La violencia de género en el marco de los conflictos armados se ha convertido en una de las peores lacras con las que se enfrenta la comunidad internacional en la actualidad. Este es el mensaje alarmante que han repetido una y otra vez todas las personas expertas del ámbito jurídico y sociológico que se han reunido en el municipio de Torres (Jaén) los días 10 y 11 de julio durante la XVII edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Jaén (UJA), organizados por la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR).
Este año la temática elegida ha sido “La mujer en la diana: violencia contra las mujeres en conflictos armados”, un problema al alza acerca del cual es prioritario reflexionar y alertar sobre la importancia de visibilizarlo y de realizar un trabajo conjunto para buscar soluciones que garanticen el respeto a los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
La jornada de hoy ha comenzado con la resolución de un caso práctico por parte de María Romero, Especializada en transversalización de género en escenarios de conflicto armado nacional e internacional, y Pilar Fernández, Catedrática de derecho penal de la Universidad de Jaén. En él se destacó como aspecto prioritario que a la hora de realizar un despliegue internacional se necesita un análisis de género previo que determine el impacto diferenciado del despliegue militar en zonas de conflicto. Esto debe articularse bajo unos ejes prioritarios: formación, sensibilización, seguimiento de la implementación y evaluación.
Posteriormente tuvo lugar el panel de debate “Detrás de las cifras están las mujeres. Historias Reales” moderado por María Garzón, Presidenta de FIBGAR y Socia Fundadora de iMades Communication. En él intervinieron Mayte Carrasco, periodista y directora de documentales especializada en conflictos bélicos y Derechos Humanos, y Paqui Castillo, Responsable autonómica de Protección Internacional de Cruz Roja.
Ambas han expuesto historias reales de mujeres que han sufrido violencias específicas, tanto de manera directa como indirecta, en conflictos armados. En estos escenarios han comentado que las mujeres sufren violencias tales como violaciones sexuales, esclavitud sexual, matrimonios forzados, prostitución forzada, embarazos forzados y abortos forzados, pero también violencia indirecta como es la económica, al no disponer de recursos para alimentar a sus familias, y la política, al no participar en los procesos de paz. Todo ello con las consecuencias que supone a nivel físico y mental.
Por último, Silvina Romano, Doctora en Ciencia Política y miembro del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), junto con Baltasar Garzón, Presidente de Honor de FIBGAR, han clausurado esta mañana las jornadas a través de una conferencia en la que se ha reivindicado el papel de la mujer como constructora de paz, pues de acuerdo con datos publicados por organismos como Amnistía Internacional, solo un 6% de las mujeres actúan como mediadoras en los conflictos. Además, en los últimos 10 años, solo tres de cada 10 procesos de paz han incorporado la voz de las mujeres durante las negociaciones. Por ello, ambos han coincidido al considerar el que en los espacios de toma de decisiones respecto a conflictos bélicos haya más mujeres sería un gran avance para tratar de erradicar la violencia contra ellas en estos contextos.
Las mujeres: más que víctimas en las guerras
En el día de ayer tuvo lugar una conferencia inaugural impartida por Ana de Miguel Álvarez, filósofa y Profesora de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En la misma titulada trajo a colación cómo la misma evolución de la humanidad ha determinado quiénes son los hombres y las mujeres y les ha otorgado un papel predefinido y opuesto en los conflictos armados, un obstáculo que se suma al valor que tradicionalmente se la otorgado en nuestra cultura a la violencia. Así, apuntó: “La humanidad ha identificado al varón como el guerrero y le ha dado un valor extraordinario”.
Tras finalizar este acto las personas asistentes pudieron disfrutar de una primera mesa de debate en la que participaron Cristóbal Francisco Fábrega, Fiscal de familia, extranjería y personas con discapacidad en la Fiscalía de Jaén; Mª Luisa Grande, Profesora de la Universidad de Jaén y colaboradora en ONGs de la provincia de Jaén; y María Hernández Padilla; Profesora de la Universidad de Jaén y activista por la defensa de los derechos de las mujeres africanas y malienses. Bajo la moderación de Felipe Morente Mejías, Catedrático de Sociología de la Universidad de Jaén y especialista en infancia y adolescencia, explicaron que las víctimas mayoritarias de los conflictos armados es la población civil, y en concreto, las mujeres.
En contextos bélicos destacaron que las mujeres son víctimas de abusos y, en particular, de violencia sexual, pues mujeres y niñas han sido violadas en la guerra como un premio al valor de ellos. Para ello hablaron de casos concretos como la situación de las mujeres palestinas o malienses como consecuencia de los conflictos bélicos en sus países. No obstante, de acuerdo con María Luisa Grande: “Hay que desterrar el estereotipo de que los hombres son guerreros por naturaleza y las mujeres pacíficas, pues ellas también han sido combatientes y han servido como soporte y mantenimiento de las fuerzas armadas”. Y añadió que: “las mujeres no deben ser vistas solo como víctimas, sino también como agentes clave en los conflictos, pues han tenido un papel activo de resistencia pacífica”.
Posteriormente llegó el turno de una segunda mesa de debate para reflexionar acerca de la legislación existente para combatir los crímenes contra las mujeres en países en conflicto, pues pese a los avances normativos de los últimos años, el objetivo continúa siendo luchar contra la impunidad por las violaciones de derechos humanos que suceden en contextos bélicos, tales como el derecho a la dignidad, la vida, la integridad física y psicológica y la libertad. En palabras de Mª Dolores Pérez, Profesora de la Universidad de Jaén y experta en Mediación y Violencia sobre la Mujer, y quien participó como ponente: “con la participación de las mujeres en los procesos de negociación se puede lograr la transformación de los conflictos y en este caso la mediación es un método de justicia alternativa que puede servir para impulsar el acceso a la justicia de las mujeres y para lograr su empoderamiento”.
Por su parte, Juan Pozo, Fiscal Togado de la Sala Penal Militar del Tribunal Supremo y General de División, le acompañó en la mesa y centró su intervención en el avance de la protección jurídica de la mujer soldado en la legislación militar, así como en la protección de la víctima frente al acoso y agresión sexual en las Fuerzas Armadas, en cuyo caso se creó un protocolo de actuación en 2015. Hizo de moderadora Carmen Muñoz, Profesora Titular de Derecho Internacional Público de la Universidad de Jaén.
La XVII edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Jaén, en Torres, deja una vez más muy buenas sensaciones de los ponentes y alumnos, y finaliza con el deseo de aunar esfuerzos para tratar de erradicar un tipo de violencia que utiliza a la mujer como arma de guerra y que permanece en muchos casos invisible.
Están organizados por la Universidad de Jaén (UJA), junto con la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR) y el Ayuntamiento de Torres, además de contar con el patrocinio de la Diputación de Jaén. Esta nueva edición ha sido dirigida por Juan Manuel de Faramiñán, Catedrático Emérito de la Universidad de Jaén; Pilar Fernández, Catedrática de Derecho Penal de la Universidad de Jaén; y María Garzón, Presidenta de FIBGAR y Socia fundadora de iMades Communication.
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