Entrevistamos a Lino Iglesias, responsable de RSC de la Red Solidaria Internacional Augustino Recoleta (ARCORES) para hablar sobre la responsabilidad social corporativa de su organización, su evolución a lo largo de los últimos años y sus principales buenas prácticas.
La red ARCORES, presente en 22 países, engloba todas las obras sociales, proyectos e instituciones solidarias de la familia Agustino Recoleta cuya misión es trabajar por la paz, la justicia social, el fin de la pobreza, la igualdad y los derechos humanos.
¿Puede empezar explicándonos cómo llegó a este mundo de la RSE y qué recuerda de esos inicios, cómo estaba la RSE en nuestro país y su organización en la materia?
Llegué a través de dos ámbitos: el empresarial y el académico. He trabajado siempre en el sector de las tecnologías de la información en puestos de ventas y desarrollo de negocio, y la conexión con la RSE para mí está en el convencimiento del valor que genera para la empresa y para la persona. También tengo un interés académico por la ética, creo que la investigación en este campo genera nuevos conocimientos que nos permiten abordar mejor los problemas a los que nos enfrentamos las personas y las organizaciones.
La RSE no existía antes como departamento en las empresas, lo que no significa que no se hiciese ningún trabajo. Desde recursos humanos comenzaban las iniciativas de responsabilidad social de la empresa.
En esta línea, ¿cómo ha evolucionado la estrategia de RSE de su organización en estos últimos años hasta la actualidad y cuáles son, actualmente, sus principales líneas de actuación?
Estamos empezando a tratar la RSE de forma estructurada. Arcores es una asociación de utilidad pública, una ONG que desarrolla su actuación en 17 ODS en 22 países, con lo que su misión es social. La RSE en Arcores se dirige a desarrollar esta actividad de la forma más profesional, hacia sus empleados y voluntarios y hacia todos los grupos de interés con los que interactúa. Desde el departamento de RSE se desarrolla la relación con empresas y lo relacionado con buenas prácticas y compliance.
¿Puede poner ejemplos, citar buenas prácticas de su organización en estos temas?
Sí. Por ejemplo, estamos llevando a cabo un programa de protección del menor en todos los colegios de la familia agustino recoleta en España. Este programa incluye la formación de toda la comunidad educativa (alumnos, personal de los centros y familias) y la creación de las estructuras y procedimientos necesarios para impulsar el buen trato y actuar ante un posible caso de abuso. Esto lo llevamos a cabo con el asesoramiento y colaboración de expertos en la materia, con la evaluación de empresas externas, para que además de implantar las mejores prácticas, sea un programa de mejora continua.
También tenemos una política de transparencia en el reporting de actividades, política de relación con empresas con determinados estándares éticos, etc.
¿Qué papel tiene en la misma la comunicación de la RSE, qué destacaría de la misma?
La comunicación tiene un papel muy importante en la RSE como motor que puede retroalimentar las mejores prácticas en la empresa. Los empleados pueden así conocer el compromiso ético de la empresa y cómo actúa, lo que contribuye a su motivación y sentido de pertenencia. Por tanto, redunda también en beneficio de la empresa. Saber comunicar la RSE hacia el exterior mejora sin duda la imagen de marca de la empresa y su reputación.
¿Cuáles son las principales ventajas y beneficios de apostar por la RSE?
Creo que apostar por la RSE tiene muchas ventajas y beneficios. Los principales podrían ser: que la RSE es un motor de mejora continua para la empresa y para el empleado, la persona. Puede mostrar y hacer crecer lo más humano-profesional de la empresa. A su vez, la RSE y la ética deben estar continuamente reexaminándose para ayudar en este crecimiento personal y empresarial.
