En la actualidad, la diversidad, equidad e inclusión (DEI) ha emergido como pilar fundamental en el sector empresarial. Más allá de tratarse de un concepto de moda, estas prácticas se han establecido como factores críticos para el éxito y la sostenibilidad de las empresas en un mundo cada vez más interconectado y consciente. La adopción de una cultura que promueva la DEI no solo es una necesidad moral, sino que también se ha demostrado que aporta beneficios tangibles a cualquier organización.
Para fomentar la DEI de manera efectiva, las empresas deben tomar medidas concretas.
Las ONGs desempeñamos aquí un papel esencial al aportar una perspectiva externa y recursos especializados que complementan los esfuerzos internos de las empresas en este ámbito: nuestra experiencia en la implementación de programas y políticas DEI en diversos entornos puede guiarlas en la creación de estrategias sólidas y adaptadas a su cultura organizativa.
Además, al colaborar con una ONG, las empresas pueden ampliar su alcance y conectarse con grupos menos representados que podrían no estar directamente en su radar. Esta conexión con comunidades diversas no solo es esencial para el reclutamiento y la retención de talento, sino que también contribuye a la creación de programas, proyectos y actividades que atiendan a una gama más amplia de realidades.
En Acción contra el Hambre tenemos claro que la implementación de políticas DEI es un compromiso individual y colectivo. Por eso, trabajamos estos valores de una manera transversal: establecemos prácticas internas que los promueven en todas las áreas de la organización, además de incorporarlos en cada una de nuestras intervenciones. Es así como actuamos ante cualquier emergencia con estrategias que se construyen bajo una clara perspectiva de género, denominador común de cada uno de nuestros proyectos de agua, saneamiento y seguridad alimentaria internacional y nacionalmente.
Nos centramos así en escuchar y dar voz a las mujeres, incidiendo en factores clave contra la malnutrición como la lactancia materna, fomentando el empoderamiento y liderazgo de todas ellas en las comunidades con las que trabajamos mano a mano y creando proyectos específicos para ello como nuestro programa Vives Emplea Mujeres, implementado en España.
De esta misma manera, creemos en una mirada a futuro que ponga en el centro no solo el enfoque de género sino también las problemáticas de todas aquellas personas que se encuentran en los márgenes.
Porque las políticas DEI y los derechos del colectivo LGTBIQ+, así como de otras diversidades raciales, étnicas o por edad… caminan juntas hacia un futuro de igualdad.
Gracias a este expertise, nuestra colaboración con empresas permite crear un ecosistema que acelere los avances en la promoción de la diversidad, equidad e inclusión. Las alianzas que nacen bajo este prisma demuestran el compromiso genuino de la empresa con estos valores y envían un mensaje claro tanto a su plantilla como a sus clientes, dispuestos a invertir tiempo, energía y recursos en la creación de un entorno más plural.
A medida que el mundo empresarial continúa reconociendo la importancia de la DEI, la colaboración con ONGs se convierte en una estrategia esencial para lograr un cambio real y duradero. Al promover un ambiente donde cada individuo es valorado por su singularidad y respetado en su integridad, estamos tejiendo los hilos de un futuro más humano y justo. Recordemos que el compromiso con la DEI no solo enriquece nuestras empresas y comunidades, sino que también forja un camino hacia la realización plena de los derechos inalienables de cada ser humano.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: 8º Aniversario de los ODS, en colaboración con Metrovacesa.