Ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó del primer caso detectado de COVID-19 en la República Democrática del Congo (RDC), convirtiéndose en el país número 109 en reportar casos. Según la OMS, la RDC es uno de los once países de África que ha confirmado un caso de COVID-19. Los otros países son: Argelia, Burkina Faso, Camerún, Egipto, Marruecos, Nigeria, Sudáfrica, Senegal, Togo y Túnez. Esto ocurre cuando el brote de ébola más grande del país parece estar controlado sin que se hayan confirmado nuevos casos de la enfermedad en los últimos 21 días.
Los países con menos recursos para afrontar epidemias son los más vulnerables. “Para un país con un sistema de salud muy deficiente, que aún no se ha declarado libre de ébola, esta es una mala noticia. Podría ser una amenaza si llegara a las comunidades donde los niños y sus familias luchan por sobrevivir al sarampión, el cólera, el hambre y la inseguridad crónica”, advierte la Directora Nacional de World Vision en RDC, Anne Marie Connor.
Las personas vulnerables y las personas con salud frágil que viven en lugares con sistemas de salud inadecuados no tienen acceso a los mensajes de prevención, evaluación y gestión de contagios. En las áreas donde ya existen altas tasas de desnutrición, malaria, VIH y SIDA, tuberculosis y diarrea, las personas son más susceptibles al virus.
Preparados para actuar en los países en vías de desarrollo
A medida que se propaga el coronavirus, el mundo observa si organizaciones humanitarias como World Vision han aprendido de experiencias pasadas. En la última década, World Vision ha sido testigo del impacto devastador y debilitante del ébola en África Occidental y la República Democrática del Congo, la pandemia mundial de H1N1 y el Zika en América Latina.
Como organización comunitaria cuyos miembros del personal provienen principalmente de comunidades afectadas, los responsables sanitarios no solo están ayudando a los extraños que sufren. Los hombres, mujeres y niños afectados por brotes de enfermedades a menudo son amigos, vecinos, colegas o familiares.
Afortunadamente, la esperanza se abre camino incluso en este tipo de situaciones. Con cada enfermedad mortal, organizaciones como World Vision han aprendido lecciones importantes sobre la respuesta epidémica. Los países afectados también aprenden de las pandemias y han mejorado los recursos y el apoyo para fortalecer sus sistemas de salud, evitando así amenazas futuras. Sin embargo, muchos sistemas de salud todavía son demasiado frágiles para manejar de manera efectiva los brotes de enfermedades.
World Vision remarca 3 puntos importantes para proteger a los niños
De lo aprendido de nuestro personal, socios y comunidades sobre la propagación y el impacto de enfermedades como el coronavirus, World Vision hace hincapié en tres puntos necesarios para ayudar a proteger a los niños en países vulnerables:
- Los países que tienen sistemas de salud y economías fuertes deben ayudar a aquellos que no tienen la capacidad de actuación ante epidemias de este tipo. Sin este apoyo, las personas más pobres del mundo seguirán teniendo un mayor riesgo de contraer la enfermedad por coronavirus y los brotes pueden resultar especialmente devastadores. Si esas solicitudes de apoyo caen en oídos sordos, la enfermedad también tendrá más probabilidades de extenderse a más y más lugares.
- Los gobiernos deben invertir en capacitar a los trabajadores de salud de la comunidad como trabajadores de primera línea para abordar esta crisis. En los países donde es difícil llegar a los servicios de salud formales, los trabajadores de salud comunitarios son la clave para hacer llegar a las personas locales las pautas de higiene y salud, derivar a los pacientes y recopilar datos que son vitales para frenar la expansión de este tipo de virus.
- Los expertos coinciden en que uno de los pasos más importantes para generar confianza es contar con la participación de los líderes religiosos y comunitarios, para transmitir mensajes de salud y dar apoyo a los miembros de la comunidad. Su papel puede ser fundamental para frenar la propagación de enfermedades como el coronavirus. Al capacitar a sacerdotes, pastores e imanes sobre cómo compartir mensajes cruciales de salud con sus comunidades, World Vision ayudó a combatir los brotes de ébola anteriores.
Nuestra prioridad es proteger la vida y el bienestar de los niños más vulnerables
En este punto, parece que el coronavirus tiene más probabilidades de atacar a los adultos. Esto, por supuesto, incluye a los padres y, en particular, a los abuelos, que a menudo suelen tener un papel importante en la educación y cuidado de los niños. Cuando los miembros de la familia están enfermos y no pueden trabajar ni poner comida en la mesa, los niños corren un mayor riesgo de desnutrición, diarrea y otras enfermedades mortales.
Cuando los padres y los abuelos mueren, los niños, particularmente aquellos en contextos frágiles, quedan expuestos y vulnerables a todo tipo de violencia, abuso y explotación, incluida la necesidad de prostituirse solo para sobrevivir.