La seguridad alimentaria se ve amenazada a menudo, si no siempre, por el cambio climático. Para varias comunidades del estado de Warrap, en Sudán del Sur, que están soportando prolongadas y grandes cantidades de lluvia durante la estación lluviosa, encontrar formas de adaptarse y sobrevivir debe convertirse en su nueva normalidad. Esto incluye aprender a probar nuevas técnicas agrícolas y plantar cultivos no tradicionales. Sus esfuerzos merecen la pena, ya que aprovechan los beneficios para la salud y la nutrición y el potencial de ingresos de los cultivos resistentes al clima, como las batatas.
En el estado de Warrap, en Sudán del Sur, los agricultores suelen cultivar sorgo, maíz, simsim y cacahuetes. Se trata de cultivos de secano que prosperan bien en suelos con poca humedad. Son el alimento básico de los aldeanos y su fuente de ingresos. Desgraciadamente, estos cultivos suelen ser destruidos y arrasados cuando llueve demasiado y hay inundaciones.
La pérdida de cosechas por las inundaciones agrava los problemas a los que se enfrentan los agricultores y sus familias cada temporada de lluvias. Las familias no sólo se ven obligadas a abandonar sus hogares debido a la crecida de las aguas, sino que los daños que las inundaciones causan a sus cultivos y campos a menudo les dejan hambrientos durante meses.
Este círculo vicioso se repite cada año, con el resultado de una mayor prevalencia de la desnutrición en las comunidades.
Para ayudar a los agricultores a mantener sus medios de subsistencia, especialmente durante la temporada de lluvias, World Vision, en colaboración con el Ministerio de Agricultura del Estado de Sudán del Sur y con el apoyo financiero del Programa Mundial de Alimentos (PMA), introdujo batatas de pulpa blanca resistentes a plagas y enfermedades entre los agricultores del estado de Warrap.
“Esta variedad de batata tolera las duras condiciones climáticas de la zona. Los agricultores también pueden utilizar el cultivo para mejorar los ingresos de sus hogares”, afirma Chengetai Jiri, Responsable de Asistencia Alimentaria de World Vision Sudán del Sur.
Este exitoso proyecto empezó proporcionando asistencia técnica a los agricultores, utilizando parcelas de demostración para enseñarles a plantar, hacer caballones en el suelo, desherbar y regar sus cultivos de batata de pulpa blanca de la manera más eficaz. Unos 100 agricultores comenzaron a cultivar batatas en los condados de Gogrial Este, Tonj Norte y Tonj Este. Desde entonces el proyecto no ha parado de crecer. Aproximadamente la mitad de las personas que forman parte de este proyecto son mujeres y madres como Asunta.
Antes de unirse al proyecto, a Asunta le resultaba muy difícil cubrir las necesidades básicas de su familia, incluso en épocas normales. Los escasos ingresos que obtenía cultivando sorgo, maíz y cacahuetes apenas le alcanzaban para alimentar a sus tres hijos. Temía la estación húmeda, ya que solía significar no tener casi nada que cosechar porque los cultivos no solían sobrevivir.
Tras un año cultivando batatas y aprendiendo nuevas formas de plantar, como la siembra escalonada -una técnica de plantación en la que las semillas se plantan en momentos diferentes, normalmente, al cabo de varias semanas, para extender, aumentar y garantizar una cosecha continua durante todo el año-, Asunta apenas puede contener su felicidad. En su primer año, pudo duplicar su plantación de cultivos a dos acres de tierra.
“¡Las batatas son las favoritas de mis hijos! Voy a cosecharlas, procesarlas y conservarlas para que mi familia se las coma, además de vender algunas para obtener ingresos. Nuestros hijos están más sanos. Ya no enferman a menudo gracias a los nutritivos boniatos. Y yo estoy más feliz gracias a esta nueva situación”, afirma.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente 2023.