Desde que en 1955 el padre Vélaz creó la primera escuela en un suburbio de Caracas (Venezuela) dando origen a Fe y Alegría, esta organización jesuita ha trabajado con miles de niños y niñas en todo el mundo. “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto”, ésa es la esencia de este movimiento de educación popular del que bebe Entreculturas.
Este compromiso con los más desfavorecidos está hoy presente en 22 países y está integrado por 1,5 millones de participantes. En España amplía su misión ofreciendo desde Entreculturas programas de voluntariado, propuestas de educación y acciones de incidencia pública para generar una cultura de solidaridad y cambio global.
La pobreza, la desigualdad y la degradación ambiental son desafíos globales que requieren de una ciudadanía global comprometida y capaz de afrontarlos. Estamos convencidos de que esa ciudadanía es la que nace de poder acceder a una educación de calidad. Y ese es nuestro propósito, defender el derecho a una educación de calidad para todos y todas.
Para ello, entrevistamos a Esperanza Vivanco, responsable de RSC de Entreculturas que nos cuenta los proyectos de cooperación en educación puestos en marcha en 37 países: Latinoamérica, Asía y África. Desarrollan también la actividad en Europa a través de proyectos de sensibilización e incidencia política, programas de voluntariado, campañas de comunicación, programas educativos de la mano de otras organizaciones sociales, empresas, centros educativos y múltiples aliados estratégicos.
La responsable de RSC de Entreculturas asegura que la misión de la Fundación es promoveer la educación a personas desfavorecidas en America Latina, África y Asia. La Fundación trabaja por la educación de calidad porque “creemos que es un medio para el cambio y la justicia social. Creemos que la educación de calidad es capaz de cambiar la vida de las personas y transformar la injusticia”. Esperanza asegura que es importante “que todas nuestras acciones generen igualdad y oportunidades; y sean responsables y transparentes”.
La experta en RSC de Entreculturas subraya: “Somos conscientes que las causas de la pobreza no son solo locales. Con nuestro trabajo buscamos ese cambio de actitud y de valores en lo social, en lo económico y en lo político”. Este cambio lo hacemos con organizaciones, sociales, empresas, centros educativos y aliados estrategicos que nos permiten construir redes para el cambio. Consideramos que la RSC es un compromiso institucional que deben asumir y responsabilizarse las instituciones tanto públicas como privadas, e incluso las asociaciones sociales en relación con sus grupos de interés”.
Aquí puedes escuchar la entrevista completa a Esperanza Vivanco, experta en RSC de la Fundación Entreculturas