En cierta medida, la humanización en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona forma parte de nuestro ADN fundacional. Este hecho viene dado, principalmente, porque el valor que define a todos los centros de la Orden de San Juan de Dios es el de la hospitalidad, entendida como la capacidad de acoger, acompañar, cuidar y promover a la persona en situación de vulnerabilidad según sus necesidades, manteniéndola siempre en el centro de nuestro interés. Pero además, cuando construimos hace más de 15 años nuestro modelo de humanización, no dudamos en alinearnos con la Carta Europea de los Derechos de los niños y niñas hospitalizados, aprobada por el Parlamento Europeo en 1984, garantizando así su necesario cumplimiento.
Con estas dos premisas esenciales definimos la humanización como un elemento nuclear y de alcance global, que involucra a todas las personas de la organización y que cuenta con la participación activa de pacientes, familias y profesionales. Es precisamente la humanización la que determina el Modelo de Atención de nuestro hospital, el cual incorpora aspectos asistenciales y otros como los espacios arquitectónicos, los servicios y los medios que ofrecemos a los pacientes y sus familias.
En definitiva, humanizar para Sant Joan de Déu es poner en el centro al paciente y su familia, para dar respuesta a sus necesidades de manera holística. Hemos desarrollado un Modelo de Atención Integral que contempla, además de los aspectos físicos y biológicos, los psicológicos, sociales y espirituales.
El proceso asistencial se organiza para ofrecer esta atención centrada en nuestros pacientes y desarrolla elementos esenciales entre los que destacamos el modelo de cuidados de enfermería, que promueve la autonomía y el empoderamiento de los niños y sus familias; el plan de atención psicosocial y espiritual, que se diseña y adapta según los ámbitos y necesidades específicas; el plan de información y comunicación, que promueve una actitud compasiva por parte de los profesionales y la participación activa de los pacientes y las familias en su plan asistencial.
Envolviendo a todo este proceso, implementamos elementos de soporte y servicios para los pacientes y familias. Aquí es donde se destaca la labor de nuestros voluntarios, las actividades lúdicas y de entretenimiento que ofrecemos a través del programa Hospital Amic, así como el apoyo incuestionable en alojamiento, alimentación u otros servicios de soporte.
Paralelamente se ha realizado un gran esfuerzo con un plan de obras que ha permitido la creación de estructuras y espacios físicos cocreados con pacientes, familias y profesionales. En todos ellos destacan el confort, la amplitud, la luz natural, la ambientación, el color… así como la creación de zonas específicas para las familias y para los niños, entre otros muchos aspectos humanizados.
Sin duda, hemos logrado que nuestro modelo contribuya a que la vivencia de la hospitalización sea lo más normalizada posible y genere una experiencia positiva, hecho especialmente relevante en el caso de los niños con un elevado grado de vulnerabilidad, como son los niños gravemente enfermos.
Quiero destacar especialmente que, detrás de todo este logro, también están nuestros donantes. Sin ellos, hubiese sido imposible impulsar muchos de los programas de nuestro modelo asistencial, como la Unidad de Cuidados Paliativos o la nueva Unidad del Dolor. Tampoco hubiésemos tenido un “Espai de Familias”, una singular UCI o un Hospital de Día lleno de intimidad y luminosidad, entre otras muchas infraestructuras. Las ayudas directas a nuestras familias con más necesidades, tampoco serían posibles y, las actividades lúdicas de Hospital Amic, como las intervenciones asistidas con perros, los payasos de hospital o la musicoterapia serían imposibles de financiar. Sin duda, todos ellos nos ayudan a poner en práctica el modelo de hospital humanizado que queremos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: La humanización en los hospitales pediátricos.