El 85% de los humedales de relevancia internacional en España, una lista que incluye a Doñana, Mar Menor, L’Albufera de Valencia o las Tablas de Daimiel, se encuentra en un estado de conservación preocupante (18% estado moderado, 29% pobre y 38% muy pobre). Esta es la información que maneja SEO/BirdLife y que ofrece una radiografía similar a la del año pasado. Lo que ha cambiado respecto a 2022, y de manera significativa, es el marco para activar la conservación y recuperación de los humedales. Este año, los humedales y cuentan con un plan estratégico hasta 2030 y con financiación proveniente de los fondos de recuperación. Siguiendo el lema que ha fijado la Convención Ramsar, -la Convención Relativa a los humedales de Importancia Internacional y organizadora del Día Mundial de los Humedales, “es la hora” de conservar y recuperar las zonas húmedas en nuestro país. Hay retrasos que vienen desde 2007 y, de este año, no puede pasar.
En la actualidad, se estima un patrimonio húmedo de, al menos, 2.000 humedales, la mayor parte de ellos continentales (92%), aunque en superficie supongan solo alrededor del 14% del total. Por el contrario, las zonas húmedas costeras son escasas en número, pero mantienen extensiones considerables, como es el caso de exponentes de relevancia internacional como Doñana, Mar Menor, Delta de l’Ebre o L’Albufera de Valencia. Entre los de interior (o continentales), los de agua dulce son los más numerosos (46%), aunque únicamente representan el 2% de la superficie húmeda total, es decir, muchos, pero muy pequeños.
De todos estos espacios, 75 son humedales incluidos en la lista Ramsar por su relevancia internacional. En total, las zonas Ramsar en España suman más de 300.000 hectáreas, convirtiéndolo en el tercer país del mundo en número de humedales acogidos a este convenio, donde se dan cita aproximadamente 370 especies de aves de forma más o menos habitual, de las cuales 137 dependen de una u otra forma de los humedales. Además, desde hace unos meses, cuenta ya con la primera ciudad Ramsar: Valencia.
Según los datos oficiales, el 49,6% de los humedales del inventario están conservados o bien conservados, siendo idéntica la proporción de los que se consideran alterados o muy alterados, con un 0,8% de desaparecidos. Sin embargo, estos datos contrastan con los de SEO/BirdLife. Si se atiende a la calidad de hábitat necesaria para las aves, la ONG ambiental estima que de los 75 humedales Ramsar en España (hay un 19% de sitios sin evaluar) el 85% de ellos se encuentra en un estado de conservación preocupante.
Además, todos los humedales Ramsar analizados por la ONG sufren una presión global calificada como ‘alta’ o ‘muy alta’, que afecta a la extensión y calidad del hábitat requerido por las poblaciones de aves acuáticas. El 22% de las poblaciones invernantes y migrantes de aves acuáticas presenta importantes problemas de conservación, cifra que se dispara al 63% en el caso de las poblaciones de aves acuáticas que usan los humedales españoles para reproducirse. De hecho, casi 3 de cada 10 especies de aves que dependen de estos ecosistemas están gravemente amenazadas.
Prácticamente todos los espacios emblemáticos identificados en España con reconocidos y graves problemas de conservación son ecosistemas de humedal: Doñana y las Tablas de Daimiel (especialmente afectados por la extracción excesiva y a menudo ilegal de agua subterránea), el Mar Menor (que recibe aportes hídricos contaminados por la agricultura y ganadería intensivas del entorno, y que además soporta una altísima presión urbanística), el Delta de l’Ebre (amenazado por la drástica disminución de sedimentos que ha entrañado la regulación del Ebro y por la progresiva subida del nivel del mar), y L’Albufera de Valencia (por eutrofización y reducción de aportes hídricos), entre otros.
Precisamente, Doñana y las Tablas de Daimiel están incluidos en el Registro de Montreux del Convenio de Ramsar desde la creación del mismo en 1990, que recopila aquellos espacios húmedos cuyas características ecológicas han sido seriamente alteradas y amenazan con perder su funcionabilidad original. Además, son siete los humedales de Importancia Internacional afectados por expedientes informativos o quejas Ramsar: Doñana, Tablas de Daimiel, Mar Menor, Aiguamolls de l’Empordà, lagunas de Ruidera, y albuferas de Valencia y Mallorca; y hay dos sitios que tienen abiertos procedimientos de infracción europeos, Doñana y delta del Ebro. A todo esto, se unen las proyecciones climáticas, que pronostican un agravamiento de la situación de los humedales con un riesgo muy elevado de pérdida de especies de aves acuáticas.
Las Administraciones públicas tienen que hacer los deberes ¡ya!
