Con el objetivo de mejorar la educación y la calidad de vida de menores procedentes de entornos vulnerables, ‘Piecitos Colorados’ de la Fundación Prosegur se destaca como un Programa de Cooperación al Desarrollo pionero en el ámbito corporativo español.
Desde su inicio en 2006, esta iniciativa ha sido impulsada sobre el terreno por el compromiso de los voluntarios de la compañía, llegando a apoyar a más de 10.000 niños en Latinoamérica. Su sostenibilidad e impacto a lo largo de los años se sustenta en la corresponsabilidad y la sólida colaboración entre familias, comunidad educativa y empresa, tal y como destaca la organización mediante nota de prensa.
La iniciativa surgió del impulso solidario de un grupo de empleados de Argentina, quienes descubrieron la difícil situación de algunas escuelas rurales del país. Centros con graves carencias y cuyos alumnos caminaban durante horas para poder asistir a clase. Comenzó entonces un movimiento de apoyo a nivel local, cuyo impacto llevó a la Fundación Prosegur a profesionalizar el programa y extenderlo a otros países de la región, convencidos de que la educación es el verdadero motor del cambio.
Alejándose de enfoques asistencialistas, Piecitos Colorados propone un modelo de intervención integral en fases (infraestructuras, formación nutricional, mejora educativa y fomento del deporte), donde el rol del voluntario es clave para acompañar al menor en facetas esenciales de su desarrollo:
“La estrecha vinculación de la plantilla con el programa dota a Piecitos de un carácter único. Son nuestros profesionales quienes pueden proponer escuelas e implicarse en los equipos de trabajo. El voluntariado es por lo tanto una pieza esencial del programa, dejando huella en ambas direcciones: para los trabajadores de Prosegur como para las comunidades que cuentan con un apoyo tangible y cercano para impulsar su desarrollo y construir un mejor futuro”, destaca Mercedes Borbolla, Directora de la Fundación Prosegur.
Un programa con casi de dos décadas de impacto y evolución
‘Piecitos Colorados’ y el voluntariado corporativo de Prosegur han evolucionado con el tiempo, adaptándose a las cambiantes necesidades de las comunidades a las que sirven. Inicialmente, las actividades se centraban en las mejoras edilicias, pero pronto fue ganando peso el voluntariado en transmisión de conocimientos y experiencias a los alumnos, con foco en la fase educativa. Posteriormente, la pandemia motivó un nuevo enfoque: el voluntariado online, para acompañar y mentorizar a los alumnos becados, con el fin de evitar el abandono escolar.
Con el fin de fortalecer las competencias del siglo XXI en las escuelas, la labor de los voluntarios aborda temáticas esenciales como el fomento de la lectura, las nuevas tecnologías, el emprendimiento o la creatividad a través del arte. Así, gracias al apoyo de los profesionales voluntarios, ‘Piecitos Colorados’ sigue extendiendo la huella social de Prosegur en Latinoamérica y Centroamérica.
En la actualidad, a los centros ya adscritos al programa, se suman este año tres nuevas escuelas ubicadas en Colombia, Ecuador y Honduras, alcanzando un impacto global de 39 instituciones educativas en 8 países y más de 5.400 alumnos beneficiados.
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