El Informe CYD, el informe de referencia de la universidad realizado por la Fundación CYD, alerta del desequilibrio que hay en la formación en España, donde dominan dos extremos: una mayoría (40,7%) de población adulta entre 25 y 64 años con estudios superiores y un 36,1% que tiene como máximo los estudios obligatorios. Una situación que contrasta con la de la Unión Europea, donde el 33,4% está titulado en educación superior y un 45,9% posee un grado medio.
Montse Álvarez, miembro del gabinete técnico de la Fundación CYD apunta a la necesidad de nivelar la situación de la formación en nuestro país y apostar por los estudios de formación profesional: “Para conseguir un mayor equilibrio en la fuerza de trabajo española, es necesario apostar por un modelo de formación que potencie la relevancia de los estudios de nivel medio, que encajaría mejor con la estructura productiva del país. Es importante poner en valor los estudios de formación profesional y potenciar la formación profesional dual; se espera que la nueva Ley de FP sirva para ello”.
En 2021, las regiones españolas con un mayor porcentaje de población adulta con estudios obligatorios como máximo eran Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Murcia, con valores entre el 44% y el 50%. En el otro extremo, en el País Vasco, en Madrid y en Navarra más del 48% poseía estudios superiores. El mayor porcentaje de población con bachillerato o ciclos formativos de grado medio se daba en Aragón y Baleares, con valores que no llegan al 30%.
El 60% de los titulados de grado son mujeres
En el curso 2020-2021, 207.646 alumnos terminaron sus estudios de grado, cifra ligeramente inferior (0,3%) a la del curso anterior. El número de titulados en universidades privadas se incrementó (suponen ya un 18%), y en las públicas descendió. Menos de un 5% de los graduados son extranjeros.
El 60% de los titulados de grado son mujeres. En global, algo menos del 40% se titula en tiempo teórico estipulado (lo que se conoce como tasa de idoneidad) y se observa que las mujeres completan antes sus estudios de grado: en los grados de 4 cursos, la tasa de idoneidad de las mujeres es de un 47%, casi 20 puntos superior a la de los hombres (28%).
Por ámbitos de estudio: educación y salud tienen la tasa de idoneidad superior (64%) mientras que, en el sector primario y veterinaria, informática e ingeniería, industria y construcción es inferior al 20%. Montse Álvarez subraya la importancia de analizar el porqué de estos datos: “El porcentaje de egresados que se titulan en el tiempo teórico previsto sigue siendo bajo, lo que implica una infrautilización del tiempo, recursos y elevar el coste de la educación. Sería necesario analizar qué está fallando para poder incrementar el porcentaje de titulados en el tiempo estipulado en los planes de estudio sin que esto implique reducir el debido nivel de exigencia”.
Las universidades a distancia son las que registran valores inferiores, aunque ello en gran parte es debido a que la dedicación a los estudios es a tiempo parcial en buena parte de los casos, especialmente en el nivel de máster.
Más graduados en educación y menos en STEM que Europa
Si se compara el perfil de los egresados españoles con el resto de Europa, se observa que España presenta un porcentaje superior de graduados a nivel de máster, más juventud de sus titulados tanto en máster como en grado y más presencia relativa de mujeres en todos los niveles universitarios.
Por ámbitos de estudio, el 20,4% de los titulados universitarios opta por el ámbito de la educación (en la Unión Europea la media es del 10,6%). Negocios, administración y derecho es la rama que escoge el 19,3% de los titulados en España y el 24,5% en la UE. En las STEM (ingenierías, TIC, ciencias naturales, matemáticas y estadística) el porcentaje de titulados en España es inferior en 6 puntos porcentuales respecto a la UE (19% frente a 25%). Según comenta Montse Álvarez: “Las titulaciones vinculadas a las ramas STEM están disminuyendo su peso relativo en los últimos años, especialmente en las ingenierías y tecnologías de la información y comunicación. Esta situación es preocupante puesto que serán los ámbitos en los que habrá más demanda de profesionales de alta cualificación en el futuro”.
Los graduados españoles
En 2021, los graduados superiores españoles mostraban la mayor tasa de temporalidad de la UE (20,2% frente al 10,6%), estaban ocupados en mayor proporción a tiempo completo (89,7% frente a 85,5%) y contaban con un porcentaje de parados de larga duración superior al de la UE (39,9% frente al 35,7%).
Si se analiza por género, entre el colectivo de los graduados superiores españoles, las mujeres tenían una mayor tasa de temporalidad (23,7% frente al 15,9% de los hombres) y un mayor porcentaje de empleo a tiempo parcial (14,8% frente al 5,2%).
Por regiones, Navarra y Cataluña estuvieron en 2021 entre las tres tanto con mayor tasa de empleo como menor tasa de paro para los graduados superiores. En el extremo opuesto (menor tasa de empleo y mayor tasa de paro) se encontraban Canarias, Andalucía y Extremadura.
A nivel europeo, los graduados superiores españoles tienen la segunda menor tasa de empleo en 2021, la segunda mayor tasa de paro y la más alta tasa de temporalidad. En el contexto de la UE, se observa que esta situación no sucede únicamente para los graduados superiores, sino que se reproduce para toda la población española, con independencia de su nivel de estudios. “Estas cifras sugieren que se trata de un problema estructural de la economía española, a la que todavía le cuesta recuperarse y situarse a los valores alcanzados antes de la COVID-19. La situación de España es compartida con otros países, sin embargo, es el único país del sur de Europa que sigue sin recuperar la tasa de empleo y de paro de los graduados superiores de antes de la pandemia” explica Montse Álvarez.
El Informe CYD apunta como instrumentos para hacer frente a esta situación el Real decreto-ley 32/2021 que propone medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo. Y también una colaboración más estrecha entre la universidad y el sistema productivo español: “Desde las universidades, con el objetivo de mejorar la empleabilidad de sus graduados, sería conveniente colaborar más estrechamente con el sistema productivo español, incluso en el diseño de los planes de estudios, la realización de más y mejores prácticas en empresas e instituciones, fomentar la formación universitaria, así como una mayor relación entre la formación profesional y la formación universitaria, estableciendo pasarelas que faciliten la transición entre diversos niveles e itinerarios de aprendizajes” añade Montse Álvarez.