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La marca española MINI SHUU, centrada desde sus inicios en el calzado respetuoso infantil, y que desde hace tres años también produce calzado para adulto, celebra sus diez años en el mercado.
Diez años en los que siempre ha basado su negocio en el slow fashion, respetando cada parte del proceso de producción de sus zapatos. Desde los materiales, buscando que sean de máxima calidad y sostenibles, pasando por el proceso artesano de su confección (los zapatos pasan hasta por diez manos antes de llegar al usuario final), como las condiciones de sus trabajadores.
Su formato de venta actualmente es mixto: poca cantidad de stock y varias preventas anuales. Es decir, el consumidor compra un par de zapatos que recibe un tiempo más tarde; el tiempo necesario para producirlos. De esta forma, la empresa se asegura ajustar la producción, evitando grandes stocks sobrantes, y lo más importante, pone en valor la artesanía, el consumo consciente y la calidad. En el caso de MINI SHUU, se produce un mínimo stock extra para posibles cambios de tallas o devoluciones, que luego permanecen de remanente en su web.
Un proceso de fabricación artesana que pasa por más de diez manos, todas ellas mujeres
Cada par de zapatos de MINI SHUU está elaborado con piel de producción europea, con certificado OEKO-TEX, cuyo proveedor es miembro de la Leather Working Group. MINI SHUU no es solo garantía de diseño y comodidad: es tiempo, dedicación y mimo. Es la experiencia de manos artesanas que cortan, cosen y moldean cada zapato con una precisión impoluta.
En un mundo dominado por la fabricación masiva, en serie, que abarata costes aunque eso suponga bajar la calidad, y no ofrecer buenas condiciones laborales a las personas que trabajan haciendo los zapatos, MINI SHUU elige otro camino. El equipo diseña en la Costa Brava y fabrica en Villena (Alicante), la cuna del calzado español. Cada par de zapatos, pasa por más de diez manos expertas que cuidan cada detalle antes de que llegue a las del cliente final.
En palabras de Yasmina, fundadora y diseñadora de MINI SHUU, “elegir un producto hecho a mano en España es mucho más que comprar un zapato, es apostar por la tradición, por el cuidado de cada detalle y por un oficio que merece perdurar” a lo que también añade que “en Mini Shuu creemos en la moda sostenible, en el calzado respetuoso con la salud y con el planeta. Porque caminar con libertad y pisar con estilo empieza por aquí”.
Diez años de una marca que sigue creciendo
MINI SHUU fue la primera marca española en ofrecer calzado respetuoso infantil. Su visionaria fundadora, Yasmina, había estudiado moda y diseño de calzado pero nunca se había sentado delante de una máquina de coser.
En 2014, nació su sobrino. Un hecho que la inspiró, porque quería regalarle unos zapatos, pero nada de lo que había en el mercado entonces le convencía. Ni los diseños y ni su dureza. Así que decidió confeccionarlos ella misma y, junto con su madre, sacaron el primer patrón. Fue así como nacieron los primeros MINI SHUU. Lo que empezó como un gesto de amor, pronto se convirtió en una misión: crear calzado respetuoso (no existía en España en aquel entonces), bonito y cómodo, que cuidase de los pies de los más pequeños.
Durante los 6 primeros años, creó diseños modernos, con pieles suaves y flexibles, y cosió con sus propias manos todos ellos. Ayudada por su madre, su hermana y una amiga hicieron crecer la empresa. Pero la demanda era tal, que Yasmina decidió llevar la producción a la cuna del calzado, moviendo la fabricación a Villena, Alicante. Ese paso permitió a la empresa crecer hasta un 800%. Esto no ha impedido que la filosofía de la marca siga intacta, y en la actualidad el calzado de MINI SHUU es 100% hecho en España, en concreto en fábricas familiares de artesanos alicantinos.
Además, MINI SHUU no se quedó en los pies pequeños. Yasmina soñaba con sentir lo mismo que ellos y tener una línea de mujer. Algo que las mamás clientas le empezaron también a demandar. Y así nacen los BIG SHUU: su colección para adulto que hoy llega hasta la talla 42.
La marca también cuenta con la línea BAGS, de bolsos de piel y monederos, que comenzó con la maternidad de su fundadora, la cual llamó a su instinto creativo de nuevo. Buscaba un bolso de maternidad que no pareciese el típico que se utiliza para los carritos de bebé, sino algo práctico, cómodo y con su estilo. La colección BAGS se elabora en el taller originario de la Costa Brava, sede de la empresa, con la misma piel con la que fabrican el calzado. Yasmina los diseña y su madre los cose. Aprovechan las pieles sobrantes, que son de gran calidad, de la fabricación del calzado para crear estos diseños. De esta forma, se reducen los residuos y hace que el proceso sea más circular y sostenible.
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