Cada día vemos que hay un mayor número de noticias que tienen que ver con los problemas y las situaciones medioambientales. Esto nos hace poner sobre la mesa la importancia y el impacto de las mismas en nuestro modo de vida actual, las consecuencias que estamos viendo y el futuro que nos vaticinan los expertos.
Somos efectivamente, la primera generación que está sufriendo los efectos del cambio climático y también la que puede por tanto, siendo conscientes de los mismos, llevar a cabo medidas que conduzcan a una situación más favorable en el futuro.
Ante este panorama, ¿cuáles son los retos más urgentes que debemos abordar y sobre los que tenemos que trabajar? Pues sinceramente creo que destacaría, el cambio climático global; el clima está cambiando y fundamentalmente es debido al hombre, la pérdida de biodiversidad que está acelerándose con un ritmo realmente elevado, los sistemas de consumo y de producción actuales no podemos sostenerlos y por tanto tenemos que promover y desarrollar mecanismos de economía circular, estamos afectando a nuestros mares y océanos y a los recursos que producen, no estamos gestionando sosteniblemente los bosques, no tenemos mecanismos adecuados para luchar contra la desertificación, ni para detener e invertir la degradación de las tierras, y finalmente vivimos en ciudades con serios problemas en cuanto a gestión de residuos y calidad del aire.
Sin olvidarnos del reto más importante para los próximos años que es la descarbonización de la economía en 2050, para lo cual tenemos que afrontar cambios en nuestros sistemas energético, productivo y de consumo, así como abordar nuevos mecanismos fiscales, y tener en cuenta los mecanismos de transición justa para los sectores más afectados, que tendrán que desarrollarse en los nuevos mercados y negocios.
Hay muchos indicadores que nos dicen que tenemos que actuar ya, no es posible demorar por más tiempo las medidas que nos permitan, si no revertir los efectos que ya estamos viendo, sí adaptarnos a los mismos y no generar más daño medioambiental al planeta.
Existen iniciativas como los ODS, donde por primera vez internacionalmente, se conectan las cuestiones de desarrollo y crecimiento con las cuestiones ambientales, con objetivos medioambientales a cumplir en 2030. Estos objetivos nos indican que debemos desvincular el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente, esto es vital para las nuevas economías que no deben repetir los errores en el modo de crecimiento de las economías actuales más potentes. Para ello, es necesario implementar mecanismo de ayuda económica y tecnológica para que desde los países más avanzados tecnológicamente se pueda suministrar sistemas de producción y consumo más eficientes y respetuosos con el medioambiente.
Sin embargo, a día de hoy los estudios, entre ellos el “Índice ODS 2018″ (SDG Index & Dashboards) nos indican que no vamos bien encaminados, ya que ningún país alcanzará los ODS en 2030 como sería deseable, y que ninguno de los que forman el G20 ha diseñado sus presupuestos a nivel nacional, alineados con los objetivos ODS.
Pero tenemos camino que recorrer y cosas que aprender y mejorar, y en este sentido, sabemos que solo se alcanzarán los ODS a través de una acción coordinada, y haciendo las cosas de otra manera. Para ello debemos mejorar y cambiar en muchos casos no sólo las políticas, sino también llevar a cabo un cambio en el comportamiento de los ciudadanos, teniendo la educación con la base más sólida para lograrlo, y trasmitiendo el mensaje de que el medioambiente es fundamental para la sostenibilidad de nuestra forma de vida y el futuro del planeta.