Los humedales constituyen los ecosistemas que mayor regresión ha experimentado desde el siglo pasado. Hasta la fecha, casi el 90% de los humedales del mundo se han degradado o perdido. En España, a lo largo de los 200 años anteriores a la década de los 90, ha desaparecido entre el 60% y el 75% de la superficie húmeda original, cuantificada entre 280.000 y 500.000 ha.
A pesar de su patrimonio de relevancia internacional y de la constatación de su degradación, las Administraciones públicas, en las últimas legislaturas, no han otorgado a las zonas húmedas el carácter prioritario que deben tener. Esta situación pretende revertirse con el recientemente aprobado Plan Estratégico de Humedales a 2030, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), más de 20 años después de que se aprobara su plan antecesor, y en un momento en el que algunas de las joyas de la biodiversidad del país, como es el caso de la propia Doñana o las Tablas de Daimiel, se hallan en una situación crítica.
Ana Carricondo, responsable de programas de Conservación de SEO/BirdLife, subraya la importancia del plan estratégico, pero incide en la urgente necesidad de actualizar el inventario nacional de humedales para poder actuar sobre ellos: “a pesar de la importancia de disponer de una información completa y detallada de zonas húmedas, España no cuenta aún con un inventario nacional completo. Solo hay ocho comunidades autónomas que han aportado sus datos. Este catálogo se creó en 2007 (con la Ley de Biodiversidad) y sigue sin ser definitivo porque las autonomías no han cumplido su compromiso. En la actualidad, el inventario recopila 764 sitios que ocupan una superficie de algo más de 235.000 ha, pero hay que completarlo para poder identificar humedales desecados o degradados, y avanzar así en su recuperación y restauración, tal y como promueve el Convenio Ramsar en el Día de los Humedales 2023, cuyo lema es revitalizar y restaurar los humedales degradados”. Y es que, según este organismo internacional, el 35 % de los humedales del planeta ha desaparecido en los últimos 50 años, una cifra que en España podría alcanzar incluso el 60% a lo largo del siglo XX.
Una segunda cuenta pendiente desde 2007 es el Catálogo Español de Hábitats en Peligro de Desaparición, que sigue sin aprobarse. Esta lista, similar a la que ya existe para especies y que puede actuar como paraguas para que todas las Administraciones públicas se coordinen para evitar la extinción de espacios, debe activarse este mismo año y, de acuerdo con los datos de SEO/BirdLife, incluir como primer tipo de hábitat en peligro de desaparición a las lagunas costeras, un tipo de espacios que incluye a los ya mencionados Doñana, Mar Menor, L’Albufera de Valencia y Delta del Ebro, y que, juntos, representan en torno al 90% del hábitat en España.
Las lagunas costeras son fundamentales en la riqueza natural del país y decisivo en su estrategia para mitigar y adaptarse al cambio climático, y su realidad es preocupante: presentan un estado de conservación muy pobre, con situaciones de emergencia como las que se han vivido en Doñana o Mar Menor en los últimos años. Considerarlas como hábitat en peligro de desaparición facilitaría acciones de conservación. SEO/BirdLife pidió formalmente la adopción de esta medida en 2020.
Revivir naturaleza: Restauración de humedales
SEO/BirdLife se une a la llamada de Ramsar instando a la sociedad y a las Administraciones públicas a potenciar y mejorar la conservación de los humedales que quedan, pero también para “revivir” (recuperar y restaurar) aquellas zonas húmedas que han sido desecadas o transformadas, en la mayoría de los casos para uso agrícola, urbano o industrial. La larga experiencia de la ONG en la restauración de estos ecosistemas está acreditada por las distintas lagunas costeras e interiores regeneradas y devueltas a la naturaleza, muchas convertidas en Reservas Ornitológicas. Es el caso de las Marismas Blancas y Negras en Astillero y el parque de Las Llamas en Santander (Cantabria); el Tancat de la Pipa (albufera de Valencia); Riet Vell y el Clot (delta del Ebro), y la laguna de El Oso (Ávila).
“El periodo 2023-2033 será el decenio en el que SEO/BirdLife pondrá el foco en revivir naturaleza de una manera activa. Y los humedales nos ofrecen una magnífica oportunidad para hacerlo posible. Son uno de los ecosistemas injustamente más perseguidos y malogrados durante siglos por considerarse insalubres y más útiles transformados en tierras agrícolas o urbanas. Pero hoy, la humanidad y las instituciones nacionales e internacionales reconocen el gran valor de los ecosistemas acuáticos, que además tienen la particularidad de responder positivamente y con rapidez a las acciones de restauración. Son uno de los ecosistemas más productivos y ricos en biodiversidad del planeta, y se regeneran con facilidad cuando se les ofrece un poco de ayuda”, destaca Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
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