También implicael reconocimiento y el compromiso con unos valores que condicionan la forma de hacer negocio de la empresa. Este compromiso, al menos a medio y largo plazo, redunda en beneficio de la empresa. Fomenta la imaginación sobre la forma de hacer negocio, explorando nuevas vías que pueden resultar exitosas. Incrementa la satisfacción y el desarrollo del empleado y, en muchos casos, las personas más necesitadas reciben ayuda.
¿Cuáles son, en su opinión, los principales errores que se siguen cometiendo en la actualidad en torno a la RSE y cómo subsanarlos?
Es difícil contestar a esta pregunta, porque creo que lo que principalmente se cometen son aciertos. Poco a poco, y mejorando la organización y las actitudes, se va mejorando. Quizás aún nos falte transparencia y un mayor compromiso. A esto creo que se puede contribuir a través de las actitudes personales, de dar un papel central a la RSE y la ética en los órganos de gobierno de la empresa, y de crear las estructuras necesarias que las promuevan.
Aún se oye en determinados foros y personas que las empresas ‘hacen’ RSE por cosmética, por lavado de imagen, por greenwashing, ¿qué opina de ello y cómo revertir la situación?
Sí, esto puede pasar, pero me parece un error que muy probablemente se volverá en contra de la empresa. Hacer RSE por greenwashing y no tenerla integrada en lo más central del negocio puede hacer que las inconsistencias surjan en el futuro muy fácilmente, con lo que la empresa se tendrá que enfrentar nuevamente al problema que quería solucionar. Es demoledor dar una imagen de cumplimiento y precisamente fallar en lo que decimos que más cumplimos. Pero incluso en esos casos, creo que es mejor ser transparente, reconocer dónde se ha fallado y tomar las medidas para que sea mucho más difícil que vuelva a ocurrir. La ética no es una cuestión de no fallar nunca, sino de intentarlo, cuando se ha fallado reconocerlo, y poner los medios para prevenir que vuelva a pasar. Y creo que en general todos sabemos reconocer esto como algo positivo.
¿Cómo están fomentando en su organización la comunicación y el diálogo con los grupos de interés, cómo lo llevan a cabo y cuáles son las principales buenas prácticas qué destacaría?
Nuestros grupos de interés son las empresas como proveedores, como colaboradores en proyectos, los voluntarios y las comunidades a las que servimos. Con las empresas que colaboran actualmente con nosotros tenemos una política de transparencia y reporting de las actividades, con las que podrían colaborar en el futuro seguimos un proceso de comunicación que busca adaptarse a sus necesidades estudiando posibles sinergias con nuestra obra social, los voluntarios que colaboran con nosotros, tanto en España como en misiones fuera de España, siguen un programa de formación y tienen unas guías de conducta, y para el resto de colectivos vamos creando procedimientos de actuación según las mejores prácticas, como he mencionado antes para los colegios.
¿Cuáles son, en su opinión, los retos y desafíos de la RSE en nuestro país?
Quizás su integración en el centro del negocio de la empresa, en realmente sentir la RSE como algo que contribuye al desarrollo del negocio, y también en que se la perciba más como verdaderamente enriquecedora para el empleado.
¿Y los retos de su organización? ¿Cómo los piensan llevar a cabo?
Nuestra misión, nuestro “negocio” es “mover corazones y transformar vidas”, que la obra social realmente tenga un impacto en las personas. Para esto queremos colaborar con las empresas, con los voluntarios y con todo aquél que quiera ayudar en mejorar la vida de personas que lo necesitan. Esto lo queremos llevar a cabo de la forma mas humana y más profesional, porque lo más profesional es lo más humano y viceversa. Arcores está organizada como una red internacional de Arcores nacionales en 22 países, de tal forma que se aprovechen las capacidades y las sinergias de cada una de las oficinas. Además de este objetivo de colaboración y optimización de recursos, trabajar de esta manera consigue romper la idea asentada de que solo unos países (los ricos) ayudan a otros (los pobres), ya que de esta forma “todos dan” y “todos reciben”.
Escucha aquí la entrevista completa con su protagonista: