El cáncer es la segunda causa de muerte en todo el mundo y su incidencia está aumentando en todos los países. El informe más reciente de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), prevé que “la carga mundial de cáncer alcance los 29 millones de nuevos casos al año en 2040, lo que supone un aumento del 62% respecto a los 18,1 millones de cánceres estimados en 2018”.
Varios de los factores que más influyen en la aparición del cáncer –y menos reconocidos por la ciudadanía- están directamente relacionados con la crisis ambiental que nos afecta a escala planetaria.
Según el Compendio de la OMS sobre salud y medio ambiente, el 21% de los cánceres podrían prevenirse mejorando el medio ambiente global. “El aire limpio; un clima estable; agua, saneamiento e higiene adecuados; el uso seguro de productos químicos; la protección frente a las radiaciones; una gestión racional de los residuos; lugares de trabajo sanos y seguros; ciudades construidas teniendo en cuenta a la salud; una dieta sostenible; y preservar la biodiversidad son factores esenciales para garantizar una buena salud”, afirma la OMS.
Por esta razón en el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) hemos decidido dedicar nuestra campaña del Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra el 4 de febrero, a llamar la atención acerca del vínculo entre la salud humana y la del planeta.
Lo explica Maria A. Blasco, directora científica del CNIO: “A menudo el bienestar se presenta como contrapuesto al cuidado de la naturaleza, como si el deterioro del planeta fuera un precio inevitable que debemos pagar para estar bien. Pero no es así. La realidad es que cuidando nuestro planeta también cuidamos nuestra salud. Cada vez tenemos más evidencias de que la crisis ambiental también afecta a nuestra salud”.
La actriz Nathalie Seseña, Amiga del CNIO, es el rostro de la campaña, en una colaboración que realiza de manera altruista “para apoyar la investigación en cáncer y para solidarizarme con las personas que sufren y han sufrido esta enfermedad”.
NathalieSeseña afirma: “Si de verdad nos importa nuestra salud y la salud de nuestros hijos es urgente para todos cambiar nuestra forma de comer, de consumir y de vivir. Para mí está muy claro que nuestra salud está directamente relacionada con la salud del planeta. En la medida en que destruimos la Tierra y sus recursos naturales nos destruimos a nosotros mismos, porque la vida y la salud de todos los que habitamos este planeta está directamente interrelacionada. Destruyendo a los otros seres vivos sería imposible la supervivencia del ser humano”.
El consumo de carne roja y procesada aumenta el riesgo de cáncer de colon
La campaña del CNIO también recuerda que el consumo de carne roja y, especialmente, procesada, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
La carne procesada es “carne que ha sido transformada mediante salazón, ahumado, curado y/o fermentación para potenciar sabor o para su conservación (por ejemplo, salchichas, beicon, salchichón y productos similares)”, informa la IARC. La carne roja se refiere al “músculo no procesado de mamífero (por ejemplo, ternera, cordero, cerdo y cabra)”.
Según la IARC, “por cada 50 gramos de carne procesada consumida al día, el riesgo de cáncer colorrectal aumenta aproximadamente un 16%, y por cada 100 gramos de carne roja al día, aumenta aproximadamente un 12%. En el caso del cáncer de colon estas estimaciones son del 23% y el 22% respectivamente”.
La pérdida de biodiversidad también influye
“En definitiva, cuidar tu salud también es cuidar tu planeta, y viceversa”, dice Maria A. Blasco. “Este mensaje aún no ha calado en el público general, pero las evidencias son contundentes, y enfatizarlo nos parece una cuestión de responsabilidad social”.
Blasco añade: “La destrucción de hábitats nos acerca a especies con las que nunca hemos estado en contacto, y por tanto a virus transmisores de nuevas enfermedades. La pérdida de biodiversidad implica menos posibilidades de encontrar compuestos naturales con actividad farmacológica; la polución es causa directa de enfermedades respiratorias y de cáncer; el consumo de alimentos caros medioambientalmente –porque su producción exige invertir mucha energía y puede ser contaminante si se hace en macrogranjas, por ejemplo– como la carne roja, y más aún si es procesada, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon”.
Aportaciones a la investigación del cáncer a través de Amigos del CNIO
La directora del CNIO explica el papel del CNIO ante esta realidad: “¿Qué podemos hacer en el CNIO? Nosotros somos un centro de cáncer, y por supuesto uno de nuestros objetivos es entender por qué se produce el cáncer. Evitar que aparezca el cáncer es mucho mejor que curarlo. Necesitamos entender bien los vínculos entre lo que respiramos, lo que comemos, cómo nos comportamos… y el cáncer”.
La campaña anima a participar en la investigación del cáncer en el CNIO con aportaciones a la iniciativa filantrópica Amigos/as del CNIO.
Estas donaciones que se destinarán íntegramente a la contratación de jóvenes investigadores e investigadoras, con el fin de abrir nuevas líneas de investigación en el centro con las que comprender, diagnosticar y abordar el cáncer de manera eficaz.
Las donaciones se pueden llevar a cabo a través de este enlace ‘’Amigos/as del CNIO” ; a través de la línea telefónica habilitada para este fin 91 7328 065; o a través del código BIZUM 03427.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.