Durante los últimos meses, los medios de comunicación se han hecho eco de los profundos cambios que experimenta el abordaje de la enfermedad de Alzheimer. Una gran parte de la conversación ha girado en torno al concepto de un “cambio de paradigma”, tanto en el campo de la investigación como en su traslación a la práctica clínica. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de un “cambio de paradigma”? ¿Y qué supone para la investigación, el manejo y el tratamiento del Alzheimer?
Con esta expresión, diferentes medios, instituciones y actores sociales se refieren a una nueva etapa en el abordaje de la enfermedad de Alzheimer y las personas afectadas por ella. Nos encontramos en un momento crucial en el desarrollo de la investigación acerca de esta enfermedad y se han producido grandes avances, especialmente en el área de la detección precoz.
Dos factores clave explican esta nueva era: por un lado, el desarrollo de nuevos biomarcadores; y por otro, la llegada próxima de los primeros fármacos que ralentizan la progresión de la enfermedad.
La revolución de los biomarcadores
Los biomarcadores son indicadores biológicos que pueden medirse y cuya presencia e intensidad nos aportan datos sobre el desarrollo de una patología. Son cada vez más necesarios para la investigación en enfermedades neurodegenerativas, así como pieza clave para el diagnóstico precoz, para el seguimiento de la progresión del Alzheimer y las futuras terapias.
A lo largo de sus diez años de actividad, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, ha contribuido de forma decisiva a las técnicas de análisis de biomarcadores, tanto en técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética y el PETs de amiloide (una prueba para detectar la acumulación de amiloide en el cerebro) como la determinación de biomarcadores en líquido cefalorraquídeo. Estos avances científicos han resultado fundamentales, y han permitido utilizar estas tecnologías de manera más precisa.
Actualmente, el centro se ha convertido además en uno de los líderes de investigación mundial en biomarcadores en plasma para la detección de la enfermedad de Alzheimer. Para ello, cuenta con una plataforma de biomarcadores en fluidos puntera en España, centrada en el desarrollo, validación y aplicación de biomarcadores característicos de los inicios del proceso biológico del Alzheimer. Estos biomarcadores en sangre tienen un gran potencial para utilizarse como herramientas de detección económicas y no invasivas, por lo que constituyen una oportunidad excepcional para predecir cambios antes de la aparición de síntomas clínicos.
Los avances descritos en el campo de los biomarcadores del Alzheimer no solo han cambiado el escenario de la investigación, sino que son prometedores en cuanto a su aplicación en la práctica clínica.
El Estudio Beta-AARC
Una nueva cohorte para la nueva era en la investigación del Alzheimer
Uno de los desafíos que plantea esta nueva etapa en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer es la identificación de aquellos grupos de personas que puedan recibir las primeras terapias farmacológicas. En este contexto se enmarca el estudio Beta-AARC, cuyo objetivo es validar una serie de biomarcadores relacionados con la enfermedad de Alzheimer en personas que perciben un empeoramiento de sus capacidades cognitivas como, por ejemplo, la memoria.
“Este estudio clínico incluirá 200 participantes de entre 55 y 80 años que experimentan un deterioro subjetivo de la memoria u otras capacidades cognitivas, como la atención, la capacidad de planificación y la orientación”, explica Oriol Grau, investigador y responsable del Grupo de Investigación Clínica y en Factores de Riesgo por Enfermedades Neurodegenerativas del Barcelonaβeta Brain Research Center. “Para este estudio, los participantes se someterán a una serie de pruebas clínicas, cognitivas, de imagen y determinaciones de biomarcadores en sangre y líquido cefalorraquídeo”, detalla.
El estudio se inició en mayo 2021 y hasta el momento se ha reclutado a 141 personas. Gracias a los participantes voluntarios, el equipo investigador podrá desarrollar herramientas para identificar a las personas con un riesgo incrementado de desarrollar Alzheimer mucho antes de que se manifiesten los primeros síntomas y el daño cerebral sea irreversible, y plantear acciones preventivas y terapéuticas eficaces.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Alzheimer 2023, en colaboración con Fundación Pasqual Maragall.