El emprendimiento social, un fenómeno en auge a nivel mundial, se ha consolidado como una herramienta eficaz para enfrentar los desafíos de nuestra sociedad. Desde promover la inclusión social hasta combatir el cambio climático, esta forma de innovar combina la pasión por resolver problemas con modelos de negocio sostenibles que generan impacto positivo.
En España, el emprendimiento social está cobrando fuerza. Estudios recientes de Ashoka y la Red Emprende revelan que más del 40% de los proyectos juveniles incorporan una dimensión social o ambiental. De hecho, el emprendimiento social joven no es exclusivo de España; es parte de un movimiento más amplio en Europa. Según el “Estudio sobre emprendimiento social juvenil en Europa” realizado por Jovesólides, los jóvenes europeos muestran un creciente interés en iniciativas que combinan objetivos sociales con modelos de negocio sostenibles. Además, la Comisión Europea ha destacado que el emprendimiento y el trabajo por cuenta propia son fundamentales para la creación de empleo y el desarrollo de nuevas habilidades en la juventud.
En términos económicos, el impacto del emprendimiento social es notable. En España, por ejemplo, las empresas sociales generan más de 2,2 millones de puestos de trabajo directos e indirectos y representan aproximadamente el 10% del PIB nacional. Este crecimiento no solo se debe al compromiso de las nuevas generaciones, sino también al respaldo de iniciativas que ayudan a los jóvenes a hacer realidad sus ideas. Es el caso del Premio Jóvenes máshumano, que organiza la Fundación máshumano desde hace 19 años y que ya ha impactado en más de 8.500 jóvenes emprendedores de entre 14 y 35 años.
En su XIX edición, cuya gran final se celebró el pasado 22 de noviembre, el Premio Jóvenes máshumano destacó proyectos excepcionales liderados por jóvenes que están redefiniendo la innovación social y ambiental. Llogari Casas, Laetitia Launter, Javier Diana y Aleyna Gültekin, son el reflejo de la capacidad de los jóvenes para abordar los grandes retos de nuestro tiempo desde la creatividad, el compromiso y la empatía.
Historias que inspiran
El ganador de la categoría Bankinter de esta edición es Llogari Casas, Fundador de LisNav App, una aplicación diseñada para promover la inclusión social de personas con discapacidad visual o ceguera a través de la Realidad Aumentada y la Inteligencia Artificial. Según Llogari, “el principal obstáculo al desarrollar soluciones inclusivas es validar nuestras ideas con los usuarios finales. Por eso, apostamos por un codesarrollo, donde el feedback de las personas beneficiarias retroalimenta nuestro trabajo y nos ayuda a crear algo realmente útil”. Este enfoque colaborativo asegura que LisNav App aborde los desafíos reales a los que se enfrentan las personas con discapacidad visual.
Sobre su motivación para emprender, Llogari comenta que “siempre he disfrutado de construir cosas desde cero. Emprender me permite llevar una visión desde la idea hasta el producto final. Ya sea mediante intraemprendimiento en una empresa o creando mi propia iniciativa, esa capacidad de materializar una visión es única del emprendimiento”. Su pasión por crear y transformar lo impulsa a superar barreras y seguir innovando en el ámbito de la accesibilidad.
En esta misma línea de proyectos con impacto social, se encuentra Leticia Launet, Fundadora de Llum Social, un proyecto ganador de la categoría Fundación máshumano, centrado en la igualdad de oportunidades para comunidades desfavorecidas, especialmente personas en situación de sinhogarismo. Según Leticia, “nuestro enfoque no solo proporciona información y acceso a servicios básico, sino que también visibiliza a colectivos olvidados, como mujeres y personas trans en situación de sinhogarismo, quienes enfrentan barreras adicionales y necesitan soluciones específicas”.
Leticia ha explicado que el proyecto incluye colaboraciones con comercios locales, donde los clientes pueden dejar prepagados productos básicos, y trabaja para normalizar la integración de estas personas en la comunidad. “Queremos que se reconozca su humanidad y que las personas sin hogar puedan interactuar con el entorno de forma digna y segura”, afirmó.
En cuanto a la sostenibilidad y el impacto ambiental, Javier Diana, ganador de la categoría Crisálion Mobility, es el impulsor de CityMet, un proyecto que utiliza estaciones meteorológicas avanzadas para proporcionar datos precisos en tiempo real que mejoran la seguridad y eficiencia en la movilidad urbana. Estas estaciones están diseñadas para integrarse con sistemas de transporte público y privado, optimizando rutas y reduciendo la contaminación en las ciudades. Según Javier, el mayor desafío que presenta el proyecto es “integrar tecnología avanzada con las necesidades específicas de las comunidades locales. Trabajamos de la mano con los usuarios y las administraciones para asegurar que nuestras soluciones realmente hagan una diferencia en su día a día”.
Al hablar sobre su motivación para emprender, Javier añadió que “siempre he creído que la movilidad sostenible es clave para el futuro de nuestras ciudades. Con este proyecto, busco democratizar el acceso a datos meteorológicos que puedan transformar la planificación urbana y garantizar una movilidad más segura y respetuosa con el medio ambiente”.
En la categoría El Corte Inglés, Aleyna Gültekin destaca como ganadora con su proyecto Nera Eco Construction, una propuesta que aborda el cambio climático mediante la creación de paneles de fachada impresos en 3D utilizando aserrín reciclado. Según Aleyna, “estos paneles no solo mejoran la eficiencia energética de los edificios, sino que también almacenan carbono a largo plazo, ofreciendo una alternativa más sostenible a los materiales tradicionales”.
Consejos en la ruta del emprendimiento
Haciendo memoria los ganadores, desde que dieron el primer paso en el desarrollo de sus proyectos, se han encontrado múltiples desafíos que han ido resolviendo. Sin embargo, para Javier Diana, lo más importante cuando te enfrentas a proyectos tecnológicos es “no hay que tener miedo de pensar en grande. Las ciudades necesitan soluciones innovadoras que beneficien tanto a las personas como al planeta”.
Además, es indispensable “apoyarse en las herramientas y tecnologías disruptivas como Chat GPT, que están al alcance de cualquiera. Para nosotros ha sido muy interesante ya que nos han acompañado en todo el proceso: el diseño de nuestro logo, el desarrollo del Business plan. Yo animo a todos los emprendedores, jóvenes o no, a utilizar este tipo de herramientas que son gratuitas, y que creo que tienen un potencial a futuro realmente espectacular”.
Aleyna también comparte que para ella lo más importante es no bloquearse por la incertidumbre y el miedo a lo desconocido. “No tengan miedo de hacer cosas con un impacto positivo. Tener una visión clara y sostenible es fundamental, no solo para el planeta, sino también para las personas”. Su enfoque en la sostenibilidad y la innovación demuestra cómo el emprendimiento social puede ser una herramienta poderosa para construir un futuro más respetuoso con el medio ambiente.
Sobre esta línea, incide igualmente Letitia Launet. Para ella, uno de sus principales obstáculos fue la falta de referentes en el espacio mediático. “A mí me costó encontrar referentes al principio, una vez formas parte de este mundo de emprendimiento social, empiezas a conocerlos, por eso el Premio Jóvenes máshumano es muy importante. Nos da visibilidad y nos ayuda a llegar más lejos. Nos permite ampliar nuestras colaboraciones con entidades públicas, sociales y privadas, integrando a toda la comunidad en nuestro proyecto”. La emprendedora añade: “Este reconocimiento no solo valida nuestro trabajo, sino que demuestra que el impacto social es esencial para construir una sociedad más justa”.
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