En la jornada temática del viernes de la COP 28 “Niños y jóvenes”, World Vision llamó la atención sobre la dramática situación de este grupo de edad en Oriente Medio. Según el informe publicado ahora por la ONG, Growing up in the climate crisis, los niños, niñas y jóvenes de Oriente Medio denuncian con mucha más frecuencia “impactos climáticos” como tormentas de arena, olas de calor y escasez de agua.
Oriente Medio, con sus epicentros climáticos de Siria, Irak, Jordania, Líbano y Cisjordania, lleva años sufriendo con especial dureza las consecuencias de la crisis climática. El calor extremo, las tormentas de arena más frecuentes e intensas, las sequías y la reducción de las precipitaciones afectan cada vez más a la región, que sufre escasez crónica de agua y ya se está calentando el doble que la media mundial. Esto, a su vez, está teniendo un impacto desproporcionadamente perjudicial en los niños y niñas.
Ekkehard Forberg, experto en clima de World Vision: “El cambio climático en la región de Oriente Medio está teniendo un impacto negativo en la infancia de varias maneras. En primer lugar, afecta a su salud por las temperaturas extremas, el hambre y la escasez de agua. Pero también hay consecuencias indirectas, por ejemplo, muchos niños, niñas y jóvenes no pueden asistir regularmente a la escuela porque los caminos están destruidos por las repentinas inundaciones”.
El informe de World Vision, que encuestó a 1.095 niños, niñas y jóvenes en cinco países y regiones, también muestra que el cambio climático aumenta la inseguridad alimentaria y dificulta el acceso al agua. En Siria y Líbano, más del 90% de los niños, niñas y jóvenes afirman recibir menos alimentos de los que necesitan, seguidos de Irak y Cisjordania, con alrededor del 70%. Además, una media del 94% de los encuestados declaró tener dificultades para acceder al agua potable.
En el informe, muchos jóvenes expresaron su deseo de no rendirse ante el cambio climático, sino de transformar proactivamente sus preocupaciones y temores en acciones colectivas, orientadas a encontrar soluciones. Sin embargo, faltan plataformas y oportunidades adecuadas que les permitan implicarse. En este contexto, Ekkehard Forberg, sostiene que “los gobiernos, las ciudades y los municipios, así como las organizaciones de ayuda, deben implicar a la infancia y a los jóvenes en todos los niveles de la política climática y la toma de decisiones. Esto no ocurre con frecuencia, a pesar de que su generación y las generaciones futuras llevarán la peor parte de lo que hayan hecho los adultos”.
Los proyectos de World Vision incluyen la creación de clubes medioambientales, parlamentos infantiles y el envío de jóvenes embajadores a conferencias como la COP 28.
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