en materia de sostenibilidad ambiental que deben ayudarnos a conseguir el objetivo de reducir un 60% nuestras emisiones en el año 2030. Uno de ellos es incrementar la captación del CO2 de la fermentación. Otra línea de trabajo prioritaria es seguir desarrollando la asociación que cofundamos junto a la bodega americana Jackson Family Wines, International Wineries for Climate Action (IWCA), que cuenta ya con 30 bodegas de 8 países distintos y está enfocada en descarbonizar el sector vitivinícola.
Mediante un protocolo de entrada muy exigente, basado en la ciencia, y objetivos a corto y largo plazo, la ambición del grupo es poner en marcha iniciativas colaborativas de acción climática. Y la tercera, el despliegue de la viticultura regenerativa en todos nuestros viñedos que nos permitirá capturar CO2 atmosférico gracias a las cubiertas vegetales para compensar nuestras emisiones con recursos propios, como también lo estamos haciendo con la reforestación en la Patagonia chilena.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables ‘La sostenibilidad en el sector del vino español’