Fundación Recover, Hospitales para África y Fundación Kyrikú se han aliado para instalar un laboratorio de Anatomía Patológica en Burundi, en el Hospital de Ngozi, que llegará a beneficiar de manera directa a casi 80.000 personas y de manera indirecta a toda la población de Burundi (13 millones de habitantes) y a muchas personas que viven en la región de los Grandes Lagos.
Como Directora de Recover, estoy convencida de que lograr una atención sanitaria digna y de calidad para todas las personas en África es posible y celebro la puesta en marcha de un proyecto como este que va a ser de alto impacto para una región que necesita mucha inversión en sanidad.
Quizás para alguien ajeno a la realidad de Burundi y de las enfermedades que afectan a la piel, este proyecto resulte lejano. Por eso, quiero aprovechar las líneas que me brinda esta tribuna para dar respuesta a las preguntas más comunes que nos puede suscitar esta iniciativa.
¿Para qué sirve un laboratorio de anatomía patológica? ¿Por qué es importante?
Un laboratorio de anatomía patológica sirve para diferenciar entre lesiones malignas (tumorales) e infecciosas. En Burundi se van a poder diagnosticar úlceras cutáneas mediante técnicas de imagen y análisis de tejido. El diagnóstico preciso es clave para acertar con el tratamiento. También servirá para prevenir el cáncer cervical (de cuello de útero) mediante la realización de citologías vaginales.
¿Cuál es el contexto de este proyecto?
Burundi es uno de los países más pobres del mundo. Ocupa el puesto 187 de 191 países en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Allí, la esperanza de vida al nacer es de 62 años y la mortalidad infantil es de 53 por cada 1.000 niños nacidos vivos; es decir, diez veces superior a la de España. El país cuenta con 0’1 médicos por cada 10.000 habitantes, mientras que en España disponemos de 45,8
Por su parte, Fundación Kyrikú, con quien nos hemos aliado para este proyecto, tiene presencia en Burundi desde hace 15 años. Kyrikú es la rama sanitaria de Asociación Solidaria Universitaria (ASU) que trabaja en Burundi de la mano de una organización local: ASEDR (Asociación para la Salud, la Educación y el Desarrollo Sostenible).
¿Cómo se justifica la necesidad de este proyecto?
Actualmente las muestras de tejidos que se toman han de enviarse al Instituto Pasteur de Camerún, a más de 2.000 km, para ser analizadas. No es solo la distancia sino el tiempo que lleva todo el proceso de análisis. Un diagnóstico precoz es la clave para aliviar el sufrimiento humano con un adecuado tratamiento. Por ejemplo, con 3 pastillas de azitromizina se puede tratar una enfermedad como el pian, producida por una bacteria (similar a la que produce la sífilis) por contagio directo por la piel. Esta enfermedad produce grandes úlceras y costras con inflamación en los huesos que pueden dejar unas cicatrices desfigurantes.
¿Cómo surge la idea?
En septiembre de 2023, conocí, gracias a un patrono de Fundación Recover, a la Dra. Marta Conde Sendagorta, presidenta y fundadora de Kyrikú y al Dr. Ricardo Rodríguez Ruiz, patrono de Fundación Kyrikú, jefe del servicio de dermatología del Ruber Internacional y director de la Clínica Internacional de Dermatología. El doctor había realizado una misión dermatológica en terreno en 2023 y nos contó la problemática que existía para poder diagnosticar algunas enfermedades, como el pian o la úlcera de Buruli por falta de un laboratorio de anatomía patológica. Estas enfermedades son dos de las veinte enfermedades tropicales desatendidas que recoge en su lista la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin dudarlo, les invitamos a una reunión de patronato en octubre. El presidente de Fundación Recover, Hospitales para África propuso que apoyáramos a Fundación Kyrikú para poder instalar el laboratorio en Burundi. A partir de ahí nos pusimos manos a la obra y empezamos a construir el proyecto que coordina Fundación Recover a través de nuestro Programa de Formación, Voluntariado y Telemedicina.
¿Cómo y cuándo se va a llevar a cabo?
El laboratorio estará instalado en agosto de este año. Primero hemos de adquirir todo el equipamiento que consiste en un procesador, un centro de inclusión para bloques de parafina, un microtomo, una estufa de cultivos, un microscopio con cámara y un baño de flotación, así como diverso material fungible y no fungible. Después de instalarlo, hemos de capacitar al personal local para que aprenda a manejar los equipos. Se realizarán formaciones online previas al viaje, allí de manera presencial y cuando regresemos de la misión en terreno, continuará la asistencia a través de dos plataformas que tiene Fundación Recover, gracias a Quirónsalud. Se trata de una plataforma de e-learning y de otra para poder realizar Telemedicina, es decir apoyar con el diagnóstico en remoto y poder ayudar a resolver dudas a los profesionales locales.
¿Qué garantizará la sostenibilidad del proyecto?
Sin duda alguna, el elemento clave que necesita el proyecto para ser sostenible es la capacitación del personal local. Esta es la base para que el laboratorio se use, para que se pueda realizar un correcto mantenimiento de los equipamientos y para que, a la larga, sirva para cumplir su misión.
¿Cómo se va a financiar?
Actualmente, estamos solicitando financiación a distintas empresas, fundaciones corporativas y filantrópicas. De momento, contamos con el apoyo de Vibra Hotels, Fundación María Francisca de Roviralta y Fundación Sanitas. Animamos a que se ponga en contacto con nosotros cualquier entidad o persona que quiera colaborar con este proyecto que podrá servir para mejorar la vida de decenas de miles de personas en Burundi.
Tenemos también el valiosísimo apoyo de voluntarios del Hospital 12 de Octubre, liderados por la Dra. Ana Belén Enguita, anatomopatóloga, que se van a ocupar hacer las formaciones en terreno y a distancia. Cito, además, al citopatólogo Dr. Enrique Revilla y a los citotécnicos Elidia Molina y Francisco de Borja Rodríguez Aguilar. También contamos con una voluntaria de Fundación Recover, procedente del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro: la anatomopatóloga Dra. Yamileth Rangel.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de la Fundación Recover en el Anuario Corresponsables 2024.