Según las investigaciones de los historiadores, el reciclaje, tal y como lo conocemos, se originó en Japón, en el año 1031. Fue entonces cuando se empezó a reciclar por primera vez el papel desechado. El reciclaje ha evolucionado hasta el concepto que conocemos ahora, gracias al desarrollo tecnológico, la convicción legislativa de las instituciones, el compromiso del tejido empresarial y, por supuesto, la colaboración ciudadana.
Esta implicación demuestra una creciente conciencia medioambiental por parte de la ciudadanía. Según el estudio del Instituto Catchment para Ecoembes, el 82,9% de los españoles encuestados declara tener, de media, tres espacios en casa para reciclar.
Desde el punto de vista del marketing y la comunicación, el cambiante panorama de la sostenibilidad y, en concreto, de la economía circular, puede resultar complicado de abordar. Resulta difícil lograr cuota de voz en una conversación tan saturada y, a veces, descontextualizada. Así, cuando se trata de enfocar las comunicaciones sobre reciclaje, podrían existir seis reglas de oro a seguir.
- Explicar lo técnico de forma cercana
Recopilar, auditar y dar visibilidad a los avances en reciclaje, de una forma pedagógica y entendible para el consumidor, huyendo de explicaciones técnicas. Qué está funcionando, qué no y cuáles son los siguientes pasos hacia la solución.
- El silencio ya no es una opción
El silencio puede ser visto como opacidad y los clientes, reguladores, accionistas y medios de comunicación exigirán ver o escuchar acciones. Esto aplica también cuando surgen comentarios críticos. El debate sosegado y argumentado contribuye a la reputación de instituciones y empresas abiertas a dialogar y establecer dinámicas de colaboración.
- El mero cumplimiento legislativo no tiene impacto
Vivimos un momento de alta intensidad legislativa en torno a la gestión de residuos. Las iniciativas que mejor acogida tendrán en los públicos de interés serán aquellas que vayan más allá de cumplir la ley y se enfoquen en generar un impacto positivo relevante para el ciudadano y la sociedad en su conjunto.
- Hacer tangibles los beneficios de reciclar
Aportar ejemplos de nuevos productos fabricados a partir del reciclaje de residuos, demostrando la utilidad directa del esfuerzo que realiza el consumidor por separar los residuos. Cuando los objetos tienen claramente una segunda vida, el consumidor recibe una motivación adicional para ser parte del proceso.
- Sin consistencia no hay credibilidad
Cualquier estrategia ESG debe estar vinculada con el negocio. Si hablar de reciclaje se convierte en subirse al tren de un tema de actualidad, la audiencia terminará calificándolo de greenwashing, ya que no hay compromisos, inversión o verdadera vocación de mejora.
- Buscar alianzas, incluso con tus competidores
El reto de la transformación hacia un modelo circular es urgente e ingente. Muchas empresas del mismo sector, e incluso empresas no afines que utilizan materiales comunes, deben trabajar de la mano para unir esfuerzos y sacar adelante innovaciones medioambientales que hagan que el reciclaje sea más cómodo y fácil para los consumidores.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje.