Con la finalidad de analizar y dar voz a las grandes cuestiones europeas en el ámbito de la salud, Boehringer Ingelheim ha organizado la segunda edición de “Diálogos con Europa. Una visión compartida del futuro en salud”.
El objetivo de esta sesión es seguir profundizando en la nueva Unión Europea de la Salud y reflexionar sobre la importancia de las políticas sanitarias en un contexto marcado por la guerra en Ucrania y su impacto social y económico en los ciudadanos de la Unión Europea. “Encuentros como el presente nos permiten ser conocedores del contexto, entender los distintos puntos de vista y crear sinergias para avanzar juntos hacia un futuro próspero y seguro”, ha afirmado Concha Marzo, directora de Government Affairs de la compañía, que, junto a María Ángeles Benítez Salas, directora de la Representación de la Comisión Europea en España, ha introducido el acto.
El primer diálogo “Actualización sobre la Unión Europea de la Salud en el actual marco de crisis” ha contado con la participación de Borja Cabezón, embajador en Misión Especial para la Crisis Internacional de la COVID-19 y la Salud Global en el Ministerio de Asuntos Exteriores; Susana del Río Villar, doctora en Ciencia Política y directora del ciclo Presidencia española del Consejo de la Unión Europea en FIDE Fundación; y Miguel González Corral, director del Área de Salud de Unidad Editorial, como moderador.
Durante este espacio, los ponentes se han centrado en reflexionar sobre la situación en Europa desde los puntos de vista político, económico y sociosanitario en el marco actual de crisis, generado a raíz de la guerra de Ucrania. Partiendo de este contexto, los expertos también han debatido sobre la evolución de la Unión Europea de la Salud, así como de las prioridades de agenda para 2023.
Crisis en Ucrania
En este sentido, el embajador en Misión Especial para la Crisis Internacional de la Covid-19 y la Salud Global del Ministerio de Asuntos Exteriores, Borja Cabezón, ha asegurado que la pandemia “ha unido más a la Unión Europea” y ha permitido hacer “más rápidos” los procesos, y que las decisiones que se toman se hagan con una “mayor rapidez y eficacia”.
“El Brexit, el Covid-19 y la guerra de Ucrania han sido los catalizadores para volcar una respuesta efectiva, práctica, útil y tangible de la Unión Europea hacia sus ciudadanos. Ahora somos más conscientes que nunca de la importancia de trabajar todos juntos para hacer frente a los retos que se plantean”, ha añadido la directora del ciclo Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea en FIDE Fundación, Susana del Río Villar.
Por otro lado, el segundo diálogo “Las claves y los retos del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS)” ha contado con la participación de Susana Solís, europarlamentaria por el Grupo Renew Europe; Lucía Escapa, jefa del Gabinete técnico de la Secretaría General de Salud Digital; Pedro Carrascal, director general de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP); Ana López de la Rica, directora asociada del Departamento Técnico en Farmaindustria; y Miguel González Corral, director del Área de Salud de Unidad Editorial, como moderador.
“El Espacio Europeo de Datos Sanitarios va a ser el motor de la investigación sanitaria, del desarrollo de nuevos tratamientos, tecnologías digitales y, además, permitirá detectar tendencias sanitarias”, ha comentado la directora asociada del Departamento Técnico en Farmaindustria, Ana López de la Rica. Por su parte, la europarlamentaria y suplente de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, Susana Solís, ha asegurado que este Espacio es un pilar importantísimo ya que, gracias a este, Europa podrá innovar, además de permitir que los ciudadanos controlen sus propios datos”.
Sobre este último aspecto ha hablado Pedro Carrascal, director general de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), que ha afirmado “que el Espacio Europeo de Datos comience por los datos de salud sitúa a los pacientes europeos en un ámbito importante, ya que estos van a ganar en salud y se van a situar en el centro”. Y ha añadido: “los beneficios con el uso secundario de datos son múltiples, desde visibilizar la vida de los pacientes y abordar necesidades no satisfechas, hasta impactar en ámbitos como la investigación o la implicación del paciente en su propia salud”.
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