La ONG de infancia y educación Educo recuerda que miles de niños y niñas no están disfrutando de las vacaciones.
En España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 1 de cada 3 menores de 18 años – el 34,1% – no puede irse ni una semana de vacaciones al año. Sin embargo, este porcentaje es una media que esconde importantes desigualdades. Mientras que en los hogares con un mayor nivel de ingresos solo está en esta situación un 3,2% de los niños y niñas, en los de renta más bajas alcanza el 63,5%, casi el doble de la media. Es decir, los niños y niñas que viven en los hogares con más dificultades económicas tienen 20 veces menos posibilidades de ir una semana de vacaciones que los que pertenecen a los hogares más ricos.
“Las vacaciones son una parte esencial de la vida de los niños y niñas e impacta en su desarrollo. Son parte de su educación y bienestar. Toda la infancia debería tener la oportunidad de salir del entorno habitual, conocer sitios nuevos, hacer excusiones o participar en actividades de ocio y deporte. Los datos muestran que esto no es así y que quienes tienen menos posibilidades son los niños y niñas más vulnerables” afirma Macarena Céspedes, directora de Incidencia e Investigación de Educo.
Una de las opciones que tienen niños y niñas para disfrutar de al menos una semana de vacaciones al año son las colonias y los campamentos urbanos. Sin embargo, para las familias en riesgo de pobreza y exclusión, el precio de estas actividades es inasumible. “Existen plazas gratuitas, pero son insuficientes. Tampoco cubren todos los días que las familias necesitan y en ocasiones no incluyen la comida, algo básico para los hogares con menos recursos. Por eso es importante que se inviertan más recursos públicos en las colonias y campamentos urbanos y se garanticen plazas para que todos los niños y niñas más vulnerables puedan acceder”, explica Céspedes.
Educo recuerda que, según la Fundación Bofill, no hacer actividades estos meses de verano puede suponer una pérdida del aprendizaje equivalente a dos o tres meses de escolarización.
El calor de estos días empeora aún más la situación de la infancia en situación de vulnerabilidad. Según el INE, 1 de cada 3 hogares – el 33,6% – no puede mantener una temperatura suficientemente fresca en verano. “Muchos niños yniñas viven en este tipo de hogares, en los que no se pueden permitir tener ventiladores o el aire acondicionado encendido. A veces pasan todo el día metidos en el piso, o incluso en habitaciones porque comparten la vivienda varias familias. Pueden estar muchas horas solos y solas porque las personas adultas trabajan y no los pueden cuidar, acompañados únicamente por las pantallas”, advierte la directora de Incidencia e Investigación de Educo.
“Cuando vuelvan a la escuela, al no haber disfrutado de las vacaciones, les costará más volver a la rutina, estarán más apáticos y pueden llegar a acumular un retraso se semanas o incluso meses en el aprendizaje. Es decir, empezarán el curso peor que como lo acabaron en junio”.
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