Las cifras sobre lo que significa ser niña en el mundo hablan por sí solas: actualmente, 130 millones de niñas no están escolarizadas. Cada año, 12 millones de niñas pequeñas se casan y alrededor del 15% de todas las jóvenes dan a luz antes de los 18 años, la mayoría de ellas en países de renta baja. Esto es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que la principal causa de muerte de las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo son las complicaciones derivadas del embarazo y el parto.
Nacer niña en muchos lugares del mundo supone, desde el primer momento de su existencia, estar en peligro, tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales, pero la pobreza, los conflictos y las catástrofes lo llevan a otro nivel. Por ello, determinados países presentan riesgos excepcionales para las mujeres y las niñas. Siendo Níger, Malí, Sudán del Sur, Yemen y República Democrática del Congo los países más peligrosos para nacer niña durante 2021.
¿Qué tienen en común todos estos contextos? La falta de acceso a educación por parte de las niñas y mujeres.
Imagínate esto: eres una chica de quince años, que prospera en la escuela y sueña con ser doctora. Parece que nada puede interponerse en tu camino. Hasta que te ves obligada a abandonar los estudios y a casarte. Es descorazonador, ¿verdad? Pero para Janet, dejar la escuela no fue precisamente un motivo de sorpresa: después de todo, el 40% de las niñas de su país, Uganda, se casan antes de cumplir los 18 años.
El matrimonio infantil es sólo una de las razones por las que las niñas se alejan de las aulas, pero hay otras innumerables. Las crisis, los conflictos o incluso un simple cambio de gobierno pueden poner rápidamente en peligro la educación de las niñas.
Como resultado, millones de niñas nunca tienen la oportunidad de pisar un aula. En todo el mundo, casi 1 de cada 4 niñas de entre 15 y 19 años no va a la escuela ni trabaja, frente a sólo 1 de cada 10 niños.
Imagina un mundo en el que todas las niñas tuvieran 12 años de escolarización. ¿Sabes que si esto ocurriera, el matrimonio infantil se reduciría en un 64% a nivel mundial? Y con cada año de escuela secundaria veríamos que la probabilidad de que una niña se case antes de los 18 años se reduciría en un 5% o más.
Salva vidas y mejora la salud
¿Sabes que un niño nacido de una madre que sabe leer tiene un 50% más de probabilidades de sobrevivir más allá de los 5 años? Invertir en la educación de las niñas puede tener beneficios sanitarios transformadores para las generaciones venideras. Beneficios como la erradicación de la mutilación genital femenina y la reducción de las posibilidades de embarazo precoz o de contraer VIH.
Las niñas educadas también tienden a tener menos hijos y a tenerlos más tarde, lo que conlleva embarazos más seguros, partos menos arriesgados y bebés más sanos.
La importancia de invertir en educación
Como defensora de la educación de las niñas, la ONG World Vision y sus socios locales trabajan para mejorar el acceso de las niñas a la escuela en los países más vulnerables, incluso los más frágiles y peligrosos. El apadrinamiento de niños ayuda a identificar y romper las barreras en la vida de las niñas para que puedan tener un acceso equitativo a la educación. Esto implica trabajar con toda la comunidad -incluidas las familias, las escuelas, los grupos religiosos, los gobiernos y los líderes tradicionales- para promover el valor de la educación y ayudar a las niñas a permanecer en la escuela para convertirse en mujeres poderosas que pueden cambiar el curso de la historia.
Para Janet, en Uganda, su camino para salir del matrimonio y volver a las aulas se redujo a conocer sus derechos, que había aprendido a través de un grupo comunitario de World Vision. Gracias a ello, Janet sabía a quién acudir y qué hacer. Lo más importante es que creía que tenía derecho a terminar sus estudios y no quería dejar que las circunstancias se interpusieran en su camino.