La redefinición de los sistemas alimentarios para preservar los bienes comunes ha pasado de ser algo deseable a convertirse en una necesidad urgente, un imperativo que empuja a reinventar el modelo convencional. Desde la Fundación Daniel y Nina Carasso creemos que más que una idea esto es un objetivo realizable, más aún cuando algunos de los proyectos que acompañamos confirman que hay un camino iniciado hacia esquemas de alimentación más sostenibles.
El proceso ‘Del campo a la mesa’ muestra que la agricultura y la alimentación se encuentran en una encrucijada sin precedentes. Conscientes de su carácter determinante en los desequilibrios ecológicos, sociales, sanitarios y políticos, también son un pilar para construir la resiliencia de nuestras sociedades. Es en esta situación de pandemia de la Covid-19, y también por la presión a los ecosistemas, que se constata la necesidad de acelerar la transición agroecológica, de forma solidaria y democrática, para facilitar el acceso universal a una alimentación sostenible, saludable y respetuosa de las personas y la naturaleza.
Todos estos conceptos fueron la premisa con la que la Fundación Daniel y Nina Carasso moderó la mesa redonda “Nuevo Sistema Alimentario”, el pasado 27 de mayo en el marco de la 3ª edición del NESI Global Forum 2021 el Foro de Nueva Economía e Innovación Social, en el que compartimos el trabajo de cuatro proyectos acompañados desde la Fundación.
La participación de Pauline Bonnier, socia de trabajo del Supermercado cooperativo La Osa; Inés Criado, vocal de comunicación de la Asociación de Producción y Consumo Subbética Ecológica; Irene Estaún, directora insular de Reserva de la Biosfera del Consell Insular de Menorca; y Ainhoa Moreno, socia fundadora de NHOALAB y parte del equipo técnico de Menjadors Ecològics, reafirmó que el trabajo en redes, la cooperación y el impulso institucional son algunas de las bases para el salto de escala de los sistemas alimentarios basados en la sostenibilidad, la salud y la colaboración.
¿Qué caracteriza a estos proyectos y cuáles son los procesos en los que están inmersos de cara a esta transformación? Abarcan una sostenibilidad holística: medioambiental porque respeta la biodiversidad; es para la buena salud de las personas a largo plazo; debe ser social porque genera justicia e igualdad en todas sus etapas, pero también tiene un objetivo económico.
Conocer estos proyectos, a quienes los impulsan y los resultados que brindan, permite demostrar cómo desde distintos ámbitos y lugares se incide en el sistema alimentario con un impacto positivo en la manera de vivir, en la salud y en la convivencia entre personas: es posible, conocemos el camino y tenemos, a nuestra modesta escala, identificados más de cien proyectos que responden a la vez a todos los pilares de reconstrucción y resiliencia, siendo además ejemplos que están listos para un salto de escala.