En un mundo cada vez más consciente de la importancia de proteger el medio ambiente y promover la responsabilidad social, las vacaciones de verano se convierten en una oportunidad perfecta para enseñar a los niños sobre estos temas fundamentales. La educación en este ámbito no solo ayuda a formar individuos más sensatos y responsables, sino que también sienta las bases para un futuro sostenible.
En este sentido, gracias al acuerdo de colaboración entre Sanitas y el Instituto Jane Goodall, un total de 3.813 jóvenes de entre 8 y 15 años han participado en los talleres de salud ambiental que el instituto de la científica pionera imparte dentro de su programa Raíces y Brotes en colegios. Los talleres se ofrecen además como parte de las actividades de concienciación y educación generados dentro del programa de sostenibilidad de Sanitas, Healthy Cities. En ellos se imparte formación en materia de salud y sostenibilidad con el objetivo de luchar por unas ciudades y entornos más saludables, colaborando en la conservación de los medios naturales.
“El objetivo principal de los talleres “Planeta sano, gente sana” ha consistido en concienciar sobre la necesidad de una alimentación sana, una actividad física regular, y una gestión sostenible de los recursos naturales, evitando la contaminación y tomando medidas contra la crisis climática y de biodiversidad, con el fin de mejorar la salud de las personas y del entorno en el que vivimos”, ha explicado Marisa Mariñán, Coordinadora de Programas del Instituto Jane Goodall.
En total se han celebrado 100 talleres en 46 centros educativos, en formato presencial y online, en una labor de divulgación sobre la importancia de abordar la salud como algo global, siguiendo el concepto One Health, que defiende la relación directa entre la salud del planeta, de las personas y de los animales y que está en línea con las misiones de Sanitas y del Instituto Jane Goodall. Durante los talleres, los escolares descubrieron los principales problemas medioambientales a los que nos enfrentamos, y que afectan directamente a su futuro, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del entorno, etc. Además, pudieron conocer cuáles son las principales causas de estas problemáticas, cómo afectan directamente a nuestra vida, y el poder de nuestras decisiones diarias y qué pueden hacer ellos para mejorar la salud de sus ciudades.
“El cuidado del medio ambiente puede tener un impacto positivo en el desarrollo emocional y social de los niños. Les ayuda a gestionar sus emociones, trabajar en equipo y sentirse responsables de una tarea. Aprenden empatía, gratitud y respeto hacia la naturaleza, fortaleciendo así sus habilidades sociales y desarrollando un sentido de solidaridad con la comunidad. Además, asumir responsabilidades en acciones concretas les permite aumentar su confianza y sentido de pertenencia”, explica Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de BluaU de Sanitas.
Actividades sostenibles que realizar durante el verano
En este sentido, Sanitas y el Instituto Jane Goodall han elaborado un listado con diferentes actividades sostenibles que se pueden realizar con los más pequeños durante el verano:
- Arte reciclado: realizar manualidades usando materiales como cartón, papel, botellas de plástico, latas, entre otros, les permite a comprender la trascendencia de reciclar y reutilizar materiales en lugar de desecharlos.
- Huertos caseros: animar a los más pequeños a crear su propio huerto en casa, les enseña sobre el valor de la agricultura sostenible, cómo crecen los alimentos y cómo cuidar las plantas de manera responsable.
- Investigación y aprendizaje: recomendar la lectura de libros, la visualización de documentales o la búsqueda de información en internet sobre la biodiversidad, los ecosistemas, el cambio climático o las energías renovables, les permitirá adquirir conocimientos y entender mejor los desafíos ambientales actuales.
- Recolección de basura: organizar caminatas o excursiones para recoger basura en parques, playas o áreas naturales sirve para hacerles ver el significado de mantener limpios los espacios naturales y cómo los desechos pueden dañar el ecosistema.
- Sensibilización comunitaria: consiste en que los niños realicen pequeños materiales caseros como dibujos, carteles o folletos para informar a su entorno sobre la relevancia de cuidar el medio ambiente y cómo pueden contribuir a ello.
“Se trata de involucrar a los más jóvenes en acciones como las mencionadas anteriormente posibilita promover el amor y respeto por la naturaleza desde temprana edad, construyendo una conciencia social y ambiental que puede perdurar a lo largo de sus vidas”, concluye Carla Álvarez Llaneza.
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