Sin duda el momento socio-sanitario que vive el planeta reclama una profunda reflexión sobre la sociedad que queremos construir. En el ojo del huracán pandémico se encuentran los cuidados que tanto hemos valorado. Se impone la puesta en marcha de los cambios necesarios para garantizar los cuidados para todos y para dar a los cuidadores un mayor impulso y reconocimiento.
Delante del adjetivo enfermo se encuentra el sustantivo persona, y también antecede la persona al calificativo cuidador. Esa es la nueva mirada que pone rostro a enfermos, ancianos, dependientes y a quienes les cuidan. Esta perspectiva marca la diferencia para asumir el reto de promover los cuidados integrales.
Cicely Saunders, paciente, voluntaria, enfermera, médico y pionera de los cuidados profesionalizados da en la diana al afirmar: “Importas porque eres tú, toda tu vida y hasta el último momento”
Cada vida humana tiene un valor único desde la primera respiración hasta la última. El modo en que se cuida al otro puede transformar la vivencia de la enfermedad y llenarla de significado.
¿Qué es una persona cuidadora? Es la que acompaña, consuela, dedica su tiempo y su interés al bien de otro que es más frágil, más vulnerable. Es la que se involucra, se hace solidaria, se compadece y se compromete.
Todos tememos a la soledad, al dolor y al sufrimiento. Todos tenemos alguna discapacidad, más o menos notoria, y un día pasaremos de cuidadores a cuidados. En nuestra era somos testigos de muchos milagros de la ciencia médica altamente especializada y tecnificada, pero cuando ésta ya no puede ofrecer nada más, a menudo se vive como un fracaso. Por el contrario, en ese punto de la existencia humana, todavía se puede hacer mucho más: Cuidar.
Hoy en España disponemos de evidencia suficiente a cerca de las carencias en los cuidados hospitalarios y domiciliarios que experimentan los ancianos y los pacientes crónicos, incurables y terminales. La sociedad civil debe actuar y reclamar su derecho a que la enfermedad, la dependencia y también el final de la vida puedan vivirse como una experiencia natural y positiva. Dediquemos tiempo a pensar en la importancia de los cuidados, para reclamar el ineludible reconocimiento que solidifique en su organización eficiente.
Como médico tengo la experiencia de que se puede aprender mucho de cómo aliviar el dolor, la soledad y el sufrimiento escuchando. La historia de salud de cada persona se copia al dictado de su vivencia y de la de su familia o cuidador.
Vivimos tiempos de gran individualismo y autoafirmación, donde la autonomía es el valor más defendido. Paralelamente, se da la paradoja de que la población tiene mayor edad, más patología y súper dependencia. En la selva del más fuerte se corre el riesgo de descartar al “inservible”. Los cuidadores son los rescatadores del abandono que construyen la nueva ecología, la del ser humano.
Dedicar tiempo a los demás es la nueva moda emergente que sana la cultura del descarte.
A cuidar también se aprende. La formación del cuidador debe abarcar aspectos sociales, psicoemocionales, espirituales y técnicos, tanto si el que va a cuidar es médico, enfermero, familiar o voluntario.
Desde el colegio de médicos hacemos una llamada a la participación y a la acción de la ciudadanía para democratizar los cuidados. La demanda de cuidados supera con creces la oferta que podemos dar los profesionales sanitarios. El bienestar del cuidador y del cuidado pasa por una respuesta cívica sinérgica y complementaria. Los gobiernos, las instituciones, las asociaciones de pacientes, las sociedades científicas, los colegios, las universidades, y los servicios sanitarios deben ir de la mano en una acción comunitaria.
Proponemos la plataforma www.cuidadosdeprincipioafin.com para presentar un programa de innovación de los cuidados, compartiendo modelos de buenas prácticas, que cristalice en un plan nacional operativo y perdurable de cuidados estructurados, financiados y humanizados.
Que la sociedad del futuro sea la sociedad del cuidado.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de las Personas Cuidadoras