La incorporación del deporte inclusivo en los centros educativos permite normalizar las diferentes capacidades e impulsar valores como la inclusión, la empatía, el respeto y la cooperación en edades tempranas, todo ello en un entorno lúdico y esencial para el desarrollo psicomotor, afectivo y social.
Asimismo, esta práctica aporta múltiples beneficios para la salud física y mental de los niños con discapacidad, pero también para aquellos sin discapacidad, posibilitando la interacción de todos los compañeros, trabajando en equipo, mejorando la autonomía y, por lo tanto, aumentando la autoestima.
“La práctica deportiva trae consigo además muchas ventajas para la salud de los menores con discapacidad que pueden tener asociadas algunas enfermedades. Interiorizar y aprender reglas, conocer sus propias capacidades y limitaciones, aprender a disfrutar de su ocio de manera activa, respetar las diferencias en el juego (incluso en situaciones de competición) y desarrollar la empatía y la actitud en positivo hacia la discapacidad”, añade Javier Pérez Tejero, director de la Cátedra “Fundación Sanitas” de Estudios sobre Deporte Inclusivo en la Universidad Politécnica de Madrid.
En este sentido, Fundación Sanitas detalla los beneficios generales que aporta la práctica del deporte inclusivo desde las escuelas:
- Mayor sentimiento de pertenencia al grupo por parte de los menores con discapacidad.
- Mejora de la imagen de sí mismos.
- Aumento de la empatía y conocimiento de otras realidades diferentes.
- Mejora de la actitud de los jóvenes sin discapacidad hacia sus compañeros.
- Traslado de valores como el respeto y la cooperación a otros ámbitos de su día a día.
- Aumento del bienestar físico, social y emocional.
En este contexto, para acabar con las barreras físicas y las dificultades de acceso a este tipo de deporte en el ámbito escolar, es preciso aplicar en las instalaciones aquellas medidas de accesibilidad universal necesarias, pero también formar a los profesionales, profesores y técnicos en la inclusión deportiva.
Por ello, Fundación Sanitas cuenta con su programa Deporte Inclusivo en la Escuela (DIE), que tiene como objetivo dar a conocer la práctica deportiva inclusiva de personas con discapacidad en centros educativos. Además, esta actividad se presenta como una herramienta para el profesorado de Educación Física como medio para trabajar con sus alumnos la sensibilización hacia la discapacidad.
A esta iniciativa ya se han adherido 310 colegios, cuenta con 729 profesores formados en deporte inclusivo y han participado cerca de 43.000 alumnos (41.536 sin discapacidad y 1.451 con discapacidad) El éxito de esta iniciativa radica en que aporta los conocimientos y la formación necesaria a los docentes de Educación Física para poder integrar el deporte inclusivo en sus clases con efectividad y marcando un cambio real.
“Para nosotros es imprescindible impulsar el deporte inclusivo desde la más temprana edad porque la educación forma un papel imprescindible en el desarrollo de la sociedad. Si conseguimos educar a los niños en la igualdad, la empatía, el respeto y la superación conseguiremos adultos que crean en esta causa y a los que no les cueste en su día a día interactuar con personas con discapacidad. En este sentido, el deporte se presenta como una herramienta fundamental”, concluye Yolanda Erburu, directora general de Fundación Sanitas.
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