El 1 de octubre se celebra el Día Internacional del Café, fecha en la que se quiere rendir homenaje a una de las bebidas más consumidas y populares en todo el globo, además de promover prácticas cafeteras más sostenibles y visibilizar la difícil situación de los productores de café en el mundo. Oikocredit, la mayor cooperativa de inversión de impacto enfocada en los países del Sur Global – África, Asia, América Latina y el Caribe- mejora la calidad de vida de los productores de café a través de la ayuda financiera a cooperativas agrícolas, y apoyo a los pequeños agricultores que tienen un nulo o limitado acceso a los recursos de financiación. Además, su programa de desarrollo de capacidades, busca mejorar los medios de subsistencia de los caficultores y contribuir a su formación en áreas como la financiera o el desempeño social y medioambiental.
Coopetarrazú, Café de Altura, Cooperativa Cafetalera Capucas, Asociación Proyecto Aldea Global o Cooperativa dos Agricultores Familiares de Poço Fundo e Regiao son cooperativas que trabajan con Oikocredit en distintos países del Sur Global con la finalidad de mejorar las condiciones laborales, económicas y medioambientales que rodean a la producción del café. El cambio climático, la deforestación, las plagas, la escasez de mano de obra y la volatilidad de los precios son los principales desafíos a los que tiene que enfrentarse el sector del café para mantener una producción constante a lo largo del tiempo. En este contexto, Oikocredit se ocupa de la capacitación técnica y de aportar los recursos económicos necesarios para que los pequeños campesinos de los países del Sur Global -uno de los colectivos más vulnerables a las amenazas ambientales del cambio climático, la contaminación y la escasez del agua, la pérdida de fertilidad de los suelos y las plagas- puedan adoptar mejores prácticas medioambientales, dando respuesta a los elevados estándares de respeto al medio ambiente.
Al igual que en gran parte de la producción de productos básicos, los agricultores que cultivan el café son principalmente pequeños propietarios incapaces de influir en los mercados y normalmente obligados a aceptar una pequeña parte del valor final de la venta del producto. Estos agricultores deben comprobar cada mañana los precios del café y decidir las estrategias de riesgo para cubrir su producción. Según datos publicados recientemente, de los 200.000 millones de dólares que representan anualmente las ventas de café en el mundo, los caficultores apenas reciben entre un 6 y un 10%.
Además, los pequeños caficultores se enfrentan a retos adicionales, entre ellos, la falta de acceso a financiación. Oikocredit, ha desarrollado un proyecto de desarrollo de capacidades destinado a los pequeños agricultores de los países donde tiene proyectos (Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Perú) con el objetivo de permitir a estas asociaciones mejorar su gestión del riesgo de los precios utilizando estrategias “físicas” y financieras para lograr precios del café más estables.
“El café es una de las exportaciones más importantes en los países que conforman en Sur Global, y el fortalecimiento de las habilidades y el conocimiento, es esencial para garantizar la calidad, la sostenibilidad y la competitividad en el mercado global del café”, comenta Rose Serrano, responsable de relaciones con inversores de Oikocredit en España.
Algunas experiencias de éxito
Proyecto pionero en Perú: capacitación para la regulación de precios
El café es el cultivo más importante de Perú. Se estima que su producción involucra a 230.000 hogares y 400.000 hectáreas, generando dos millones de empleos en toda la cadena de valor.
Oikocredit, además de brindar recursos financieros a cooperativas agrícolas productoras de café, está llevando a cabo en Perú un Programa de Desarrollo de Capacidades destinado a incrementar la productividad y resiliencia de los pequeños agricultores, gracias a una mejor gestión del riesgo y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y climáticas inteligentes.
El proyecto está dirigido a 14 organizaciones legalmente constituidas como cooperativas con certificaciones vigentes tanto de producción orgánica como comercio justo, que agrupan aproximadamente a 4.000 productores de café y que representan el 2% de los productores del país y el 3% de las exportaciones totales. Un total de 13.449 clientes finales se benefician de este programa, de los cuales 4.483 son hogares de pequeños agricultores y 8.996 son trabajadores.
Este iniciativa tiene como objetivo acelerar el crecimiento de las operaciones y mejorar su capacidad de inversión, reduciendo los riesgos regulatorios comerciales, de precio y ambientales ayudando a cada organización a diversificar sus compradores y segmentos de mercado y mejorar su gestión de precios e inventarios, permitiendo a cada organización gestionar el impacto ambiental de las operaciones de sus miembros y proveedores de manera más efectiva.
Las actividades incluyen capacitación en calidad del café para mejorar la poscosecha, ampliar segmentos de mercado y reducir el riesgo comercial; en reforestación y huella de carbono para incrementar la sostenibilidad de las fincas; y en gestión de riesgos de precios, para asegurar que las organizaciones productoras comprendan los contratos, los cumplan y los cierren al precio correcto.
“La puesta en marcha de nuestro Programa de Desarrollo de Capacidades en Perú ha permitido mejorar la gestión financiera y la concienciación sobre riesgos de 50.000 hogares de pequeños agricultores”, comenta Rose Serrano. “Gracias a él las 14 cooperativas participantes podrán diversificar sus ventas y serán capaces de ofrecer su producto a nuevos segmentos de mercado, además de mejorar su formación en gestión de riesgos y negociación de contratos”.
Formación sostenible contra el cambio climático
La sostenibilidad es importante en la cadena de suministro del café. Una producción sostenible ayuda a reducir riesgos para los pequeños agricultores, ya que un cultivo mal gestionado puede provocar la tala destructiva de bosques, la pérdida de la biodiversidad, el uso intensivo de insumos químicos, el agotamiento del suelo y el derroche del agua.
