Entrevistamos a Marta Contreras, responsable de RSC de UNICEF que nos detalla como ha evolucionado la RSC en Unicef y asegura que la contribución más importante que pueden hacer las empresas es garantizar que se respeten los derechos de la infancia en todas sus actividades y en su cadena de valor. También nos explica las iniciativas solidarias que Unicef ha emprendido para paliar los efectos de la pandemia COVID-19.
¿Puede hablarnos de la Responsabilidad Social de su organización, de cómo ha evolucionado estos años hasta la actualidad y cuáles son actualmente sus principales áreas estratégicas?
Nosotros tenemos un rol claro de salvar, proteger e impulsar el futuro de cada niño, de cada niña, de cada joven, quien quiera que sea y donde quiera que viva. Para esto, llevamos más de 70 años y en más de 190 países, poniendo foco en los más vulnerables y excluidos. Y esto lo desarrollamos a través de programas de gran impacto, generando evidencia y colaborando con actores clave del sector público, sector privado, de la sociedad civil y de las comunidades.
Este es un objetivo muy ambicioso, y tenemos la experiencia de que el sector privado tiene mucho que aportar con su conocimiento, recursos, innovación, generando datos, y con su capacidad de influir e inspirar a sus grupos de interés. Pero en realidad, la contribución más importante que pueden hacer las empresas es garantizar que se respeten los derechos de la infancia en todas sus actividades y en su cadena de valor.
Y es que los niños, niñas y jóvenes se ven afectados de manera positiva y negativa por todas las acciones e impactos de la empresa porque son hijos de empleados o jóvenes a los que se les puede apoyar en su desarrollo y en su empleabilidad, son consumidores de productos, servicios, de publicidad y marketing, se ven impactados por el entorno y en las comunidades donde viven.
En el área de RSC nuestras principales áreas estratégicas son tres: Las Alianzas de valor compartido con empresas, que se realizan a través de cocreación con la empresa, buscando el alineamiento con la actividad principal de la empresa y con nuestros programas, para que se puedan implementar cambios a gran escala y sistémicos construimos alianzas estratégicas, pero que sean sólidas y a largo plazo.
Por ejemplo, ING es aliado global desde hace más de15 años, y se ha involucrado en un programa innovador “Power for Youth” dentro de una gran alianza multiactor que es Generation Unlimited, poniendo especial foco en fomentar en jóvenes vulnerables aquello que necesitan para desarrollar todo su potencial y despertar posibilidades: herramientas para el fomento del emprendimiento y de la empleabilidad, empoderamiento y desarrollo de habilidades financieras. En este programa hemos visto chicos y chicas que empiecen a creer en ellos mismos, que son protagonistas de su aprendizaje y se convierten en agentes de cambio en sus comunidades.
Por otra parte, las Alianzas público privadas, tenemos gran capacidad de generarlas por el nivel de interlocución y del trabajo con, gobiernos, sector privado, organizaciones multilaterales, sociedad civil, y así escalamos programas innovadores en áreas como salud, educación, protección, brecha digital, emprendimiento, empleabilidad, lucha contra el cambio climático o economía verde.
La tercera línea, la incidencia en el sector privado, acompañando a la integración de los derechos de la infancia en sus políticas y estrategias a través de la cadena de valor. Y también para que se garantice que se considere a la infancia como un grupo de interés pleno. Tenemos muchas herramientas propias de Unicef para acompañar a las empresas, como los Derechos del niño y Principios empresariales (desarrollados con Save the Children y Pacto Mundial), Derechos del niño en las políticas y conductas, evaluaciones de impacto y en los informes de sostenibilidad, o herramientas que ayudan a la empresa a la integración de los ODS en la empresa con foco infancia.
¿Qué importancia tiene para Unicef la comunicación de la Responsabilidad Social y cómo lo trabajan?
Se trata de un aspecto muy importante, nos ayuda a difundir nuestros programas, la labor de incidencia en el sector privado a favor de los derechos de la infancia y el trabajo conjunto con nuestros aliados empresariales. Intentamos llegar a la máxima audiencia, porque la infancia es asunto de todos.
Realizamos campañas propias y también con nuestras empresas aliadas, para inspirar y movilizar a sus empleados, clientes, inversores, a otras empresas y a la comunidad.
Por otro lado, comunicamos nuestro trabajo a favor de la infancia a través de la participación en foros nacionales e internacionales, inclusión de posicionamientos en informes, artículos y en plataformas multiactor. Intentamos estar activos a través de muchos canales.
Ante la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ¿Qué planes de contingencia o medidas de seguridad ha adoptado UNICEF para hacer frente a esta pandemia?
La pandemia supone una amenaza y un nivel de riesgo mucho más alto para los niños y niñas en situación vulnerable: los que viven en países en conflicto, refugiados y migrantes, los que están en situación de pobreza extrema, los que viven en países cuyos sistemas de salud son muy frágiles, que se han visto con escuelas cerradas, y las familias cada vez bajo una presión mayor por subsistir.
