El informe “Price Shocks” que publica la agencia internacional de ayuda humanitaria, World Vision, revela que para los más vulnerables los precios de los alimentos siguen siendo más altos que antes de la pandemia de la COVID-19.
Los precios han seguido subiendo en los países más pobres, especialmente en los afectados por conflictos violentos, fenómenos climáticos extremos y desplazamientos forzosos.
El análisis de los precios de los alimentos a partir de septiembre de 2023 muestra que una cesta de alimentos que costaría 1,5 horas de trabajo en Australia, Irlanda o Singapur le llevaría a un trabajador medio 36 días ganar el dinero para comprarla en Burundi y 25 días en la República Centroafricana.
Mary Njeri, directora de Respuesta al Hambre en el Mundo de World Vision, ha declarado: “Estos datos subrayan la alarmante crisis alimentaria que ha dejado a 35 millones de personas en situación de hambre de emergencia. La agitación económica causada por la COVID-19 y la guerra en Ucrania, junto con la intensificación de los efectos del cambio climático y otros conflictos, están dejando a las personas más vulnerables con menos capacidad para afrontar el coste de una cesta básica de alimentos”.
Los conflictos en curso en muchos países también están provocando subidas de precios localizadas. Por ejemplo, en Burkina Faso y Sudán, las zonas en conflicto tenían precios hasta dos veces más altos que las zonas menos afectadas por la violencia.
Muchos de estos países son también algunos de los que más sufren los efectos del cambio climático, lo que agrava aún más las tensiones, ya que las familias luchan por tener alimentos o encontrar un lugar seguro para vivir y cultivar.
“En 2024, las familias necesitan desesperadamente la paz por encima de todo, y la comunidad internacional debe dar un paso adelante para garantizar que ningún niño ni niña pase hambre” demandan desde la ONG.
Apenas una décima parte de los 39.000-50.000 millones de dólares anuales que se estiman necesarios para evitar 3,7 millones de muertes de niños y niñas menores de 5 años se ha destinado a intervenciones para lograr estos objetivos desde 2015.
En contraste, los estadounidenses gastaron 2,5 veces esa cantidad (9.800 millones de dólares) en compras navideñas en un solo día en 2023.
“Los niños y niñas expuestos a conflictos y al hambre tienen más probabilidades de verse forzados al matrimonio infantil o al trabajo infantil, ya que buscan desesperadamente un lugar seguro donde dormir y comida suficiente para comer cada día. El pollo, los huevos y la leche no deben considerarse lujos, sino alimentos básicos que todo el mundo pueda comprar para tener una dieta equilibrada. Este no es futuro para la infancia”, concluye Mary Njeri.
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