Los enfoques sostenibles garantizan una vida mejor para los agricultores y una cuidadosa administración de los ecosistemas naturales. Por ello, Oikocredit ofrece ayuda a sus entidades socias para adquirir nuevas habilidades en materia de medio ambiente y sostenibilidad con la finalidad de enfrentar los desafíos que plantea el cambio climático.
Coopetarrazú, Cooperativa de pequeños cafetaleros de Costa Rica que procesa y vende café sostenible, es un claro ejemplo de desarrollo a través de la capacitación. La cooperativa emprendió una serie de iniciativas ambientales destinadas a una producción más respetuosa con el medio ambiente, entre ellas la instalación de paneles solares. Su café está considerado entre los mejores del mundo gracias a su nivel de acidez y a su excelente cuerpo y sabor.
Por su parte la también costarricense Café de Altura se ha beneficiado del programa de capacitación de Oikocredit recibiendo formación sobre prácticas agrícolas, gestión de cosechas, prevención de enfermedades y métodos de producción respetuosos con el entorno.
La lucha contra la roya, un desafío global para el sector
El cultivo del café está sujeto al ataque de plagas, que, de conformidad con las condiciones climáticas, sistema de cultivo o desequilibrio biológico pueden causar daños considerables perjudicando el desarrollo y producción de las plantas.
Recientemente este importante sector se ha visto perjudicado por una enfermedad fungosa de rápida propagación que puede arruinar las cosechas de los agricultores. La roya del cafeto infecta a las hojas de la planta del café y provocan su caída, además de debilitar la planta y en casos extremos, la mata.
En América Latina se estima que el 40% de las plantaciones de café han sido afectadas por la roya. Honduras, Costa Rica y Guatemala han declarado el estado de emergencia debido al impacto que esta enfermedad ha tenido sobre la calidad del café y, sobre el bienestar socioeconómico de los pequeños productores. Debido a la gravedad de la situación, muchos productores también se enfrentan a la difícil decisión de sacrificar la calidad del café, renovando sus plantaciones con variedades de menor calidad pero más resistentes a esta enfermedad.
Ese fue el caso de la Cooperativa Cafetalera Capucas Limitada (conocida como Capucas), apoyada por Oikocredit y productora de café, en Honduras. Capucas produce y comercializa alrededor de 110.000 sacos de café verde al año de los cuales el 95% se vende directamente a los mercados estadounidense y europeo.
Oikocredit se asoció con Sustainable Harvest, importador internacional de café, para financiar una serie de talleres y conferencias en América Latina sobre el manejo y control de la roya. Varias organizaciones apoyadas por Oikocredit han adoptado un enfoque proactivo al iniciar sus propios programas de manejo de la roya. Capucas organizó un programa de renovación del café para sus miembros con el objetivo de renovar alrededor de 350 hectáreas de tierras y brindar fondos, plantas de café, insumos agrícolas y asistencia técnica a los productores, financiado en un 60% por Oikocredit.
En línea con su enfoque estratégico sobre la agricultura y el medioambiente, Oikocredit apoyó a su socio hondureño Cooperativa Cafetalera Ecológica «La Labor Ocotepeque» Ltda, en el desarrollo de su programa de fertilización que produce excelentes insumos orgánicos que controlan la roya de la hoja del cafeto y producen plantaciones de café sanas.
“Café con aroma de mujer”
El sector del café ha estado tradicionalmente dominado por hombres. A pesar de que un alto porcentaje de la fuerza productora es femenina, las caficultoras en todo el mundo suelen tener poca capacidad de acción en su campo. Según los datos que maneja Oikocredit, aproximadamente una cuarta parte de los agricultores que trabajan en el sector cafetero son mujeres.
Sin embargo, este enfoque está cambiando debido a una mayor concienciación sobre la necesidad de la equidad de género en general y en este sector en particular. La inclusión y participación de las mujeres en las organizaciones productoras de café es imprescindible para lograr la justicia y el cambio social, teniendo en cuenta la importancia de la función social y económica que desempeñan las mujeres a pesar de las condiciones estructurales a las que están sometidas por razones de género.
La progresiva incorporación de la mujer en la producción del café, conlleva un empoderamiento e independencia hecho realidad gracias a programas formativos y de capacitación donde, además de adquirir los conocimientos necesarios para desarrollar el trabajo, reciben educación en materia de igualdad de género.
Asociación Proyecto Aldea Global, socio de Oikocredit, es una asociación de pequeños productores de café en la región de Jinotega en Nicaragua. Aldea Global se ha beneficiado de numerosos programas de apoyo, entre ellos, capacitación financiera, desarrollo comunitario y proyectos de igualdad de género, siendo éste último uno de los valores centrales de su organización (al menos el 40% de su asamblea general debe estar formado por mujeres). Además, la organización ayuda a las mujeres en el proceso de legalización de la propiedad de tierras, ya que los hombres aún poseen alrededor del 85% de la tierra.
Por otra parte, la brasileña Cooperativa dos Agricultores Familiares de Poço Fundo e Regiao Ltda, organización creada en la década de 1980 en el estado de Minas Gerais, utiliza las primas recibidas por la venta de su propia marca de café orgánico para llevar a cabo su proyecto MOBI (Mulheres Organizadas Buscando Independência), iniciativa que mueve a las mujeres a producir artesanía con los subproductos del café como una manera de generar ingresos adicionales entre cosechas.
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