B+SAFE es la filial española del Grupo Almas Industries multinacional especilizada en tecnologías de la salud y seguridad para las empresas. B+Safe es especialista en la aplicación de tecnologías innovadoras en la seguridad corporativa a nivel de accesos, bienes y personas.
De hecho, durante la crisis sanitaria por la que atravesamos provocada por el COVID-19, ha aumentado el número de casos del uso de desfibriladores y ya se ha salvado la vida de una persona en Renfe gracias a la rápida actuación del personal de seguridad en la estación de Atocha y la existencia de un desfribilador.
Para ello, entrevistamos a Ignacio Echevarria, director de expansión de B+SAFE que asegura que cada vez son más las personas que sobreviven a la parada cardiaca gracias al incremento de desfibriladores en nuestro país, aunque aún queda mucho camino por recorrer. Lo que se pretende difundir desde B+SAFE es que la sociedad sea consciente y sepa que esto es un problema de salud pública, y que hoy en día es la principal causa de muerte en nuestro país.
Ignacio apunta a que hay varias Comunidades en las que aún no se ha dictado una legislación de cadioprotección y en otras la legislación es muy superficial, y no obliga a los organismos o entidadades a apostar por la cardioprotección. Por otra parte, se necesita a personal que sepa utilizarlo por eso B+SAFE proporciona también formación de la máxima calidad impartida por instructores del Plan Nacional de RCP, todos enfermeros o técnicos de emergencias en activo, homologados para impartir los cursos de RCP/SVB y uso del DESA con todas las garantías, mediante un enfoque práctico y lo más cercano a la realidad desde su experiencia constatando lo importante y fácil que puede llegar a ser dicho conocimientos para salvar la vida.
El director de espansión de B+SAFE nos cuenta que la compañía ha patentado la solución DOC® (Desfibrilador Operacional Conectado) única del mercado que ofrece todas las soluciones integradas en el propio equipo que permanece conectado y operativo las 24 horas del día. El desfibrilador semi-automático unido a un sistema de comunicación, garantiza 24 horas los diferentes servicios de telecontrol, geolocalización, tele-asistencia, asistencia verbal directa que un especialista en emergencias presta al usuario, alerta automática de socorro. Una manera fácil de salvar vidas y un avance fundamental en el mundo de la cardioprotección. Es importante también identificar cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados Cadena de Supervivencia que consisten en: 1–Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia; 2-Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP); 3- Desfibrilación temprana y 4-SVA y cuidados post-resucitación.
Por otro lado, Ignacio Echevarria subraya que B+SAFE apuesta por el Proyecto + Vida para difundir la cardioprotección real y eficaz en España y que las Administraciones Públicas aprueben decretos e impulsen a los organismos públicos a poner desfibriladores. Además, de que las empresas den al trabajador, con espacios cardiprotegidos, un plus, un beneficio social.
B+SAFE participa en muchas iniciativas de protección en eventos con la Fundación Española del Corazón, maratones de empresas y maratones municipales como el de Valencia; Torremolinos; Bilbao; 1/2 maratón de la mujer; y también en talleres de RSC y la colaboración con Sociedades Médicas, Asociaciones Empresariales; y entidades como la Cruz Roja, la ONG, Menudos Corazones, Down España…
Espacios cardioprotegidos conectados
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.
Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.
Escucha la entrevista completa a Ignacio Echevarria, director de expansión de B+SAFE