Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) es una organización internacional que garantiza los derechos humanos que tienen los niños a una educación, salud y alimentación de calidad. El primer hogar fue fundado en México en 1954 por el Padre William Wasson. A través de donaciones se contribuye en el desarrollo de todos los proyectos y programas que NPH tiene en América Latina.
NPH acompaña y cuida de los niños acogidos hasta que pueden empezar a ser independientes. Además, NPH intenta mejorar la situación general de las familias en Latinoamérica y provee atención de emergencia en caso de desastres.
La Fundación inicia sus acciones en España en 2002, con el objetivo de gestionar profesional y eficazmente los fondos que recibimos de nuestros padrinos, socios y donantes, para seguir mejorando las condiciones de vida de los niños vulnerables en América Latina. La Fundación también selecciona voluntarios profesionales que se desplazan hasta nuestros proyectos para realizar tareas de apoyo a la comunidad.
Entrevistamos a Xavier Adsará presidente asociación NPH en Europa que nos habla sobre la evolución de la asociación y la labor que llevan a cabo. Considera que hay que hacer una labor de prevención en las comunidades para que las familias no se desestructuren y empoderarlas para que los niños puedan crecer de una manera sana y fuerte dentro de esas familias.
Los niños tienen garantizados los derechos de educación, nutrición y salud, pero en el seno de la propia familia. De esta manera, se evita que los niños queden desamparados en las calles, unidos a las familias y que se integren, pero contando con el apoyo de sus familias. Esto es el programa de prevención que llevan a cabo.
Llevan a cabo programas de prevención, protección y de preparación, en este último preparan a los niños, aunque vivan con sus familias o no, para que se puedan insertar social y laboralmente en la sociedad y sean ejemplo para la sociedad. Han abierto centros familiares comunitarios donde tienen, por ejemplo, escuela para padres, para que sepan lo que significa garantizar los derechos de los jóvenes y que vivan libren de violencia.
También trabajan con las niñas, empoderándolas para que sientan que tengan la fuerza necesaria para elegir que quieren hacer con su vida y su futuro, más allá de las labores de casa o la crianza de sus hijos. El objetivo es hacerle saber que ellas pueden elegir con quien se quieren casar, emparejar, vivir el resto de su vida o a qué trabajos pueden aspirar, proporcionándoles información sobre los diferentes estudios que pueden llevar a cabo. Esta labor contribuye a evitar embarazos prematuros que llevan a fracaso y abandono escolar y a una mala vida en las calles de Latinoamérica.
Respecto a la comunicación, Xavier la considera como un elemento clave para que la sociedad entienda que los derechos humanos de las personas es una responsabilidad social, comunitaria y global. La única manera de garantizar la justicia social y que los derechos humanos lleguen a todo el planeta es mediante el trabajo común. Xavier afirma que NPH está apostando por alianzas estratégicas con empresas y fundaciones de su país. Hay muchas empresas y fundaciones que se ha dado cuenta de que hay que devolver parte de su labor a la sociedad.