“La pandemia es una crisis sanitaria que se está convirtiendo rápidamente en una crisis de derechos de la infancia”, como explicaba la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
Hemos realizado aprendizajes de otras emergencias como el ébola, en las que los niños y niñas no solo mueren por las causas de esta pandemia directas, sino también diarrea, malaria o neumonía porque no tenían acceso a servicios esenciales como la atención médica y la vacunación rutinaria. Ya en esta pandemia se ha visto comprometido para cientos de millones de niños, esto podría llevar a un aumento significativo de la mortalidad infantil a niveles que uno habíamos visto hace muchos años. Estamos estimando que 6.000 niños más, menores de 5 años podrían morir cada día por enfermedades prevenibles si no se toman medidas
Para Unicef implica redoblar esfuerzos. Primero, atender las necesidades urgentes derivadas del COVID-19, para ello tenemos gran capacidad de respuesta rápida, respondemos a más de 300 emergencias al año de diferente tipo y hemos hecho un gran llamamiento en ese sentido para responder a la crisis y sus consecuencias. Hemos proporcionado suministros esenciales de protección, que ya han llegado a 52 países. Y también los hemos proporcionado en España, en un momento verdaderamente crítico para nuestro país.
Pero a la vez, tenemos que seguir realizando intervenciones fundamentales en materia de salud, como las vacunas, vacunamos a 1 de cada 2 niños del mundo contra enfermedades mortales, y tenemos que seguir haciéndolo, proporcionando agua, saneamiento e higiene, promoción del lavado de manos, facilitar el aprendizaje, ayudar a sus familias a cubrir sus necesidades y cuidar a sus hijos, proteger a los niños de abusos y violencia.
En esto hemos movilizado a aliados del sector público, sector privado y sociedad civil para desarrollar esos planes de contingencia.
Un ejemplo de cómo se involucra el sector privado en esto es que UNICEF y Microsoft han expandido una plataforma global de aprendizaje “Pasaporte de Aprendizaje” que nació para ayudar a niños y jóvenes refugiados y desplazados y que hora se ha expandido rápidamente para facilitar el currículo a nivel de país para niños y jóvenes cuyas escuelas se han visto obligadas a cerrar.
¿Qué iniciativas solidarias ha puesto en marcha la compañía para combatir la situación de emergencia actual?
Te he comentado nuestra respuesta global, también hemos tenido respuesta en España, que ha sido diversa y en colaboración con muchos actores. Hemos estado en colaboración constante con nuestras empresas aliadas, involucrándoles en el apoyo a nuestras acciones y campañas en España, y nuestros programas en el mundo. Hemos lanzado una Guía de medidas y buenas prácticas laborales a favor de las familias en el contexto COVID 19, así como recursos y herramientas útiles para sus empleados y familias. También hemos lanzado junto al ISDI una plataforma de innovación colaborativa de proyectos que ayuden a paliar los efectos negativos.
Hemos tenido mucha actividad de incidencia con el sector público, para que se ponga foco y se tomen medidas sobre los niños, niñas, jóvenes y familias más vulnerables.
Hemos colaborado desde el inicio, gracias a nuestra experiencia en emergencias, aportando a las autoridades sanitarias suministros esenciales de protección, gracias al apoyo de nuestros socios y empresas aliadas.
Pero también hemos puesto especial foco en los niños, niñas y jóvenes que viven en centros de protección, basado en estudio e investigación reciente que realizamos sobre el sistema de acogimiento en España. Por un lado, hemos lanzado una plataforma de apoyo técnico y psicosocial para los trabajadores, acompañado de materiales dirigidos a los propios chicos. Por otro lado, hemos entregado a los centros de protección más de 2.100 tabletas electrónicas y ordenadores portátiles, apoyado por la Fundación Profuturo. Para estos chicos significa poder continuar con sus estudios, no quedarse atrás, mantener el contacto con familiares y amigos y denunciar posibles casos abusos o violencia que puedan estar sufriendo.
¿Cuáles son los próximos retos y desafíos de UNICEF en un futuro próximo tras la nueva realidad post pandemia que se nos presenta?
Esta crisis nos ha hecho a todos sentirnos vulnerables y frágiles y a pensar que no tenemos el control. Es una buena lección para todos. Creo que nos ha llevado a reflexionar, a preguntarnos cómo me posiciono como persona, como profesional, como empresa, ante esta nueva realidad. Nos ha impulsado a tener más empatía con necesidades y vulnerabilidades de tantos, y en esta ocasión tan cercanos.
Pero también nos ha puesto la mirada en que somos interdependientes a nivel global, y en que las desigualdades se verán aumentadas. Nos ha hecho conscientes de que no podemos salir de esto solos y la salida dependerá mucho de cómo lo puedan afrontar los países con sistemas sanitarios más frágiles.
En España, hemos visto como muchas de nuestras empresas aliadas han repensado cómo ayudar: no sólo aportando recursos, reinventándose para producir o ayudarnos con suministros esenciales, ofreciendo sus capacidades, sus servicios, incluso comprometiéndose con la protección del empleo o de la cadena de suministro o implementando políticas favorables a familias. Hay que aprovechar ese impulso.
Nuestro reto es que las empresas en el día después postCovid, incluso ahora, fortalezcan su propósito, vuelvan a lo esencial, integren el aspecto social en su estrategia e incluyan a los niños, niñas y jóvenes vulnerables. Esto se potenciará participando en acciones colectivas y en alianzas público privadas a favor de la infancia, Ahora, más que nunca cobra sentido la integración por el sector privado de la A2030, que pone foco en no dejar a nadie atrás.
Animamos a las empresas a retomar el impulso generado, a responder transformando realidades juntos; y a reimaginar un futuro de oportunidades para los niños, niñas y jóvenes vulnerables, en el que puedan crecer, desarrollar su talento y participar en la reconstrucción de la economía y de la sociedad global.
Escucha aquí la entrevista a Marta Contreras, responsable de RSC de Unicef