Desde la Universidad Europea desarrollamos una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) basada en la necesidad de impactar en el entorno a través de nuestros estudiantes. Somos una institución firmemente convencida del poder de la educación para generar cambio y mantenemos un firme compromiso con las comunidades donde estamos presentes. Por ello, es importante para nosotros contribuir a crear un ecosistema destinado a que todos aquellos que forman nuestra comunidad universitaria se conviertan en generadores del cambio social.
Bajo esta perspectiva, desde el área de RSC de nuestra institución trabajamos firmemente en diferentes proyectos que se articulan en seis pilares fundamentales: emprendimiento social, sostenibilidad curricular, voluntariado, colaboraciones con actores relevantes en el tejido de la responsabilidad social, acción medioambiental y campañas de sensibilización.
En este punto, me gustaría detenerme especialmente en la sostenibilidad curricular, un concepto que se traduce en la incorporación de la formación en valores y la sostenibilidad en los programas de estudio de todos los grados de forma transversal y que, sin duda, representa una de nuestras firmes apuestas en la formación integral de nuestros estudiantes. Así es como hacemos posible que la sostenibilidad sociocultural, medioambiental y económica sea un elemento omnipresente en todas las facetas educativas que articulamos en nuestro día a día.
Bajo esta perspectiva, ofrecemos a nuestros estudiantes una experiencia formativa plena, gracias por un lado a la formación basada en el aprendizaje de habilidades y competencias, pero por otro lado también centrada en valores. Porque estamos firmemente convencidos de que solo con una educación universitaria comprometida y más ética podemos contribuir a que nuestros estudiantes se conviertan en líderes con una perspectiva social.
Una perspectiva que está presente en el día a día de nuestros campus en los que la diversidad se convierte un valor clave para nuestra institución. Un espíritu que trasciende al aula y nos permite reconocer sin sesgos, aceptar, valorar las diferencias y aprovecharlas para mejorar nuestra propuesta académica. En este sentido, estamos firmemente comprometidos con seguir trabajando para asegurar una la diversidad sin matices y fomentar un ambiente inclusivo que se perciba en toda nuestra comunidad universitaria.
Trabajamos la diversidad como un activo, como una fuente de aportación de valor que nos permite avanzar a través de experiencias sociales cada vez más personalizadas en la formación de individuos comprometidos con su entorno, En este sentido, creo que uno de los desafíos que tenemos en este terreno es tratar de hacer visible hasta qué punto la sostenibilidad curricular forma parte de nuestro ADN como institución académica. Y, además, ir más allá y sensibilizar acerca de la importancia de formar a profesionales capaces de utilizar sus conocimientos, no solo en un contexto científico, sino también para dar respuesta a las necesidades sociales y ambientales en un mundo global.
Debemos tener presente que para lograr que la sostenibilidad curricular sea una realidad en el aula, es decisivo contar con la implicación del claustro. Los docentes son los trasmisores de esta filosofía de trabajo y quienes ofrecen las herramientas adecuadas a los estudiantes que liderarán el fututo inmediato.
Pero la Universidad Europea es un proyecto plural en el que participa toda una comunidad educativa que también tiene mucho que decir en materia de sostenibilidad curricular. Nuestros campus son también los espacios adecuados en los que activar todo tipo de iniciativas, actividades y proyectos que nos permiten compartir con nuestros estudiantes muchos de los aspectos que hacen de la sostenibilidad una realidad que va mucho más allá del aula.