Star Wars es una de esas películas que han formado parte de nuestras vidas. En mayo de 1977 George Lucas lanzó la primera película de la serie llamada “Star Wars Episodio IV – una nueva esperanza”. Obtuvo un éxito increíble y vinieron posteriormente dos secuelas más que completaron la denominada «trilogía original», Star Wars: Episodio V – El Imperio contraataca y Star Wars: Episodio VI – El Retorno del Jedi.
Lo cierto es que era arriesgado comenzar una película por la 4ª parte. Lo normal es empezar por la primera secuela, luego la segunda, y así sucesivamente. Pero George Lucas, no quería intentar hacer una saga que tuviera éxito, se puso y la hizo.
Actualmente, las empresas, los directivos, los líderes -que no son siempre los directivos, ni mucho menos-, los medios de comunicación, la sociedad en general, necesitan personas que estén decididas a realizar proyectos sin titubeos, a trabajar teniendo claros sus objetivos, confiados en que va a salir bien. Luego el resultado podrá ser satisfactorio o no, pero no les quedará en su retina solo haberlo intentado.
El mundo anglosajón, del que tenemos que aprender en algunas cosas, tiene claro este concepto. Las startups surgen de decisiones claras y convencidas de su éxito. Un porcentaje pequeño llegan a ser rentables y son éstas las que han surgido de fracasos importantes previos que han permitido mejorar aspectos que no funcionaron en el pasado. El resto, un porcentaje alto, desaparecen igual que un navío en medio de la bruma del mar, nunca más se volverá a ver, sin embargo, alguien tomó la decisión de arrancar ese proyecto, de conseguir cambiar el mundo.
Ese tipo de personas, las que deciden hacer en vez de intentar, han existido y existen. Cristóbal Colón decidió embarcarse en un viaje que podía ser sin retorno, Neil Armstrong se subió al Apolo 11 para poner un pie en la Luna sabiendo que no volvería probablemente, Rafa Nadal sale a ganar todos los partidos, los padres y madres luchamos por nuestros hijos, …
Para llegar a este punto, el de hacer y no intentar, necesitamos una fuente, un combustible que nos motive de sobremanera, que nos haga ver que el éxito está asegurado, que nos guíe en nuestras decisiones. Hay veces que ese combustible extra lo cogemos con amigos, con compañeros de trabajo o asistiendo a algún evento donde grandes ponentes con sus discursos bien trazados y trabajados nos “enchufan”, nos hacen ver que es posible, que lo importante no es si el vaso está medio lleno o medio vacío, sino que se está llenando en vez de vaciando.
Desde el Egoísmo Colaborativo (“soy tan egoísta que quiero que le vaya muy bien a los demás, para que me vaya muy bien a mí”) surge un evento solidario que aúna ayudar a los demás a través de la motivación, surge Felicidad Auténtica.
Felicidad Auténtica nació para dar una dosis de energía extra a familiares de niños con capacidades diferentes. En Murcia, mi tierra, se lanzó por primera vez. Un evento que no tenía ningún objetivo de continuidad, solo quería hacer una edición y… nada más.
Pero eran tan intensas las ganas de seguir ayudando que vino Sevilla (mi segunda casa). Y, las personas que están detrás de este proyecto, vimos que más que nunca Felicidad Auténtica debía ser un evento itinerante, todo el mundo necesita verlo, al menos una vez.
Yecla será el siguiente el 22 de abril, luego vendrá Albacete, quizás Madrid, Barcelona, Málaga, no lo sé. Nuestro objetivo es claro: llevarlo a todos los lugares que podamos para ayudar al mayor número de personas.
Además, también ha ido evolucionando en su público objetivo. En Murcia para familiares de niños con capacidades diferentes. En Sevilla también para personal sanitario y enfermos de COVID. Y, fue en Sevilla, cuando una persona me abrió los ojos para hacerme ver que a cualquier persona le vendría bien asistir a este evento. Todos tenemos, en algún momento, necesidad de que nos apoyen, nos animen, nos hagan ver que la vida puede ser maravillosa. Gracias hija mía, gracias Lucía.
El maestro Yoda, de Star Wars, decía “No, no lo intentes. Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”. No lo hemos intentado, lo vamos a hacer. Vamos a seguir hasta que las fuerzas nos lo permitan.
Gracias a todas las personas que lo hacen posible edición tras edición, gracias a Víctor Küppers que estuviste en la primera edición; gracias Juanma, por ser mi inspiración continua, por estar ahí, por querer este proyecto como si fuera tuyo; gracias Fabián por creer en esta locura y permitir formar parte de ella; pero, sobre todo, gracias a mi mujer Marta y mis hijas Lucía y Marina por acompañarme en esta aventura, la aventura de ayudar a los demás.
“La felicidad ni se vende ni se compra, se vive”
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